
Psicología
Víctor Küppers, experto en psicología positiva: “No hay que admirar la inteligencia, es cuestión de suerte”
El especialista en crecimiento personal desvela que hay que priorizar otras cualidades: "Hay que admirar si eres buena persona"

La inteligencia es una capacidad cognitiva que permite entender, comprender e inventar, pero también un enigma que ha deslumbrado, fascinado y desconcertado a la humanidad durante siglos. La inteligencia artificial se mide a través del coeficiente intelectual (CI) es una puntuación que mide la capacidad cognitiva y el potencial intelectual de una persona en comparación con otras de su misma edad. Se obtiene a través de pruebas estandarizadas que evalúan habilidades como la lógica, el razonamiento, la memoria y la resolución de problemas.
Se tiende a admirar a las personas altamente inteligentes ya que llegan a logros muchas veces nunca antes alcanzados. Su capacidad para resolver problemas, comprender cosas complejas, crear ideas innovadoras y ofrecer soluciones útiles que benefician a los demás provocan que otras personas les valoren especialmente. Sin embargo, el experto en psicología positiva y en crecimiento personal Víctor Küppers pide no admirar a este tipo de personas.
Ser inteligente es una suerte
El experto explica el motivo por el que no se debe admirar a este tipo de personas con dos sencillas preguntas: "¿Admirarías a alguien por ser alto? ¿O por tener unas orejas pequeñas?". La respuesta más natural sería no, ya que simplemente es genética y no algo trabajado. Como afirma Küppers, "ser inteligente es cuestión de suerte" pese a que se pueda trabajar en cierto modo. Incide en su explicación: "Vivimos en una sociedad que cuando alguien es muy inteligente, parece digno de admiración. Yo creo que la inteligencia no hay que admirarla. La inteligencia es una suerte".
¿Qué se debe admirar?
Víctor Küppers señala otro aspecto a admirar: "Hay que admirar si eres buena persona, porque eso supone un esfuerzo". Ser inteligente es algo aleatorio mientras que el ser buena persona se trabaja durante el día a día". Para explicar lo que realmente hace a una persona valiosa introduce tres conceptos:
- Conocimientos: Lo que sabemos.
- Habilidades: Lo que sabemos hacer.
- Actitud: Cómo nos enfrentamos a la vida.
Esos tres conceptos son la base para avanzar y crecer, siempre a través de una fórmula matemática: Conocimientos + Habilidades x Actitud. En la multiplicación está la clave porque los conocimientos y las habilidades suman, pero es la actitud lo que dispara todo los conocimientos y las habilidades de una persona. Para ello, señala que hay que preguntarse cómo nos gustaría que nos vieran las personas conocidas y aplicar la técnica de puzle: "Para hacer un rompecabezas, tú necesitas ver la foto. Y cuando tienes la foto, coges la pieza y la puedes ubicar. Sin la foto es imposible".
El verdadero valor de una persona
El profesor explicó cuál es el verdadero valor de una persona. A través de un ejemplo, llegó a la siguiente conclusión: "Tú no vales tu coche, tú no vales el tamaño de tu televisor, tú no vales tu cargo profesional". Son aspectos importantes y que pueden ayudar a tener una vida más exitosa y cómoda, pero no es el verdadero valor. Es el siguiente: "Tú vales tu calidad humana". Teniendo muy poco a nivel material se puede tener un valor enorme: "No hay nada más grande a lo que aspirar que a ser buena persona y nada más gratificante".
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