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Estreno

RTVE prueba suerte en las citas con confesiones raras, humor y el toque Chiapella

La televisión pública pone fecha al estreno de un espacio donde los participantes cruzan la frontera del pudor para encontrar pareja sin filtros

RTVE prueba suerte en las citas con confesiones raras, humor y el toque Chiapella RTVE

Pablo Chiapella vuelve a TVE, pero esta vez no como turista rural, sino como anfitrión en un peculiar control de fronteras donde no se revisa equipaje, sino sentimientos, rarezas y secretos guardados bajo llave. Su nuevo programa, “¿Algo que declarar?”, se estrena este miércoles 23 de julio en La 1 y promete descolocar —para bien— el prime time, con un formato de citas que mezcla confesiones, humor incómodo y una mirada curiosa a la diversidad afectiva. Chiapella abandona (momentáneamente) a Amador Rivas y se mete en la piel de un aduanero emocional dispuesto a revisar lo que nadie enseña en la primera cita.

La mecánica es tan simple como desconcertante: dos personas se encuentran en un escenario que simula un paso fronterizo. Antes de decidir si quieren seguir viéndose, deben responder a la pregunta del millón. ¿Algo que declarar? Sí, manías inconfesables, deseos algo escorados, excentridades personales, decisiones pasadas y, sobre todo, verdades que suelen llegar en el tercer mes de relación, aquí salen en el minuto cinco. El resultado no es escándalo gratuito, sino una especie de radiografía emocional que nos hace reír por fuera y, a ratos, pensar por dentro.

Este nuevo programa de RTVE busca romper con los convencionalismos del género de citas sin perder el espíritu lúdico. No hay cena a la luz de las velas ni paseos junto al mar, pero sí confrontación directa con uno mismo y con quien podría ser tu próxima pareja. En cada episodio, distintas parejas pasarán por este control sentimental improvisado, enfrentándose a la pregunta de si declarar (todo) merece la pena por un poco de amor o al menos por alguien que no te juzgue por coleccionar insectos disecados o haber tenido un affaire con tu exprofesor de yoga.

El plató es un hallazgo. Convertido en una terminal de aeropuerto con estética pop, rompe el molde habitual de los programas de citas al jugar con el lenguaje de lo fronterizo, lo clandestino y lo inesperado. Un espacio colorido y nada solemne donde no hay visado para los prejuicios, y en el que las declaraciones pueden ser más reveladoras que cualquier detector de mentiras. La dirección de Boomerang TV ha sabido equilibrar el tono gamberro con una sensibilidad que no traiciona a los participantes, aunque los expone con cierto descaro a las carcajadas ajenas.

Chiapella, además, se mueve como pez en agua. Su carisma de vecino granuja, tan reconocido por “La que se avecina”, funciona aquí como amortiguador emocional. Cuando la confesión aprieta, él suaviza. Cuando el silencio se alarga, él mete el chiste justo. El humor no se impone, pero flota. Y eso, en televisión, es más difícil de conseguir que una cita estable. El actor manchego demuestra que puede presentar sin sobreactuar y guiar sin empujar, todo con esa mezcla suya de ternura inesperada y desparpajo irónico.

“¿Algo que declarar?” aterriza en un slot competitivo, donde se enfrenta a “El Peliculón” de Antena 3, “Todos por ti” de Telecinco, “Viajeros Cuatro” y “Tracker” en laSexta. Pero más allá del share, su propuesta tiene algo que juega a favor del boca a boca: es reconocible, impredecible y, sobre todo, no se parece a nada que esté ahora mismo en parrilla. Si funciona, será porque conecta con esa necesidad de ver relaciones reales, torpes, incómodas y con mucho equipaje emocional. Y si no, al menos nos deja un rato divertido viendo a personas decir en voz alta lo que solemos guardar bajo siete llaves.

Porque si algo queda claro tras ver un adelanto del programa, es que en la aduana del amor, todos llevamos algo que declarar. Aunque sea el miedo a que nos miren demasiado de cerca.