Caso Marta del Castillo
El Cuco admite que mintió en el juicio y que estuvo en el piso donde Marta fue asesinada
La jueza rechaza el intento de su defensa de anular la vista por falso testimonio. Tanto él como su madre reconocen los hechos. Miguel Carcaño no tendrá que declarar
Francisco Javier García Marín, el Cuco, y su madre han reconocido este jueves que mintieron al tribunal que juzgó el asesinato de Marta del Castillo. Trece años después del suceso y once años después de aquel juicio, el amigo de Miguel Carcaño, autor confeso de la muerte de la joven sevillana, se ha conformado con el relato de la Fiscalía durante otro juicio, este por falso testimonio. En otras palabras, por no decir la verdad de lo que hizo el día del crimen, el 24 de enero de 2009. En 2011, después de ser ya condenado por un juzgado de menores, aseguró que no había estado en el piso de León XIII donde se cometió el asesinato y que la madrugada de esa jornada estaba durmiendo en su casa. Hoy, por consejo de su abogado, ha rectificado y, sin entrar en ningún detalle, ha reconocido los hechos de los que lo acusaba el Ministerio Público. Y después su madre ha actuado de igual manera.
La doble confesión ha desinflado un juicio que la familia de Marta contemplaba como una nueva oportunidad de resolver su pregunta más trascendental: dónde está su hija. Se ha desinflado tanto que la jueza ha decidido que la única prueba que se practicará antes de dejar todo visto para sentencia será la declaración de los padres de la joven, Eva Casanueva y Antonio del Castillo. Comparecerán este viernes pero sólo porque su letrada debe demostrar que sufrieron un daño moral como consecuencia de las mentiras del Cuco y su progenitora, Rosalía García Marín. La propia jueza ha asumido que esa decisión “puede abrir una brecha en otros ámbitos”.
El juicio, por tanto, se queda sin la declaración que la acusación particular entendía más crucial: la del asesino. Miguel Carcaño, que cumple una pena de veintiún años y tres meses en la cárcel manchega de Herrera de la Mancha, habrá viajado hasta Sevilla -ya había sido trasladado a la prisión de Morón de la Frontera- en balde porque su testimonio ha sido excluido por la magistrada del Juzgado de lo Penal número 7. Olga Cecilia Simón, la jueza, lo ha dejado muy claro: “Este juicio es por el falso testimonio, y punto. Sólo voy a admitir la testifical de los padres por el daño moral”.
El Cuco y su madre han admitido que faltaron a la verdad después de que la jueza rechazara el intento de sus defensas de anular el procedimiento y, por tanto, anular el juicio. Tanto Agustín Martínez, letrado del ya hombre de 29 años, como Rafael Ramírez, representante de su progenitora, consideraban que el “nudo gordiano” del proceso radicaba en que el Cuco no tendría ni siquiera que haber declarado como testigo en el juicio del asesinato. En ese caso, no habría tenido la obligación de decir la verdad y, por tanto, no habría mentido.
Los letrados han relatado que el Cuco fue condenado por el Juzgado de Menores número 3 de Sevilla por encubrimiento. Y fue un juzgado de Menores porque en la fecha del asesinato aún no tenía 18 años. Esa sentencia fue ratificada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla pocos días antes de que el joven compareciese como testigo ante la Sección Séptima, que juzgó a Carcaño, su amigo Samuel y su hermano Javier Delgado. Pero, de acuerdo con estas defensas, no se le llegó a notificar al Cuco.
De esta manera, siempre según sus letrados, el Cuco “no debió declarar como testigo”. Al hacerlo estaba obligado a contar la verdad y “cualquier manifestación pública podría ser utilizada en su contra”. “Resulta moralmente inadmisible utilizar la figura del testigo para reconocer un hecho acusatorio. Eso lo coloca en una situación de desigualdad”, ha expuesto Agustín Martínez. “Resultaría chocante que a una persona ya condenada se le exija que declare y diga la verdad respecto a lo que antes (cuando declaró en su propio juicio como acusado) tuvo la ocasión de negar”, ha añadido.
“Quien ya ha sido enjuiciado conserva su derecho a no declarar. El condenado conserva los derechos que tuvo en su juicio, por más que se nos anuncie una catarata de querellas por esto”, ha afirmado Martínez, quien ha incidido en que este punto era la “piedra angular” y “muchísimo más importante” que dilucidar si en efecto el Cuco cometió falso testimonio.
En cuanto a la madre, su abogado ha recordado que la ley exime de declarar a familiares de acusados. “No podemos saltarnos los derechos constitucionales. El juez tuvo que advertirle que tenía la oportunidad de declarar o no declarar, pero no le dio esa oportunidad”, ha alegado Rafael Ramírez. También ha señalado que no pueden ser condenados “los encubridores que sean ascendientes o descendientes”. Este “encubrimiento impune” se corresponde con el hecho de que Rosalía García Marín mintió para proteger a su hijo, un caso que el letrado ha equiparado a “la madre que por indicación del hijo tira su droga por el váter cuando hay un registro policial”.
La abogada de los padres de Marta, desde el otro lado del estrado, ha denunciado que el Cuco “se burló de la Justicia y convirtió el acto en un escarnio” no sólo para sus clientes. “Se rio de toda la sociedad”, ha espetado. “No podemos pretender que el testigo del testigo del testigo también pueda mentir. Aquí se sobrevalora la mentira y se posterga la verdad”, ha continuado.
Tras escuchar cómo la Fiscalía se oponía a las de las defensas, la jueza ha espetado que “este es un juicio por falso testimonio, y punto”, y directamente ha inadmitido las peticiones del Cuco y su madre. “Se deberían haber planteado en el momento en que se tuvo conocimiento de la infracción. Este no es el momento procesal”, ha replicado.
A continuación, el Cuco se ha levantado, ha escuchado el escrito de acusación de la Fiscalía y ha reconocido los hechos. La fiscal y las acusaciones han enumerado entonces las preguntas que les gustaría haber hecho al acusado. Las defensas han solicitado su retirada al considerarlas “improcedentes por reiterativas”, pero la jueza de nuevo les ha llevado la contraria: “Es normal que surjan dudas, yo también las tengo. Mintió, estupendo, pero en qué mintió”, ha razonado. El abogado del Cuco le ha respondido que “mintió en que pudo estar en el domicilio de León XIII y en que a la 1.30 no estaba dormido”.
En ese momento, la jueza se ha referido por primera y única vez al crimen de Marta, aunque de forma indirecta: “El origen de este juicio es la desgraciada muerte de una menor. Toda España se vistió de luto, sí, pero este juicio es por falso testimonio, y punto”, ha repetido. “Es inevitable que no se puedan separar los hechos, pero yo quiero centrarme en el falso testimonio”, ha dicho.
Tras esa intervención ha llegado el turno de la otra procesada, que también ha admitido los hechos, en su caso cuando ya iba de camino de vuelta al banquillo tras acogerse a su derecho a no declarar.
Después, la fiscal ha considerado que procedía a practicar pruebas “pero muy centradas en algunos detalles” y la acusación ejercida por los padres de Marta, en vista de que el juicio podía concluir ahí mismo, se ha agarrado al daño moral, por el que piden una indemnización de 20.000 euros, para intentar prolongar la vista oral y forzar la comparecencia de Miguel Carcaño, prevista a priori para el próximo martes. “Hay que probar cómo esa mentira ha incrementado el daño a mis clientes”, ha aseverado la letrada, Inmaculada Torres.
La jueza, en primera instancia, ha rechazado esa petición. “No lo voy a permitir, a mí me ha quedado claro qué hechos han reconocido. Este juicio se queda sin prueba. No se admite ninguna prueba más”, ha indicado, con el consecuente apoyo de las defensas. Pero Torres ha insistido con el argumento de que “los padres tendrán que declarar el alcance del daño moral” y la magistrada, por fin, ha aceptado: “Sólo voy a admitir la testifical de los padres”. La de Carcaño, no.
Mientras todo eso ocurría, y desde una hora antes del inicio del juicio, decenas de personas se han concentrado a las puertas del edificio Noga. Eran vecinos de la familia de Marta que habían convocado una concentración de apoyo a los padres de la joven, Antonio del Castillo y Eva Casanueva. Con fotos de la joven asesinada y una pancarta con el lema ‘Todos somos Marta’, liderados por el abuelo de ella, los participantes también han expresado su repulsa contra el abogado del Cuco, han recordado que ya defendió a la Manada y al acusado le han gritado “¿dónde está Marta? Tú lo sabes”.
La expectación a las puertas de los juzgados, que cuenta con una importante presencia policial, no se limita a estos vecinos sino que incluye un gran número de medios de comunicación que cubrirán un juicio que la jueza ha decidido que no se televise, por lo que solo lo seguirán los periodistas de la sala.
La Fiscalía pide para el Cuco y su madre ocho meses de prisión mientras que la acusación particular ejercida por los padres de Marta del Castillo reclama dos años de cárcel.
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