Canela de Ceilán, el sustitutivo del azúcar que podría ser beneficioso incluso para los diabéticos

Los primeros registros del uso de la canela podemos encontrarlos en la China del año 2.700 aC. Con el tiempo, los egipcios la importaron y la empezaron a comercializar por las costas del Mediterráneo. De esta forma, los griegos y los romanos entraron en contacto con ella. Usándola sobre todo como remedio digestivo.

Pero claro, en aquel momento era un producto absolutamente lujoso y exclusivo... no apto para todos los bolsillos. Sin embargo, con el paso de los siglos, el consumo de esta especia se ha popularizado tanto que a día de hoy, es un producto común en nuestra dieta y podemos encontrarla en los supermercados a unos precios muy accesibles.

Eso sí, aquí hay que hacer una distinción importante. Existen muchas variedades dentro de la familia de la canela... y no todas son iguales. Las dos más comunes son la Cinnamomum cassia y la Cinnamomum verum. La primera, más conocida como la canela de Cassia, procede principalmente de China. Y la canela de la variedad verum, más conocida como canela de Ceilán, procede de Sri-Lanka (o Ceilán, que es el nombre que le dieron a la isla los navegantes portugueses del siglo XVI).

Qué no te den gato por liebre

Además de la importante diferencia de precio (la canela de Ceilán es 5 veces más cara que la china), ambas variedades tienen una composición diferente. Por ejemplo, la canela de china tiene una mayor concentración de cinamaldehído, que es un compuesto aromático que hace que su sabor sea mucho más intenso.

Sin embargo, esta variedad cassia, también tiene una mayor concentración de otro elemento químico, que es la cumarina. Este compuesto orgánico tiene una función defensora ante los depredadores en el mundo vegetal. Si la ingerimos en poca cantidad no supone ningún problema, pero consumida en exceso podría llegar a producir un daño hepático y renal. Por ese y por otros muchos motivos, la canela de Ceilán suele ser más recomendable.

Y es que, la canela de Ceilán tiene muchos beneficios. El primero de ellos, y que merece ser tenido en cuenta, es que puede usarse como un edulcorante. Combina muy bien con la mayoría de los dulces, por lo que podemos añadirla a todo tipo de platos, bizcochos, helados, tartas, infusiones, batidos, yogures, (...) incluso hay quien la añade a los guisos de carne.

Un “superalimento” muy saludable

Además de su sabor, la canela de Ceilán también tiene muchos efectos positivos para nuestra salud. De hecho, hay algunos nutricionistas que tachan a esta especia de “superalimento”. Un ingrediente esencial en casi cualquier dieta saludable y equilibrada. Aunque con alguna excepción, ya que cualquier tipo de canela está contraindicada durante el embarazo y durante la lactancia.

El primer beneficio para la salud de la canela de Ceilán es que tiene un efecto saciante. Lo que puede ayudarnos si pretendemos perder un poco de peso y controlar nuestra alimentación. Por eso, es un ingrediente ideal en las dietas de adelgazamiento.

Además, también regula los picos de insulina y mejora el metabolismo de la glucosa en el hígado. Lo que hace que algunos especialistas, como los del Departamento de Nutrición Humana del Centro de Investigación en Beltsville (Maryland, Estados Unidos), la recomienden para tratar a pacientes de diabetes de tipo 2.

También es muy beneficiosa para fortalecer nuestra flora intestinal. Y es que, toda la actividad de la microbiota se ve reforzada por esta especia. Es utilizada como tónico estomacal, ya que facilita el buen funcionamiento del sistema digestivo ayudando a la expulsión de gases y a combatir las náuseas, los vómitos y las diarreas.

Además, la gran densidad de antioxidantes de la canela de Ceilán tienen un efecto antiinflamatorio. Lo que hace de la canela un gran relajante muscular. De hecho, en la España rural se ha utilizado típicamente la canela para inducir el sueño en los niños.