Estudio
El signo de tu cuerpo que aumenta la probabilidad de sufrir demencia en el futuro
Un estudio asocia el sobrepeso con la demencia en mujeres, mientras que en hombres el factor es el bajo peso
La demencia es un problema mundial de primer orden ya que se prevé que 135 millones de personas en todo el mundo padecerán esta devastadora enfermedad para el año 2050. La edad es el principal factor de riesgo para padecer este síndrome, sin embargo, no es el único. Hay otros relacionados con el estilo de vida que pueden llegar a ser igual de importantes. “Es probable que la prevalencia de la demencia aumente en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población; y todavía no hay cura para la demencia”, explica el Prof. Dr. Karel Kostev, del Departamento de Epidemiología de IQVIA. “En vista de ello, IQVIA ha estado llevando a cabo diferentes estudios que investigan los factores de riesgo de la demencia con el fin de prevenir su aparición, especialmente en los pacientes de edad avanzada”.
Diversos estudios científicos han analizado la posible asociación entre el índice de masa corporal (IMC) en la última etapa de la vida y la demencia. Dado que hay algunos datos que sugieren que los estrógenos tienen efectos neuroprotectores, es posible que la relación IMC-demencia difiera entre mujeres y hombres. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna investigación ha analizado esta hipótesis. Ahora, una estudio internacional, en el que han participado científicos de la Unidad de Investigación y Desarrollo del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (Barcelona), ha investigado la posible relación entre el IMC y la demencia, teniendo en cuenta las diferencias entre en mujeres y hombres.
Este estudio de cohorte retrospectivo utilizó datos de la base de datos Disease Analyzer (IQVIA), que contiene datos demográficos, de diagnóstico y de prescripción de pacientes seguidos en consultas generales y especializadas en Alemania. Se incluyeron pacientes seguidos en una de las 832 consultas generales de Alemania entre enero de 2006 y diciembre de 2019. La fecha índice correspondió a la fecha de la primera visita entre 2006 y 2019. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: datos disponibles sobre el IMC durante el período comprendido entre un año antes de la fecha índice y un año antes del diagnóstico de demencia o del último seguimiento; edad =65 años en la fecha índice; y ningún diagnóstico de demencia antes o en la fecha índice.
La demencia incluía la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia no definida. Utilizando la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y utilizando el valor medio del IMC entre un año antes de la fecha índice y un año antes del diagnóstico de demencia o del último seguimiento, el IMC se incluyó en este estudio como una variable de cuatro categorías: bajo peso (es decir, IMC <18,5 kg/m2), peso normal (es decir, IMC 18,5-<25 kg/m2), sobrepeso (es decir, IMC 25-<30 kg/m2) y obesidad (es decir, IMC =30 kg/m2). Las variables de control incluían la edad, el sexo y las comorbilidades documentadas en los cinco años anteriores al diagnóstico de demencia o al final del seguimiento. Las asociaciones entre el IMC y la demencia en todos los pacientes y por sexo se analizaron con modelos de regresión de Cox ajustados por edad y comorbilidades.
El estudio incluyó a 296.767 pacientes (edad media de 70,2 años; 54,3% mujeres). La proporción de bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad fue del 0,9, 25,5, 41,5 y 32,1%, respectivamente. La incidencia de demencia a 10 años disminuyó significativamente del 11,6% en las personas con bajo peso al 8,7% en las que tenían obesidad. En las mujeres, sólo el sobrepeso se asoció significativa y negativamente con la demencia. En cambio, en los hombres, la única categoría de IMC asociada significativa y positivamente con la incidencia de demencia fue el bajo peso.
En cuanto a los tipos específicos de demencia, la obesidad se asoció significativa y negativamente con la enfermedad de Alzheimer y el sobrepeso se asoció negativamente con la demencia indefinida en las pacientes femeninas. En los pacientes masculinos, también hubo una asociación negativa y significativa entre la obesidad y la enfermedad de Alzheimer, mientras que el bajo peso se asoció positivamente con la demencia indefinida.
“Parece que existe una relación fuerte y positiva entre el bajo peso y la demencia en los hombres mayores. En este contexto, las alteraciones cognitivas deberían evaluarse regularmente en los pacientes varones de edad avanzada con un IMC<18,5 kg/m2. Además, en esta población deberían aplicarse intervenciones destinadas a aumentar el peso, y estas intervenciones podrían incluir suplementos nutricionales, refrigerios de alto contenido energético y servicios de apoyo comunitario. Por otra parte, el sobrepeso puede proteger contra la demencia en las mujeres mayores, lo que sugiere que un exceso de peso moderado al final de la vida puede ser aceptable desde una perspectiva cognitiva”, comenta Louis Jacob, de la Unidad de Investigación y Desarrollo del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.
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