Trucos sencillos para eliminar las manchas amarillas de la ropa blanca sin dañarla

Mantener la ropa del mismo tono que el que tenía cuando salió de la tienda es prácticamente imposible... sobre todo si hablamos de prendas de color blanco. Como es lógico, estos tejidos son mucho más propensas a ensuciarse que los de otros colores. Y en verano, con el aumento del calor (y con el consecuente aumento de la sudoración) el color blanco de nuestra ropa se puede degradar mucho... dando lugar a la aparición de manchas amarillas.

Como ya hemos dicho, estas manchas suelen producirse como consecuencia del sudor; aunque también pueden producirse por el uso de ciertos tipos de desodorantes y cremas solares. En cualquiera de los casos, no solo es algo muy desagradable, sino que además puede arruinar una prenda que sólo se ha utilizado un par de veces. Es frecuente que estas manchas se encuentren en las axilas de camisas y camisetas, haciendo que sean muy visibles y que den la sensación de suciedad.

¿Cómo eliminar estas manchas amarillas?

Pero -sin duda- el mayor problema de estas manchas amarillas, es que no son nada fáciles de eliminar. Y con una limpieza en la lavadora rara vez será suficiente. Hay quién opta por utilizar un poco de lejía para limpiarlas... pero esto no suele ser demasiado efectivo. Porque pueden provocar que las manchas se vuelvan todavía más oscuras y más visibles.

Ahora bien, hay algunos trucos que podemos utilizar para que no quede ni rastro de ellas y que sí son realmente efectivos:

Uno de los remedios clásicos y más eficaces para resolver infinidad de problemas de limpieza domésticos es el vinagre de vino blanco. En muchos casos basta con sumergir las prendas de color blanco en una mezcla de agua y vinagre. Y si las dejamos en remojo durante -al menos- una hora y las metemos después en la lavadora, no sólo eliminaremos los olores más desagradables, sino que también conseguiremos descomponer las manchas de sudor. Otra opción es utilizar un trapo empapado con un poco de vinagre (aunque no es un método tan efectivo como el anterior).

El segundo de los remedios clásicos es el de usar bicarbonato de sodio. Esta es una fórmula que también podría solucionar el problema de los antiestéticos surcos amarillos... posiblemente de una forma más eficaz todavía. Sólo habría que preparar una sencilla pasta con unas gotas de agua... y frotarla suavemente sobre la zona a tratar.

Si queremos que el resultado sea mucho más efectivo todavía, hay un producto que podemos añadir: el detergente para platos. Si frotamos esta mezcla de bicarbonato, agua y detergente para platos sobre las manchas amarillas y la dejamos actuar durante unas horas... podemos dar por sentado que el resultado será perfecto y que los blancos volverán a su tonalidad original.