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El espectacular vuelo de un dron de la UME sobre las bocas del volcán de La Palma

Aproximadamente 185 efectivos de la UME se encuentran en la isla realizando diferentes misiones. Gracias a un dron con cámara térmica estudian la erupción del volcán las 24 horas del día

LaUnidad Militar de Emergencias (UME) trabaja desde hace días sobre el terreno como apoyo a los cuerpos y fuerzas de seguridad locales tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja.

La lava hace que muchas zonas sean prácticamente inaccesibles. Por eso, la UME cuenta con el apoyo de dron, que sobrevuela las áreas más complicadas. Gracias a esta tecnología, incluso se pueden ver las bocas del volcán de cerca de noche.

“La vigilancia de la actividad del volcán y del avance de la colada se mantienen las 24 horas del día en la erupción de La Palma. La cámara térmica del dron Condor es una valiosa herramienta para el seguimiento nocturno de la colada”, cuenta la UME en la red social Twitter.

Aproximadamente 185 efectivos de la UME se encuentran en la isla realizando diferentes misiones, muchas de ellas en primera línea. Ayudan a los ciudadanos evacuados a que puedan volver a sus viviendas y recuperar algunos de sus enseres antes de que llegue la lava y machaque las casas. Les acompañan en los escasos minutos que tienen para recoger sus bienes más preciados. También asisten a los expertos que estudian sobre el terreno el volcán, en un intento de predecir cuál será su siguiente paso.

El despliegue de la UME en La Palma se ha apoyado en un ejercicio que estaba planificado en detalle para hacer frente a una emergencia de estas características. La unidad realiza anualmente un simulacro de emergencia en algún punto de España en coordinación con el resto de las Fuerzas Armadas y autoridades civiles.

El del año 2020 estaba precisamente previsto en las islas Canarias y centrado en una eventual erupción volcánica, para lo que se desarrolló toda la fase de planificación. Una vez completada la parte teórica faltaba la plasmación del simulacro sobre el terreno, que no pudo llevarse a cabo debido a la pandemia.

Sin embargo, este mes de septiembre esa emergencia se hizo real y el planeamiento previsto como un ejercicio se puso en marcha para hacer frente a la erupción del Cumbre Vieja. De hecho, el 17 de septiembre, dos días antes de la erupción, la UME ya emitió una orden de alerta a sus unidades dados los índices de riesgos que observaba, adelantando las posibles misiones, personal a desplegar y formas de desplazamiento a La Palma.

Ese despliegue se realizó en dos bloques. El inicial fue con los efectivos desplazados permanentemente en Tenerife y Gran Canaria y el segundo mediante capacidades de la Península, ya incluyendo psicólogos, drones o capacidades de detección de riesgos tóxicos.