Curiosidades

¿No eres capaz de terminar todo el líquido de un vaso? No eres raro, hay una explicación científica

No es una manía ni una rareza: hay un motivo psicológico y evolutivo detrás de ese rechazo al último sorbo

¿No eres capaz de terminar todo el líquido de un vaso? No eres raro, hay una explicación científica
¿No eres capaz de terminar todo el líquido de un vaso? No eres raro, hay una explicación científica Unsplash

¿Alguna vez has dejado un poco de café, té o agua en el fondo del vaso sin saber muy bien por qué? No estás solo o sola, y según la farmacéutica Elena Monje, este comportamiento aparentemente trivial tiene un origen psicológico con raíces profundas en nuestra evolución.

A través de sus redes sociales, Monje compartió un vídeo donde explica por qué a algunas personas les resulta imposible terminarse todo el líquido de un recipiente. Lo que parecía una simple "manía" resulta estar relacionado con uno de los mecanismos de supervivencia más importantes del ser humano.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando vemos el fondo del vaso?

Según Monje, lo que sucede tiene que ver con una reacción visceral ante ciertos estímulos: cambios de textura, temperatura, color o la presencia de sedimentos que suelen concentrarse en el fondo del recipiente. "Puede que no haya nada objetivamente peligroso en ese último trago, pero nuestro cerebro lo interpreta como algo contaminado o indeseable", explica.

Esa sensación de rechazo activa circuitos cerebrales relacionados con el asco, una emoción clave en la evolución humana para evitar enfermedades. Este mecanismo nos ha ayudado a sobrevivir evitando alimentos en mal estado, agua sucia o sustancias potencialmente peligrosas, incluso cuando no existe una amenaza real.

El asco como instinto de protección

La farmacéutica señala que la aversión al ascoes un instinto profundamente arraigado en nuestro sistema de alerta. No solo reacciona ante olores fuertes o texturas desagradables, sino también ante lo que intuimos que podría estar contaminado. El fondo de una taza, por su coloración, sedimentos o residuos, puede disparar ese mismo mecanismo.

En el caso de quienes experimentan esta reacción, no se trata de exageración ni de "manías sin sentido", sino de una respuesta automatizada del cuerpo ante un posible riesgo percibido. Y aunque ese riesgo no sea real, el cerebro actúa como si lo fuera, evitando que bebamos ese último trago.

Entonces, ¿es normal dejar el fondo del vaso?

Totalmente. Puede que no le pase a todo el mundo, pero si eres de los que siempre deja un pequeño resto en la taza, ahora sabes que no tiene nada de malo. A veces, hasta el gesto más cotidiano tiene detrás una explicación fascinante. Y este es un buen ejemplo de cómo nuestra mente, incluso cuando parece irracional, sigue guiada por patrones diseñados para protegernos.