Róterdam 2021
Blas Cantó lo borda en su segundo ensayo en Eurovisión
En la escenografía destacan los cambios de iluminación
Blas Cantó ha vuelto a emocionarse en su segundo ensayo de Eurovisión 2021. Su voz, con un nudo en la garganta cada vez que canta “Voy a quedarme”, ha acariciado al cielo, hacia donde dirige su canción y su mirada. Una hermosa interpretación que ha cobrado fuerza con los cambios y mejoras en los planos de cámara, luces y la realización.
“Los cambios más notables los vamos a realizar en la iluminación para centrar la atención en Blas”, ha explicado Marvin Dietmann. Los colores cálidos que se proyectan en las pantallas en la explosión final simbolizan la luz en medio de la oscuridad, la esperanza, y ayudan a transmitir el mensaje de esperanza de la canción. Vuelve a ver el segundo ensayo completo.
La realización está pensada para conmocionar a los 200 millones de espectadores que seguirán la final el 22 de mayo desde casa; mientras que los 3.500 personas que accedan al Arena podrán disfruar del perfecto directo de nuestro representante.
El director creativo, ha apostado por más planos cortos para centrarse en la emoción y la honestidad que transmiten los ojos del artista. Este ha sido el principal cambio con respecto al primer ensayo que vimos el jueves, 13 de mayo. El austríaco ha creado una escenografía intimista valiéndose de 24 cámaras, entre ellas una cabeza caliente, una cablecam, dos steady y varias en railes que funcionan de forma automática.
Durante los tres minutos que dura la actuación, veremos 36 planos en total con transiciones largas entre ellos, que le dan delicadeza y emoción. Ha incluido encuadres abiertos para crear un ambiente épico y permiten visualizar el recorrido de la luna y el eclipse solar, que va iluminando la escena en el in crescendo. Los visuales de la pantalla LED, con un área de 525 metros cuadros - 52x12 metros-, eleva al cantante al cielo a través de un viaje por las estrellas.
“La actuación es un diálogo entre él y la persona que más amaba a través del universo. La luna, en cierta forma, representa el ciclo de la vida. Marvin, Blas y RTVE compartimos impresiones y decidimos que era el elemento apropiado para conducir su historia. Estamos satisfechos con el resultado”, ha señalado Ana María Bordás, jefa de la delegación española.
Y sobre el escenario, sólo Blas y su historia de amor eterno por su abuela. Situado en medio de la plataforma principal del escenario, con forma trapezoidal, 125 metros cuadro de superficie y situado a 180 de altura. El espacio ha sido diseñado por Florian Wieder, creador de los últimos cuatro escenarios eurovisivos. Con una superficie total de 200 metros cuadrados y tres pantallas LEDs, está inspirado en el eslogan de este año “Ábrete a” (Open Up) y en los canales y puentes típicos de las ciudades de los Países Bajos.
Nuestro representante actuará el próximo 22 de mayo vestido con moda española. Lucirá un look total blackdiseñado por Jaime Álvarez, director creativo de la firma Mans Concept. El estilismo está compuesto por una camisa de satén, con la caída y brillo propio del tejido, y un pantalón de vestir clásico sin pinzas. “El traje que lleva es una segunda piel, como si estuviese desnudo”, ha afirmado el modisto, que ha destacado la frescura del murciano.
Raúl Amor, el estilista de la delegación española, ha hecho algunos arreglos: ha entallado la pernera del pantalón y cosido los bolsillos para estilizar la figura del artista. Además, la idea inicial era que vistiera un traje completo pero se ha optado por prescindir de la chaqueta para que estuviera más cómodo en el escenario.
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