
Crisis global
La Reina: «El hambre es hoy un arma de guerra»
Doña Letizia preside en Roma la ceremonia del Día Internacional de la Alimentación organizada por la FAO

Cuentan que hace una década, cuando Doña Letizia fue nombrada embajadora especial para la Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y tuvo la primera toma de contacto con el equipo de la institución en Roma, se quedaron más que sorprendidos puesto que la Reina de España llegaba a la reunión de trabajo con algo más que nociones básicas. Este jueves ha vuelto a demostrar que asume su responsabilidad como voz de denuncia de la crisis global del hambre en el planeta durante la ceremonia institucional con motivo del Día Internacional de la Alimentación que este año conmemora además las ocho décadas de existencia de esta plataforma de la ONU.
«Parece fácil de decir, pero difícil de cumplir, intentar, seguir intentando mejorar la situación de más de 600 millones de personas que no tienen alimento alguno, hoy 16 de octubre tampoco, y que casi 2.300, 2.600, 3.000 millones de personas, las cifras bailan, no se puedan permitir una alimentación saludable…», compartió la Reina en su intervención, en un acto en el que también participaron, entre otros, León XIV, la presidenta italiana Giorgia Meloni o la princesa Basma bint Tala de Jordania.
Sabedora de que «nos ha tocado vivir tiempos difíciles», Doña Letizia reivindicó «el multilateralismo, la cooperación al desarrollo, el vínculo entre financiación y justicia social o la consideración de la alimentación como un derecho humano e inalienable».
La Reina no dudó en criticar cómo «el hambre es un arma de guerra en algunos lugares del mundo», añadiendo otros elementos como las tensiones geopolíticas, migraciones forzadas, volatilidad de los precios... También puso encima de la mesa el problema del «desperdicio alimentario» y planteó cómo el cambio climático, con sequías, inundaciones, la desertización y otros fenómenos extremos, se está cebando con «los más vulnerables». No se olvidó de mencionar la situación de vulnerabilidad en las que se encuentran las familias que se dedican a la agricultura.
En medio de este contexto, puso en valor la labor de la FAO, así como el compromiso de España para crear «sistemas más sostenibles». Y continuó su intervención parafraseando una de las frases clave del discurso de Felipe VI en su reciente intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas: «La dignidad del ser humano no es negociable». «Solamente si ponemos en el centro de las políticas alimentarias los derechos de las personas, respetaremos esa dignidad».
Y no se quedó ahí. La embajadora especial lanzó un órdago a sus interlocutores: «Me gustaría, por favor, que si hay alguien en la sala o en algún lugar que tenga una idea mejor que la cooperación multilateral para conseguir que las personas tengan una alimentación adecuada, que venga aquí, por favor, y que nos lo diga». «Mientras tanto, vamos a tener que seguir empeñándonos en trabajar, en cooperar, en acompañar, en preocuparnos, en ayudar a las personas que no han tenido tanta suerte como nosotros y que tienen una vida más difícil», añadió.
Y remató su alocución, remitiéndose a León XIV, que intervino previamente: «Su Santidad el Papa lo acaba de decir ahora mismo, ‘‘veamos el sufrimiento ajeno como algo propio. Cuentan que hace una década, cuando Doña Letizia fue nombrada embajadora especial para la Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y tuvo la primera toma de contacto con el equipo de la institución en Roma, se quedaron más que sorprendidos puesto que la Reina de España llegaba a la reunión de trabajo con algo más que nociones básicas. Este jueves ha vuelto a demostrar que asume su responsabilidad como voz de denuncia de la crisis global del hambre en el planeta durante la ceremonia institucional con motivo del Día Internacional de la Alimentación que este año conmemora además las ocho décadas de existencia de esta plataforma de la ONU.
«Parece fácil de decir, pero difícil de cumplir, intentar, seguir intentando mejorar la situación de más de 600 millones de personas que no tienen alimento alguno, hoy 16 de octubre tampoco, y que casi 2.300, 2.600, 3.000 millones de personas, las cifras bailan, no se puedan permitir una alimentación saludable…», compartió la Reina en su intervención, en un acto en el que también participaron, entre otros, León XIV, la presidenta italiana Giorgia Meloni o la princesa Basma bint Tala de Jordania.
Sabedora de que «nos ha tocado vivir tiempos difíciles», Doña Letizia reivindicó «el multilateralismo, la cooperación al desarrollo, el vínculo entre financiación y justicia social o la consideración de la alimentación como un derecho humano e inalienable».
La Reina no dudó en criticar cómo «el hambre es un arma de guerra en algunos lugares del mundo», añadiendo otros elementos como las tensiones geopolíticas, migraciones forzadas, volatilidad de los precios... También puso encima de la mesa el problema del «desperdicio alimentario» y planteó cómo el cambio climático, con sequías, inundaciones, la desertización y otros fenómenos extremos, se está cebando con «los más vulnerables». No se olvidó de mencionar la situación de vulnerabilidad en las que se encuentran las familias que se dedican a la agricultura.
En medio de este contexto, puso en valor la labor de la FAO, así como el compromiso de España para crear «sistemas más sostenibles». Y continuó su intervención parafraseando una de las frases clave del discurso de Felipe VI en su reciente intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas: «La dignidad del ser humano no es negociable». «Solamente si ponemos en el centro de las políticas alimentarias los derechos de las personas, respetaremos esa dignidad».
Y no se quedó ahí. La embajadora especial lanzó un órdago a sus interlocutores: «Me gustaría, por favor, que si hay alguien en la sala o en algún lugar que tenga una idea mejor que la cooperación multilateral para conseguir que las personas tengan una alimentación adecuada, que venga aquí, por favor, y que nos lo diga». «Mientras tanto, vamos a tener que seguir empeñándonos en trabajar, en cooperar, en acompañar, en preocuparnos, en ayudar a las personas que no han tenido tanta suerte como nosotros y que tienen una vida más difícil», añadió.
Y remató su alocución, remitiéndose a León XIV, que intervino previamente: «Su Santidad el Papa lo acaba de decir ahora mismo, ‘‘veamos el sufrimiento ajeno como algo propio’’.✕
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