
Polémica
Beatriz de Vicente, certera en el análisis a la "casa de los horrores" de Oviedo: "Creen que protegen a sus hijos, pero viven en un delirio"
La criminóloga y abogada penalista ha advertido en 'Espejo Público' que los padres podrían sufrir una enajenación mental compartida que justificaría el aislamiento extremo de sus tres hijos durante cuatro años en condiciones insalubres

La ciudad de Oviedo se encuentra consternada tras conocerse un caso que ha sido calificado por la Policía Local como “la casa de los horrores”. En un chalé de las afueras, un matrimonio formado por un ciudadano alemán de 53 años y una mujer estadounidense de 48, mantenía encerrados a sus tres hijos —dos gemelos de ocho años y un tercero de diez— desde diciembre de 2021. Los menores, que no estaban escolarizados, no habían salido al exterior en todo este tiempo, ni siquiera al jardín. Fue una vecina quien alertó a las autoridades tras sospechar que los niños se encontraban recluidos. La investigación confirmó que la familia vivía en condiciones insalubres, con la casa llena de basura y sin ventilación. Los niños llevaban pañales pese a su edad y no tenían contacto con ningún entorno médico desde 2019. El matrimonio solo abría la puerta para recoger la compra a domicilio. Cuando los agentes accedieron al domicilio, encontraron a los pequeños asustados, con tres mascarillas puestas cada uno. Actualmente, los menores están bajo tutela del Principado de Asturias y se encuentran en proceso de evaluación física y psicológica.
La posible enajenación mental, clave en la investigación
Durante una intervención telefónica en 'Espejo Público', la abogada y criminóloga Beatriz de Vicente ofreció su análisis sobre este estremecedor caso. Según la experta, todo apunta a que el matrimonio podría haber desarrollado un “delirio compartido”, motivado por un miedo extremo a un virus externo que justificaba, en su visión distorsionada, mantener a sus hijos aislados del mundo. De Vicente subrayó que, aunque desde el punto de vista jurídico existe maltrato y abandono, será clave determinar si existía enajenación mental para valorar una posible atenuación de la responsabilidad penal. En sus palabras, “estos padres creen estar protegiendo a sus hijos, no son conscientes del daño que les están haciendo”. La abogada también señaló la posible existencia de delitos como lesiones imprudentes, pero descartó la tipificación de malos tratos dolosos si se acredita una afectación mental severa. Comparó este caso con el ocurrido en 2018 en Estados Unidos con la familia Turpin, en la que también se encerró a los hijos durante años por creencias distorsionadas. De Vicente concluyó alertando de las secuelas que estos menores arrastrarán durante toda su vida, subrayando la importancia de un apoyo psicológico continuado para su recuperación.
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