Iniciativa social

«Las empresas son un actor fundamental en el cambio social y la justicia»

En el marco del programa Incorpora, personas vulnerables como Djogo Barri han accedido a un empleo gracias a la colaboración de las compañías

Djogo Barri, de 22 años y procedente de Guinea Conakry, trabaja en el obrador de una panadería
Djogo Barri, de 22 años y procedente de Guinea Conakry, trabaja en el obrador de una panaderíaLa Caixa

Djogo Barri estaba estudiando secundaria cuando dejó su país de origen, Guinea Conakry, para venir a vivir a España. Entonces, realizó un curso de electricidad para tratar de encauzar su vida laboral, aunque labrarse un futuro profesional en un nuevo país partiendo de cero no es tarea fácil.

Su foco de interés son las energías renovables, pero su oportunidad laboral surgió en el mundo del pan artesanal. Hace un par de años, Djogo, que ahora tiene 22 años, empezó a trabajar en un obrador de la panadería Panic, donde desde las cuatro de la madrugada hasta mediodía se encarga de identificar y etiquetar cada paquete y preparar el reparto de los pedidos destinados a restaurantes de Madrid.

Pese a que es un trabajo que, en palabras de Gean Carlos Sallas, coordinador del obrador, «exige mucho del empleado», Djogo admite estar encantado, lo que pone en valor el trabajo desarrollado por la Fundación San Juan del Castillo Pueblo Unidos, entidad que, en el marco del programa Incorpora de Fundación La Caixa, ha acompañado al joven durante el proceso de inserción laboral.

«Me dieron todo su apoyo y su orientación, me enseñaron a preparar un currículum y a enfrentar una entrevista», recuerda Djogo acerca de la labor desempeñada por la entidad social que, como las otras 412 que colaboran con el programa, ofrece un itinerario de inserción personalizado, el cual incluye orientación laboral, refuerzo emocional, asesoramiento legal y formación, a colectivos con dificultades para acceder a un empleo, como personas con discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión y mujeres víctimas de violencia de género.

En definitiva, en la entidad trabajaron «para que él mismo supiese identificar su potencial y lo que puede aportar en un trabajo», indica Candela Cortina, técnica de orientación sociolaboral de la entidad . Y, en este sentido, en el marco del programa Incorpora, que en el primer semestre de 2025 ha atendido a 57.868 personas y ha facilitado más de 20.000 puestos de trabajo, cobra una gran relevancia la formación.

De hecho, de enero a junio de este año se impartieron 138 cursos, en los que participaron 2.064 personas y un 52% lograron un empleo a la conclusión.

Los buenos resultados de estas formaciones se debe a que responden a las necesidades de las empresas, que no se concretan únicamente en los conocimientos técnicos del trabajador, sino que también tienen que ver con «la actitud, las ganas de aprender, la puntualidad y la capacidad de relacionarse con el resto del equipo», tal y como explica Cortina.

Una alianza clave

En este contexto, es importante destacar que el programa Incorpora no funcionaría sin la imprescindible colaboración de las empresas que, mediante alianzas con las entidades sociales, ofrecen oportunidades a los colectivos de población más vulnerables.

De hecho, durante el primer semestre de 2025, un total de 9.633 compañías participaron en el programa Incorpora y eso permitió que se llevaran a cabo 21.003 inserciones laborales, lo que pone de manifiesto el papel clave que juega la empresa en la construcción de una sociedad más inclusiva.

Para Natalia Padrón, técnica de prospección y colaboración con empresas de la Fundación San Juan del Castillo, «pese a que muchas veces se habla de las empresas como si fueran entes abstractos, éstas las forman personas y son un actor fundamental en el cambio social y la justicia».

Por otra parte, Padrón destaca también el valor añadido que supone para las compañías la incorporación de perfiles como el de Djogo, puesto que «la diversidad de las plantillas es una fuente de enriquecimiento porque las personas de origen extranjero aportan los conocimientos adquiridos en su país de acogida y de origen, así como distintas perspectivas para resolver problemas».

Sea como fuere, Djogo reconoce que a día de hoy, tras haber superado diferentes obstáculos y preocupaciones en el pasado, es «feliz», por lo que «trata de no enfocarse demasiado en el futuro y estar centrado en el presente».

Así pues, en el contexto del Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, la historia de Djogo, el compromiso de Panic y el incansable trabajo de la Fundación San Juan del Castillo bajo el paraguas del programa Incorpora de Fundación La Caixa recuerdan que el empleo es mucho más que una fuente de ingresos.

Se trata de una herramienta poderosa para dignificar a las personas, fomentar su autonomía y romper el círculo de la pobreza. La inclusión laboral no solo transforma vidas individuales, sino que también construye sociedades más justas y prósperas.