Incendios
Cómo lidiar con la posibilidad de perderlo todo: estos consejos son clave para evitar que los incendios afecten a tu salud mental
Expertos en psicología de emergencias recomiendan desde recuperar la sensación de control hasta limitar la exposición mediática, destacando que todas las reacciones iniciales son normales tras la catástrofe
Los devastadores incendios en España no solo arrasan paisajes y hogares, sino que también dejan una profunda huella psicológica, especialmente en los evacuados. Según Mónica Pereira, del Grupo de Urgencias y Catástrofes del Colegio de Psicología de Madrid, durante el primer mes tras la catástrofe, las respuestas pueden ser diversas e inesperadas: llanto descontrolado, risa nerviosa, alteraciones del apetito o bloqueo emocional. Todas estas, incluyendo la resistencia a abandonar el hogar amenazado, son respuestas normales ante un trauma extremo. "Mi cerebro no es capaz de procesar la posibilidad de perder todo lo creado durante tanto tiempo", explica Pereira, subrayando que el hogar representa seguridad y su pérdida genera un profundo shock.
Estrategias para recuperar el control
Según informa EFE, aunque la mayoría de afectados (entre un 75% y un 80%) logra retomar su vida con normalidad, entre un 5% y un 10% desarrollará trastornos mentales a largo plazo. La incertidumbre, enfatiza Pereira, es lo más difícil de gestionar para el cerebro humano. Por ello, los psicólogos insisten en la necesidad de que los evacuados recuperen la sensación de control: asignarles tareas concretas (como organizar alimentos, cuidar de niños o preparar alojamientos) ayuda a ocupar la mente de manera funcional. "No deben dejar todo en manos de otros; necesitan retomar las riendas de su vida", señala. Además, las autoridades deben proporcionar información constante para reforzar la sensación de cuidado.
La sobreexposición a noticias sobre el desastre es otro riesgo clave. Laura Fernández, técnica de Salud de Cruz Roja, advierte que esto puede generar angustia, ansiedad e incluso "estrés vicario" en personas no directamente afectadas. Aunque mantenerse informado es importante, recomienda evitar la exposición constante a medios. Paralelamente, recibir apoyo psicológico inmediato es vital para gestionar emociones como el miedo, insomnio o recuerdos intrusivos, sobre todo en grupos vulnerables (niños, mayores o personas con enfermedades previas).
Mantener redes de apoyo social y retomar rutinas anteriores son pilares fundamentales para la recuperación. Hablar con personas de confianza sobre lo vivido y garantizar necesidades básicas (alimento, seguridad física) son pasos esenciales. Para quienes carecen de esta red, Cruz Roja ofrece recursos como el proyecto Cruz Roja Te Escucha, con una línea telefónica abierta para atender el malestar emocional. La clave, concluyen los expertos, es normalizar las reacciones iniciales, actuar con herramientas prácticas y pedir ayuda profesional si los síntomas persisten o empeoran.