Entrevista

"Los malos hábitos alimenticios destruyen el corazón"

El doctor Sergio Cánovas reclama a las administraciones más inversión en investigación para frenar la fuga de talento

Sergio Cánovas, Jefe de Servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital Virgen de la Arrixaca
Sergio Cánovas, Jefe de Servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital Virgen de la ArrixacaLa Razón

El doctor Sergio Cánovas conoce cada centímetro del corazón humano, y así lo demuestra en cada paso que avanza en investigación médica. Desde hace 10 años es jefe de servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, y sus conocimientos suponen un modelo de aprendizaje para otros centros a nivel nacional e internacional.

En primer lugar, ¿qué diferencia existe entre cardiología y cirugía cardiovascular?

Me alegra que me haga esa pregunta. Ambas especialidades están muy relacionadas y se trabaja muy coordinadamente en muchos procedimientos. La cardiología es la parte de la medicina que se encarga del estudio médico, diagnóstico y tratamiento no quirúrgico de las enfermedades del corazón y del sistema circulatorio, y la cirugía cardiovascular se encarga de los trastornos y enfermedades del sistema cardiocirculatorio que requieren cirugía. Es muy común que un paciente se diagnostique y se trate por un cardiólogo, y que luego precise de cirugía la cual se la practica el cirujano cardiovascular y finalmente sea seguido y tratado medicamente de nuevo por su cardiólogo original.

¿Qué nuevas enfermedades ha detectado en los últimos años, relacionados con los nuevos estilos de vida?

Además de la COVID-19 y todas las complicaciones derivadas de la misma yo destacaría 2 situaciones que claramente han cambiado en los últimos años. Los avances de la medicina han hecho que los pacientes cada vez lleguen, afortunadamente, a edades más avanzadas, y en ocasiones esta longevidad se asocia al desarrollo de enfermedades degenerativas típicas de la edad. A esto se le une la aparición de tratamientos nuevos muy eficientes y menos invasivos que a su vez hacen que se prolongue la vida un poco más. Por otra parte, nos preocupa mucho el incremento de los malos hábitos entre la juventud que van desde la mala alimentación a consumo de tóxicos, como por ejemplo el uso de cocaína, que hace que nos encontremos cada vez más frecuentemente a enfermos jóvenes con infartos de miocardio de gran magnitud. Esto, hace unos años, no se veía. Considero de vital importancia hacer campañas de información para los jóvenes, ya que de esa manera podríamos evitar muchos casos.

¿La alimentación influye?

Por supuesto. Nuestros padres o abuelos, que hacían la dieta mediterránea pura, tienen un porcentaje de ateroesclerosis más pequeña o larvada que la que se tiene en la actualidad, donde hay más comida basura. La dieta mediterránea, hoy en día, no es la más habitual. Hay un porcentaje de obesidad muy grande en la población española, y eso no es nada bueno para las enfermedades cardiovasculares.

¿Qué efectos ha tenido la pandemia en las cardiopatías?

El virus del COVID altera la microcirculación de los vasos sanguíneos de todos los órganos del cuerpo produciendo micro o macrotrombos entre otras cosas. La afectación respiratoria ha sido la más típica, pero hemos visto casos relacionados con el sistema cardiovascular como infartos de miocardio, o tromboembolismos pulmonares. Otro de los procedimientos en donde hemos actuado en conjunción con los intensivistas ha sido en el implante de la terapia ECMO (extracorporeal membrane oxygenation) que se aplica como último recurso cuando los pulmones de los pacientes ya no funcionan ni siquiera con un respirador. Con esta terapia se aporta directamente oxígeno en la sangre de manera que, aunque los pulmones no funcionen el organismo puede sobrevivir y se gana tiempo para que el pulmón se recupere para finalmente desconectar de la terapia ECMO. Pero más allá de esto, destacaría los retrasos que ha habido en la atención médica. El miedo a ir a los hospitales hizo que muchos enfermos se hayan se hayan diagnosticado y tratado tarde. Por ejemplo, hubo pacientes con endocarditis (infección de las válvulas del corazón), que cuando nos llegaban para tratamiento ya estaban muy evolucionadas. El retraso de los diagnósticos y sus tratamientos influye negativamente en el pronóstico de las enfermedades.

¿Cómo ha cambiado la relación médico-paciente tras la pandemia?

No he notado gran diferencia. Todos sabemos que ha habido un reconocimiento por parte de la sociedad al colectivo sanitario, pero esto ya pasó, y la vida sigue. Hay que decir que el respeto al colectivo sanitario no es el mismo que había hace 30 o 40 años. El respeto era superior antes que en la actualidad.

“La Arrixaca de Murcia es pionera en cirugía cardiaca mínimamente invasiva y en trasplantes cardiacos procedentes de donación en asistolia controlada”

¿Qué exige al Gobierno central para avanzar en investigación cardiovascular?

Los éxitos en investigación suelen estar directamente relacionados con lo que se invierte en ella. Tenemos muchos investigadores básicos que están fuera de España y que no pueden venir de vuelta a su país natal, aun deseándolo y teniendo formación y conocimientos suficientes para realizar investigación de altura, porque sus salarios en España serían ínfimos comparados con los que reciben en los países donde trabajan actualmente. Invertir dinero en investigación es fundamental. España es un país muy capacitado para hacerlo y estamos en una segunda línea con respecto a otros países más avanzados, porque se invierte menos en investigación.

¿De qué proyectos ha estado al frente en el área de servicio en la Arrixaca?

Nosotros somos un Servicio muy reconocido a nivel nacional e internacional, sobre todo en el ámbito de la cirugía mínimamente invasiva. Somos pioneros en intervenciones con pequeñas incisiones, que permite a los pacientes recuperarse más precozmente con una menor repercusión no solo estética, sino también funcional. Solemos hacer unos 3 cursos al año de cirugía cardiaca mínimamente invasiva donde acuden profesionales de los centros más prestigiosos de España y el extranjero. También somos reconocidos en el campo de los trasplantes, y en concreto trasplante cardiaco procedente de la donación en asistolia, es decir, pacientes que no tienen una muerte cerebral, pero tienen un estado tan deteriorado que saben que van a fallecer de una manera inminente. Con el consentimiento previo de paciente y familia, se retiran las medidas artificiales que mantiene con vida al paciente y de una manera controlada en el quirófano, una vez fallecido el paciente y siempre gracias a su generosidad y el de su familia, se extraen los órganos para realizar los trasplantes. Nuestro Hospital también fue pionero en utilizar un donante con PCR positiva para COVID, aunque sabíamos que el donante ya no padecía la enfermedad ni la transmitía. Tras el éxito de la intervención, se cambiaron los protocolos de donación a nivel nacional e internacional

¿De qué logro se siente más orgulloso?

Estoy orgulloso de dirigir un equipo con personas con una gran pasión por hacer las cosas bien, que cada día analiza su trabajo en busca de la mejora continua. Eso es algo apasionante. Por otro lado, mi quehacer diario me encanta. El poder tratar a alguien que viene con un corazón muy enfermo y tras pararle el corazón y reparárselo, vuelva a latir dando una nueva oportunidad a su vida, no tiene precio para mí.

¿De dónde nace esa pasión por esta área médica?

Me enamoré de la medicina en sexto de EGB, con 11 años, cuando en clase de ciencias naturales de mi colegio ( Los Salesianos de Cabezo de Torres, Murcia) empecé a estudiar el cuerpo humano. Siendo un niño, soñaba con investigar para tratar el cáncer, pero cuando empecé medicina, me di cuenta de que yo era impaciente, y necesitaba resultados más inmediatos. Entonces empecé a estudiar el corazón, y me encantó. Cuando me presenté al MIR, tuve la suerte de poder elegir especialidad, y la combinación de cirugía y cardiología era perfecta para mí. Es una especialidad apasionante, y muy gratificante porque la mayoría de los enfermos se benefician mucho de las intervenciones que les hacemos a pesar del miedo (casi siempre infundado) que les produce. Ayudar a las personas (en este caso las que tienen un problema de corazón) es extraordinario.