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Crónica

La deshonesta estrategia de Jorge Luengo condena a Soraya Arnelas en 'MasterChef Celebrity 10'

La cantante dijo adiós al certamen culinario más exitoso del ente público tras una prueba final sin precedentes

La deshonesta estrategia de Jorge Luengo condena a Soraya Arnelas en 'MasterChef Celebrity 10' RTVE

'MasterChef Celebrity 10' vivió un final de gala sorprendente y precoz. El culpable fue Jorge Luengo, quien tocó la campana cuando apenas habían pasado 20 minutos, condicionando mucho al resto de compañeros que luchaban con él en la prueba final de eliminación, siendo la más perjudicada Soraya Arnelas, que se marchaba entre lágrimas del concurso culinario más célebre del ente público, que lidero el prime time anoche con un sólido 15,3% de cuota de pantalla y 3,2 millones de espectadores que al menos en una ocasión sintonizaron con las aventuras entre fogones de algunas de las celebridades de nuestro país.

Visita sorpresa, IA y batalla culinaria en Trujillo

La segunda gala de 'MasterChef Celebrity 10' arrancó con la primera caja misteriosa de la edición y un giro inesperado: los hornos, microondas y placas estaban fuera de servicio. En su lugar, los aspirantes tenían que sacar partido a una air fryer escondida bajo la caja. A muchos les pilló por sorpresa, pues era evidente que nunca habían utilizado este electrodoméstico. La dificultad aumentaba con la irrupción de Pocholo Martínez-Bordiú, que regresaba cargado con una mochila llena de “patatas de mar” o limones de mar, un molusco poco habitual que debían integrar en sus creaciones.

El reto parecía asequible sobre el papel, pero la degustación demostró lo contrario: platos con aciertos, fallos notables y técnicas improvisadas. Entre los quince aspirantes, seis decepcionaron al jurado (José Manuel Parada, Rosa Benito, Alejo Sauras, Valeria Vegas, Masi Rodríguez y Jorge Luengo), mientras otros seis sorprendieron para bien (Miguel Torres, Mariló Montero, Torito, David Amor, Mala Rodríguez y Valeria Ros). La pugna final se resolvió entre Miguel Torres y Torito, pero fue el exfutbolista quien terminó coronándose como el mejor de la prueba, asegurando ventaja estratégica de cara al siguiente reto y demostrando que en este concurso se había tomado muy en serio la competición.

Con el imponente escenario de Trujillo como telón de fondo, los aspirantes se dividieron en dos equipos para elaborar un menú de cuatro platos ideado por el prestigioso chef Toño Pérez. Miguel Torres, vencedor de la primera prueba, escogió a José Manuel Parada como capitán rival, lo que desató reproches de este último, que se sintió traicionado y llegó a declarar que su amistad quedaba tocada. El cocinado estuvo cargado de altibajos y de momentos televisivos inesperados. Torito, en el equipo rojo, volvió a dar espectáculo: primero lanzando harina a Mariló Montero y luego recibiendo de ella un baño de vino, antes de culminar con un salto a la fuente que dejó a todos perplejos. Por si fuera poco, la tensión entre Valeria Vegas y Parada quedó expuesta en un cruce de reproches que reflejó viejas rencillas. Mientras tanto, los jueces ofrecieron a los capitanes un curioso “truco”: la ayuda de Toño Pérez durante unos minutos, que ambos decidieron repartirse de manera equitativa. El jurado fue contundente: el equipo azul, liderado por Miguel Torres, se impuso con un resultado impecable y devolvió a todos sus integrantes el delantal blanco. El exfutbolista repitió como mejor aspirante y, además, destinó 4.000 euros a una fundación contra el cáncer de mama, ganándose aplausos dentro y fuera de las cocinas.

La última parte de la noche introdujo un ingrediente nunca visto en la historia del programa: una tablet con inteligencia artificial para idear recetas a partir de diez ingredientes seleccionados por los delantales negros. La IA generaba una propuesta visual, pero la ejecución quedaba en manos de los aspirantes. Antes de empezar, Miguel Torres decidió salvar a Charo Reina, que arrastraba molestias físicas, gesto que alivió tensiones. La dinámica cambió radicalmente cuando se reveló que el primero en terminar podía hacer sonar una campana que obligaría al resto a finalizar su plato en apenas dos minutos. Jorge Luengo decidió arriesgar: acabó muy rápido, tocó la campana y dejó a sus compañeros con apenas veinte minutos de cocinado, lo que provocó la indignación general. Pepe Rodríguez lo resumió con ironía: “el cocinado más corto de la historia de MasterChef”.

La jugada, sin embargo, le salió cara a Jorge, pues su plato no convenció y quedó entre los peores junto a Soraya Arnelas. Tras un final cargado de nervios y disculpas de Luengo, fue la cantante quien terminó abandonando la competición. Soraya, emocionada, recordó sus inicios en otro concurso televisivo y agradeció la experiencia, confesando que lo vivido le había despertado aún más pasión por cocinar para su familia.