Salud

La contaminación del aire aumenta el riesgo de demencia, según un estudio de Cambridge

Las zonas urbanas con alto tráfico o actividad industrial presentan concentraciones de contaminación muy por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud

Huelva ya perfila su plan anticontaminación
Huelva ya perfila su plan anticontaminaciónEp

En los últimos años, la relación entre contaminación y salud ha sido objeto de numerosos estudios, pero ahora una investigación de la Universidad de Cambridge añade una alerta más grave: respirar aire contaminado podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia.

El estudio, publicado en The Lancet Planetary Health y recogido por The Guardian, analizó datos de más de 29 millones de personas y ofrece la evidencia más sólida hasta la fecha sobre cómo la exposición prolongada a partículas finas en el aire afecta al cerebro.

La evidencia: contaminación y deterioro cognitivo

Según los investigadores, por cada pequeña cantidad extra de contaminación en el aire, concretamente 10 microgramos de partículas finas por cada metro cúbico de aire, aumenta el riesgo de desarrollar demencia por 17%.

Estas partículas, producidas por el tráfico, la industria y la quema de combustibles fósiles, son tan pequeñas que pueden entrar en el flujo sanguíneo y llegar hasta el cerebro.

El profesor Jonathan Mill, coautor del estudio, explicó a The Guardian que los hallazgos “confirman que los efectos de la contaminación del aire no se limitan al sistema respiratorio, sino que también afectan al cerebro, acelerando procesos de deterioro cognitivo”.

Cómo afecta al cerebro la contaminación

Los investigadores creen que los contaminantes pueden provocar inflamación crónica y estrés oxidativo en el sistema nervioso. Estas reacciones dañan las neuronas y pueden favorecer la acumulación de proteínas asociadas al Alzheimer.

Estudios previos de la Universidad de Harvard y la Universidad de Copenhague ya habían encontrado resultados similares, señalando que la exposición prolongada a partículas PM 2.5 está relacionada con una mayor incidencia de Alzheimer y Parkinson.

Un metaanálisis de BMJ en 2023 también concluyó que la contaminación del aire era un factor de riesgo modificable para la demencia, comparable al tabaquismo o la hipertensión.

Los países más afectados y las implicaciones de salud pública

Las zonas urbanas con alto tráfico o actividad industrial presentan concentraciones de PM 2.5 muy por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ciudades como Londres, Madrid o Ciudad de México duplican o incluso triplican ese umbral.

La directora de la organización Alzheimer’s Research UK, Susan Kohlhaas, declaró que estos hallazgos “refuerzan la necesidad de políticas ambientales más estrictas, no solo por el medio ambiente, sino por la salud cerebral de millones de personas”.

En el plano individual, los expertos recomiendan medidas simples para reducir la exposición: evitar caminar junto a carreteras congestionadas, ventilar los espacios interiores con precaución en días de alta contaminación y usar purificadores de aire o mascarillas filtrantes.