
Gastronomía
El refresco canario que casi nadie conoce y que prefieren a la Coca-Cola
Este clásico insular vuelve a sonar con fuerza gracias al tirón de las redes

En Canarias hay una palabra que aparece cada vez que alguien menciona "refrescos de fresa" y no, no es Clipper, aunque comparten color y algo de historia. Nik nació en 1957 en Teror (Gran Canaria) de la mano del empresario Eduardo Quintana González, pionero que ya en los años treinta había embotellado gaseosas y aprendido el oficio que más tarde daría origen a la marca. La primera fábrica se ubicó a la entrada del casco histórico, junto a una gasolinera que también impulsó el fundador. Hoy la enseña se elabora fuera del municipio, pero mantiene el ADN canario.
A required part of this site couldn’t load. This may be due to a browser
extension, network issues, or browser settings. Please check your
connection, disable any ad blockers, or try using a different browser.
Tras varias etapas, el proyecto tomó aire en 2018 cuando el empresario José Dávila adquirió la marca y montó la embotelladora en Telde, con el objetivo de recuperar presencia en supermercados, bares y, a medio plazo, abrir mercado en la Península y en Europa. En aquel momento se planificaron mejoras de capacidad, como almacenamiento, líneas de llenado y laboratorio, para profesionalizar la producción sin renunciar al sabor de siempre.
La nueva etapa de Nik convive ahora con la viralidad. En los últimos meses, perfiles canarios han reavivado en redes el debate sobre si su Nik de fresa "está mejor que la Coca-Cola", lo que ha disparado la curiosidad de miles de usuarios de la Península… y la frustración por la escasa disponibilidad fuera de las Islas. Medios locales han subrayado ese renacer, recordando su origen en los cincuenta y su condición de "refresco que casi nadie conoce" más allá del Archipiélago.
El gancho de Nik descansa en la sensacion sensoral que desprende de fresa intensa, dulzor y burbuja fina. Con los años, el portafolio se amplió a naranja, limón, maracuyá, uva, frambuesa, manzana, lima-limón y cola, además de opciones sin azúcar, un movimiento lógico en un mercado dominado por gigantes y en el que las enseñas regionales compiten con diferenciación y proximidad. La propia web corporativa de Grupo Dávila Canarias posiciona a Nik como refresco "natural" de elaboración local.
En el plano industrial, la información mercantil y del parque empresarial de Melenara (Telde) confirma la ubicación operativa de la compañía, con actividades de fabricación, embotellado y distribución. Ese anclaje productivo explica por qué, pese al ruido mediático reciente, encontrar Nik en la Península sigue siendo difícil, ya que la prioridad continúa siendo el mercado canario, donde la marca posee una fuerte carga emocional.
Otras bebidas canarias
Para comprender el lugar de Nik en la cultura gastronómica de las Islas es conveniente mirar el ecosistema líquido, que se completa con ron miel, barraquito, gofio con leche y malvasía volcánica, componiendo así un repertorio que mezcla tradición, clima y agricultura insular. Ese trasfondo cultural explica por qué un refresco nacido en un taller de Teror puede alcanzar estatus de símbolo, al mismo nivel emocional que un café con leche condensada o un vino de hoyos lanzaroteños. Ahora, el desafió pasa por escalar manteniendo esa identidad, como puede ser asegurar la regularidad de sabor, cuidar presentación y envase, reforzar puntos de venta con rotación real y explorar formatos que se ajusten a consumo en casa y hostelería.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

La coalición, en precampaña
Hasta el PSOE asume que el CIS «trabaja» a su favor

Tensión institucional