
Quejas vecinales
Polémica por una macrofiesta en un yate de grandes dimensiones en el puerto de Ibiza
Los turistas y vecinos que en ese momento andaban por la zona han criticado el volumen de la música que había en la embarcación sin respetar a los paseantes de alrededor

La presencia de grandes yates en las aguas de Ibiza no es ninguna novedad. Cada verano, la isla pitiusa se convierte en un auténtico escaparate náutico donde la élite internacional exhibe sus embarcaciones de lujo.
Sin embargo, no todas las miradas se centran en la majestuosidad de estos colosos del mar: en esta ocasión, la atención se ha desviado hacia un yate amarrado en el puerto de Ibiza que ha generado malestar entre vecinos y turistas debido a la música a todo volumen que emanaba de la embarcación durante una fiesta privada.
Las imágenes difundidas muestran cómo en cubierta se organizó un evento con decenas de invitados, sin reparos por las molestias ocasionadas a quienes se encontraban en las inmediaciones.
Este tipo de situaciones reabre el debate sobre el impacto del turismo de lujo en el día a día de los residentes, un fenómeno que convive con los elevados precios que afrontan quienes visitan la isla fuera de ese circuito exclusivo.
Un verano de barcos de lujo en Ibiza
Más allá de los incidentes, la temporada estival ha dejado en Ibiza una impresionante concentración de superyates que consolidan a la isla como uno de los destinos más codiciados por la élite global.
Entre ellos ha destacado el Ambassador, un coloso de 110 metros de eslora valorado en 228 millones de euros que combina un sistema híbrido diésel-eléctrico con lujos como piscina, helipuerto y nueve suites.
A su lado, el I-Dinasty, de 100 metros y perteneciente a los herederos del magnate kazajo Alijan Ibragimov, impresionó con su capacidad para 22 invitados repartidos en once camarotes.
También navegó el Coral Ocean, de 73 metros y propiedad del empresario Ian Malouf, disponible para alquiler por 300.000 euros a la semana, mientras que el Nero, con 90 metros de eslora y un valor de 105 millones de dólares, se alquila por aproximadamente medio millón de euros semanales.
No faltaron opciones más reducidas pero igualmente exclusivas, como el Euphoria II, de 20 metros y 50 millones de dólares de valor, propiedad del empresario Anthony Coleman, o el Panthera, de 47 metros y 45 millones de euros, atracado en Marina Ibiza y destinado únicamente a uso privado.
El mayor yate construido en España
El protagonismo lo acaparó también el Renaissance, considerado el mayor yate jamás construido en España, con 112 metros de eslora, seis cubiertas, spa, gimnasio, cine y piscina, cuyo alquiler asciende a 3 millones de euros semanales.
Completando la flota de lujo apareció el Loon, un yate de 67 metros propiedad del empresario estadounidense Craig Leipold, disponible para alquiler por 540.000 euros a la semana.
La confrontación entre turismo de lujo y los residentes
La temporada confirma una vez más el contraste entre el lujo ostentoso de los megayates y la realidad cotidiana de residentes y turistas que deben enfrentarse a una de las zonas más caras del Mediterráneo.
Ibiza se reafirma como destino de privilegio para unos pocos, al tiempo que los episodios de molestias y ruidos recuerdan que la convivencia entre exclusividad y vida local sigue siendo un desafío pendiente.
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