
Gastronomía
Dubái, más allá de sus rascacielos... ¡a pedir de boca!
Ofrece una de las mayores ofertas gastronómicas del planeta fruto de su diversidad y del turismo

Dubái se ha convertido en uno de los destinos de moda para los amantes de los placeres de la vida. En este pequeño emirato el disfrute está asegurado. Solo son necesarias dos cosas: ganas de descubrir y una tarjeta de crédito (apenas se usa el «cash»). Esta ciudad de poco más de 3 millones de personas (donde el 75% de su población es extranjera) , se ha convertido a pasos agigantados en la meca del lujo, la sofisticación y las experiencias únicas, incluidas las gastronómicas.
Y es que muchos de los planes, más allá de dejarse sorprender por sus rascacielos de infarto que saludan al visitante a su llegada y le acompañan durante toda su visita, tienen que ver con el placer de la gastronomía en una ciudad tan diversa y turística como esta. Aquí hallarán todos los escenarios posibles del mundo culinario, desde la típica y tradicional comida árabe hasta las propuestas más elegantes y sofisticadas del competitivo ambiente gastronómico internacional. Descubrimos los más exquisitos locales de moda de Dubái para disfrutar a través del paladar de las propuestas de esta joya del golfo Pérsico, que recibió 18,7 millones de turistas internacionales el año pasado, un aumento del 9% en comparación con 2023. Con 832 establecimientos hoteleros que ofrecen 154.000 habitaciones, el turismo es uno de los motores de la economía del emirato, donde sus hoteles y centros comerciales de lujo suponen un porcentaje importante de su riqueza, mayor que el del petróleo.
Arrancamos el día en ayunas con una estimulante sesión de yoga a un paso del cielo. Llegamos a «Aura SKYPOOL Dubai», la piscina infinita más alta del mundo, ubicada en el piso 50 de Palm Tower, a 200 metros de altura. Nos sumergimos en la piscina mientras los rayos de sol nos saludan y los colores rojizos del amanecer nos brindan una experiencia única con vistas a la reconocida y emblemática «Palmera de Jumeirah», el conjunto de islas artificiales con forma de palmera más característico de la ciudad, y el Golfo Arábigo. Un estiramiento, una exhalación y ya estamos listos para arrancar el día con un buen desayuno. En uno de sus salones disfrutamos de las vistas, la suave brisa y el café recién hecho mientras degustamos batidos saludables, zumos naturales, unos deliciosos huevos benedictinos y unos pasteles para arrancar el día de manera refrescante y relajante.
Bajamos a la tierra para descubrir los encantos del pasado de Dubái. Visitamos el distrito histórico, «Al Fahidi», que se encuentra a orillas de la ría, que otrora fue la vía de entrada al puerto de recolección de perlas más prolífico del golfo Pérsico. En sus calles todavía pescadores y comerciantes surcan a diario sus tranquilas aguas a bordo de «dhows», embarcaciones tradicionales de madera. Nos subimos en uno y atravesamos las tranquilas aguas para perdernos en los tradicionales zocos de la ciudad donde encontramos de todo, desde joyería de oro hasta telas hechas a mano y especias para tratar enfermedades o especias como azafrán o curry para condimentar los alimentos. «Al Fahidi» también está repleta de cafeterías y restaurantes con encanto, esta es la zona ideal para sentarse a picar algo. Elegimos uno de los locales tradicionales con más solera de la ciudad. «Arabian Tea House». Al traspasar las puertas, uno se transporta al pasado gracias a su decoración tradicional, con bancos turquesas, sillas de mimbre blancas, cortinas de encaje y hermosas flores. Imprescindible su Balalit (un plato tradicional dulce y salado popular en los países del Golfo Pérsico) o su Tahta Laham (un plato típico a base de carne, arroz y especias).
Pero por si algo destaca el Dubái contemporáneo es por ser la ciudad del futuro, del diseño y la moda. Dediquen una jornada a conocer el deslumbrante y vanguardista «Dubái Design District», reconocido por sus festivales de diseño y de moda internacionales además de sus galerías donde se expone el trabajo de artistas emergentes. En el mes de febrero, en sus inmediaciones se celebró la Dubái Fashion Week, llamada a ser uno de los escaparates de los diseñadores locales e internacionales. Además, perderse mientras paseas entre los distintos locales de este hub es también una ventana para descubrir a los locales mientras toman café en algunas de las muchas terrazas de este complejo. Continúe con su inmersión artística y haga una parada en el todavía desconocido pero asombrosa Avenida Alserkal, un complejo industrial, reconvertido en un distrito de arte y cultura. Déjese seducir por las fragancias y olores de Montroi, una tienda especializada en perfumes con raíces españolas donde el nomadismo es la esencia de sus creaciones.
Al caer la noche, Dubái entrega su mejor cara. Los rascacielos encienden sus neones y brindan casi diariamente un espectáculo lumínico distinto. Sin duda, Burj Khalifa, con 828 metros de altura y 163 pisos, es el más icónico. Para disfrutar de su encanto al anochecer, es obligatoria una parada en el emblemático restaurante japonés CLAP, situado en el Centro Internacional Financiero de Dubái (DIFC, por sus siglas en inglés). A través de unos ascensores privados accedes a la novena planta, donde entras a este elegante y moderno restaurante con una amplia coctelería -sí, en Dubái hay bebidas espirituosas- y un ambiente animado. La carta es una selección de clásicos japoneses, desde sushi, sashimi y tempura hasta platos principales como el delicioso bacalao miso. La terraza de la azotea, con vistas a la ciudad, es el lugar ideal para una noche especial. Si lo que más le gusta son las alturas y los «skyline» únicos, déjese seducir por «SushiSamba».

Otra opción que le sorprenderá es la «Soul Kitchen», que ofrece una innovadora fusión de cocina levantina y latinoamericana. Originario del Líbano, el restaurante busca acercar la cultura, el arte y el talento alternativos a los comensales de Dubái. El colorido espacio cuenta con murales artísticos en las paredes e interiores vibrantes que evocan un espacio de encuentro creativo. Sillas de color verde intenso y frondoso follaje se combinan con paredes rojizas de intrincadas estructuras, creando un ambiente único y llamativo. Pruebe su ceviche de liche, su hummus al chimichurri o sus arepas de kofta de carne wagyu. Después de cenar, déjese hipnotizar por los conciertos de música en directo mientras degusta alguno de sus cócteles de autor en un ambiente exquisito y lleno de elegancia.
Este pequeño emirato es también ideal para disfrutar del mar y el descanso al sol. Si lo que le pide el cuerpo es una velada entre palmeras y la brisa del océanos como compañeros, déjese seducir por la comida italiana del «Gigi» o la asiática en el «Nobu», los dos situados en el área residencial costera de la ciudad. Dos opciones culinarias antagónicas pero que no le dejarán indiferente por la calidad de sus productos. Dubái ofrece mil y una propuestas para comérsela a fuego lento, sin prisa para descubrir el sabor de sus raíces y de la vanguardia en un entorno en vertiginosa transformación.
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