Nostalgia
Beatriz Luengo, Mónica Cruz y Miguel Ángel Muñoz reflexionan sobre lo que ha cambiado de «UPA»
Atresplayer Premium acaba de estrenar la nueva etapa del fenómeno de ficción que marcó a toda una generación
Mucho antes de que existiera TikTok, ya eran virales en todos los colegios de España las coreografías de una serie que marcó a toda una generación. «UPA» fue el fenómeno que generó esa oleada de formatos con la que el baile se apoderó de la televisión. Era la primera década del nuevo siglo. Con permiso de «Operación Triunfo», la televisión no había conocido hasta entonces otro fenómeno de masas de tal magnitud, donde muchos de sus personajes se convirtieron en referentes, aunque no todos.
Casi dos décadas después de esa etapa, Miguel Ángel Muñoz reflexiona sobre el personaje de Rober, aquel personaje «canallita» y provocador que con los años ha envejecido mal. Miguel confiesa que lo que más le atraía de este proyecto era experimentar con la evolución de Rober, así como trabajar con el margen que le conceden tantos años de distancia. «Aunque no habría tenido sentido cambiar la esencia irreverente de Rober, sí había ciertas conductas que hoy necesariamente tendría que haber moderado. En la primera etapa de la serie él juzgaba mucho el físico de las bailarinas y a día de hoy somos más conscientes del riesgo de poder crear referentes, a pesar de que se trate de un personaje ficticio», comparte Muñoz.
Porque «UPA» no solo ha sido una escuela de baile, sino de disciplina y valores. A principios de este siglo, la fama todavía estaba muy idealizada y faltaban relatos que llamaran a la conciencia y la responsabilidad. «UPA» siempre fue una lección de que la fama y el éxito son volátiles y de que el talento sin trabajo ni actitud no sirve de nada. «Así, lo vive el personaje de Rober. En esta segunda etapa va ayudar a jóvenes que tienen mucho más talento que el que tuvo él, pero a quienes les falta la confianza en sí mismos que él desbordaba por cada poro», cuenta.
Aunque todo el reparto de la versión original puede presumir de haber sido capaz de proyectar sus carreras, una de las más exitosas ha sido la de la artista Beatriz Luengo, quien, además de su carrera como cantante, tiene una escuela de baile. Allí ha podido aplicar todo lo que ha aprendido en su trayectoria. «Me preocupo mucho cuando vienen madres a preguntarme ‘¿cómo puedo hacer para que mi hija sea famosa?’. La fama no puede ser el objetivo final. Es algo que, con suerte, va y viene. La meta debe ser construir una carrera en la que puedas progresar. La búsqueda de la inmediatez es un grave problema generacional», reconoce esta artista total hecha a sí misma.
La actriz Mónica Cruz interpreta el personaje que ha hecho que la escuela sobreviva durante todos estos años. Esta bailarina sigue aferrada a su pasión por la danza clásica, mientras ve como las nuevas generaciones prefieren apostar por otros estilos. Mónica es consciente de que llega un momento en el que quieres emanciparte de esa formación que te ha concedido tu familia y decidir por ti misma a qué te quieres dedicar. Pero esto no hace que Mónica deje de defender el balé: «Para mí es la base de todo. Además te dota de una disciplina que te servirá durante el resto de tu vida».
Así continúa la trama
Han pasado más de 15 años y Rober regresa desde Estados Unidos con la idea de montar un gran musical que recoja los antiguos éxitos de UPA junto a otros nuevos, para brillar como años atrás. Junto a Silvia y Lola pondrán en marcha las pruebas de acceso para la escuela, donde participarán una nueva cantera de alumnos, bailarines y cantantes que puedan intervenir en el musical y traer nuevos ritmos al centro.
✕
Accede a tu cuenta para comentar