El mundo le ha perdido el miedo a los tatuajes. Y sobre todo los más jóvenes, que ya no tienen ningún miedo a enfrentar algún estigma, a causar una mala impresión en el trabajo o a generar cierto rechazo en su entorno.

El mundo ya lo ha normalizado.

Pero como todo diseño, en los tatuajes también existen modas. Todos conocemos a aquel chaval que se hizo un tribal en los 2.000 y ahora no quiere remangarse las mangas de la camiseta.

Últimamente, hay una serie de tendencias que podemos resumir en los siguientes puntos:

Antes que uno grande, diez pequeños

Las piezas sueltas ya fueron tendencia el año pasado, pero este ha llegado al extremo. Lo de llevar todo un brazo tatuado con un solo diseño ya no funciona. Las nuevas generaciones prefieren uno, o muchos tatuajes repartidos por todo el cuerpo. Pero pequeños, siempre pequeños.

Buen ejemplo de ello es el microrrealismo, un estilo muy elaborado... hasta el punto de que dan la sensación de estar hechos con lupa. Son auténticas obras de arte. Uno de los motivos que más se lleva es tatuarse la cara de una mascota, que es uno de esos temas que nunca se pasarán de moda porque ellos nunca decepcionan.

Contrastes

Los jóvenes son de extremos. O se van a por un diseño tremendamente complejo o se van al extremo contrario. En los últimos años está pegando fuerte una moda que ha sorprendido a todos los que le tienen cierto respeto al tatuaje: el estilo Ignorant.

Cómo dice su nombre, es un tipo de tatuaje muy simple y que parece que lo ha hecho un “ignorante”, alguien profano en el arte del tatuaje y sin ningún talento. Dentro de este estilo destaca el handpoke, que es lo que siempre se ha conocido como tatuaje de prisión. Es algo así como una vuelta a las raíces del tatuaje y que recuerda al mítico escudo de la Legión o al de amor de madre.

Líneas finas:

El tatuaje puede ser más grande o más pequeño, pero lo que está claro es que ahora lo que triunfa es la línea fina. En los tatuajes lettering, es decir, con una frase o una palabra, las tipografías que están más de moda (sobre todo para ellas) son aquellas alargadas y muy finas. Sin demasiadas florituras.

Esto mismo sucede con el resto de diseños. El tatuaje puede ser más o menos complejo, pero la base sobre la que se construirá será un trazo muy delgado y normalmente, en negro.

El tatuaje se ha hecho política

El tatuaje siempre fue una forma de reivindicarse. Podía ser simplemente una forma de expresión artística, pero siempre buscaban, de una manera u otra, reivindicar la individualidad de quién los llevaba.

Ahora muchas personas buscan reivindicarse como parte de un grupo. Aunque guardando los estándares de discreción y sobriedad, muchos nuevos tatuajes contienen símbolos que podemos identificar de un vistazo y que pueden decirnos mucho de quién los lleva, cómo su ideología política, sus opiniones o la lucha social que su portador ha decidido abrazar.

Poco color:

Los diseños con tinta negra siempre han sido y siempre serán una apuesta segura. Pero ahora, cuando se añade color, se suele hacer con tonos pastel y muy poco saturado. Hace algunos años, la discreción que aporta la simetría y el equilibrio quedaron totalmente relegados, y se optaba por tatuajes que “impactaran”.

Ahora la geometría y la sobriedad son tendencia.

La naturaleza nunca se fue

Flores, hojas, árboles y raíces. Estos motivos están claramente de moda, aunque suelen incorporarse a un dibujo más complejo y con mucho más trasfondo.

Por ejemplo, uno de los diseños que más triunfa últimamente es mezclar la delicada silueta del cuerpo femenino con los motivos florales. Eso sí, trazos finos, y si hay color, será en tonos suaves.

La fe en el tatuaje

La religión y la espiritualidad siempre estuvo en el centro de los tatuajes. Cruces, motivos espirituales, mándalas o figuras que representen los cuatro elementos son muy comunes. Es como si se echase de menos ese ingrediente en nuestras vidas.

Esta también parece ser la causa del interés por motivos referentes a lo místico y la astrología. Los signos del zodiaco, las fases lunares, estrellas y constelaciones, (...)

Que se vea

Ya que te haces un tatuaje, mejor que se vea.

Como los nuevos tatuajes suelen ser pequeños, discretos y en general, elegantes; la gente prefiere colocarlos en sitios visibles como los dedos, los antebrazos, las muñecas los tobillos y el omoplato.