Adiós a la secadora: el método holandés para secar la ropa en tiempo récord

Con la llegada de mayo, las temperaturas empiezan a subir, los días se alargan y poco a poco dejamos atrás el clima frío. Aun así, muchas viviendas (especialmente aquellas sin balcones soleados o con poca ventilación) siguen enfrentándose a un problema recurrente: secar la ropa de forma eficaz en interiores. Aunque los días primaverales ayudan, las lluvias ocasionales aún pueden complicar esta tarea. Aquí es donde surge el llamado 'método holandés', una técnica sencilla y económica.

A pesar de que el sol empieza a hacer acto de presencia con más frecuencia, no todas las casas disfrutan de buena orientación o espacios exteriores adecuados para tender. Además, muchas personas, por horarios de trabajo, solo pueden lavar la ropa por la noche, lo que obliga a secarla en interiores.

El 'método holandés' es una técnica casera que evita el uso de secadoras eléctricas. Consiste en colocar una bolsa de agua caliente junto al tendedero, generando una fuente de calor suave que acelera la evaporación de la humedad de las prendas. Aunque pueda parecer una solución más típica de invierno, es sorprendentemente útil también en los días húmedos de primavera o en viviendas con poca exposición solar.

Trucos de secado

Además del método holandés, existen otros hábitos sencillos que pueden mejorar notablemente el tiempo de secado:

• Centrifugado extra: Asegúrate de que la ropa salga de la lavadora lo más seca posible.

• Espaciado entre prendas: Cuanto más espacio haya entre la ropa, más rápido circulará el aire.

• Colgar en perchas: Ideal para camisas o camisetas, ya que evita arrugas y acelera el proceso.

En esta época del año, abrir ventanas unas horas al día permite que el aire circule y elimine la humedad ambiental. Esto, combinado con las temperaturas más suaves, facilita un secado natural más rápido.

Aunque parezca contradictorio usarlo con la llegada del calor, un ventilador colocado estratégicamente frente al tendedero puede seguir siendo útil, sobre todo durante las noches sin brisa o en habitaciones mal ventiladas. Consume poca energía y acelera el secado de forma más eficiente que una secadora.