La Junta avisa: si se deroga la reforma laboral, por cada punto del PIB que caiga, lo hará tres el empleo

El coronavirus ha vuelto invisible problemas, pero no las discrepancias entre los partidos políticos y, por ende, entre administraciones. El vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, ha sumado hoy otro “agravio" comparativo a la lista que el Gobierno andaluz considera que ha infringido el Ejecutivo central: se trata del acuerdo firmado entre el PSOE y Unidas Podemos con EH Bildu para derogar “por la puerta de atrás” la reforma laboral de 2012 impulsada por el PP, a cambio de facilitar la prórroga del Estado de alarma, pese a que sus votos no eran necesarios.

Marín ha señalado que esa alianza abre la puerta a “otorgar privilegios" competenciales a “determinadas comunidades” en relación al resto que, “parece ser” que para el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y para Pablo Iglesias, el vicepresidente del mismo, "no cuentan”. De hecho, en uno de los puntos del acuerdo que se conoció en la noche de ayer se recoge que “la capacidad de endeudamiento de la comunidad autónoma vasca y de la comunidad foral de Navarra se establecerá exclusivamente en función de sus respectivas situaciones financieras”, ha señalado, para preguntarse luego qué pasa con “el resto de los españoles y de las comunidades” que conforman el mapa del Estado.

El “número dos” del Ejecutivo autonómico ha subrayado que en el ámbito laboral, el pacto suscrito entre las tres mencionadas formaciones va a suponer “una caída del empleo en un momento especialmente complicado”. Es más, Marín ha augurado que con la reforma que se avecina, “por cada punto” del Producto Interior Bruto (PIB) que caíga por la crisis originada por el coronavirus, lo harán “tres” los “datos en materia de desempleo”.

Ante este último cruce de acusaciones, el vicepresidente andaluz ha interrogado a la secretaria general del PSOE-A y líder de la oposición en la comunidad, Susana Díaz, sobre si ella hubiera “estampado su firma al lado de Bildu” y para volver a “imponer privilegios” a las regiones que “ya de por sí reciben la mejor financiación de este país”. Marín ha insistido en que esto supone un agravio y ha recordado que la socialista aseveró que nunca le pediría apoyo a la fuerza política vasca. La aludida, de momento, ha optado por el silencio.