Arqueología
Un bifaz de cuatro metros señaliza La Revilleja de Valparaíso
Acciones de conservación y de puesta en valor permitirán a los turistas conocer este yacimiento paleolítico situado en la localidad burgalesa de Hortigüela
Un bifaz de cuatro metros señaliza ya el yacimiento de La Revilleja de Valparaiso, en la localidad burgalesa de Hortigüela, que tiene especial relevancia por su posible relación con los yacimientos de Atapuerca, situados a unos 30 kilómetros y declarados Patrimonio de la Humanidad.
Un lugar que cuenta con una gran riqueza en herramientas líticas fechadas hace unos 300.000 años, coincidentes con restos hallados en los yacimientos de Galería y Gran Dolina, en el complejo de Atapuerca.
Uno de los codirectores. Eudald Carbonell, ponía en valor esta mañana la importancia de La Revilleja de Valparaíso como “continuidad” de los yacimientos Patrimonio de la Humanidad, por su cercanía, que les hace compartir los cursos fluviales del Arlanza y el Arlanzón, donde habrían habitado probablemente similares pobladores, y porque en Valparaíso se han hallado más bifaces en un año que en 43 años en Atapuerca.
Además, Carbonell anunciaba que en el estudio de las herramientas halladas en el yacimiento de Hortigüela, se utilizarán por primera vez elementos de Inteligencia Artificial, que darán lugar a publicaciones científicas y se abre un camino para nuevos trabajos de investigación, para el equipo de expertos multidisciplinar que ha trabajado en Valparaíso.
Esta mañana se han inaugurado en la localidad de Hortigüela (Burgos) las nuevas infraestructuras que permitirán la conservación y socialización del yacimiento de La Revilleja de Valparaíso.
Las acciones que hoy se presentaron cumplen dos funciones. La primera es garantizar la conservación del yacimiento y para ello, se ha procedido a cubrir las dos zonas de excavación, consolidar sus perfiles y vallar dicho espacio. La segunda es dar a conocer, mediante una serie de carteles de gran formato, los resultados derivados de la intervención arqueológica de este lugar. Finalmente, y para facilitar las visitas al yacimiento, se ha acondicionado una zona de aparcamiento, así como un camino peatonal de acceso.
Todas estas acciones, llevadas a cabo por empresas de la zona, se complementan con una escultura de gran formato de José Luis Blanco García, un artista local que se ha inspirado en las hachas de mano descubiertas en el yacimiento para producir un bifaz de hierro, hormigón y piedra de más de cuatro metros de altura que servirá para señalizar en el paisaje la ubicación de este yacimiento.
Con estos trabajos, el yacimiento de La Revilleja de Valparaiso pasa a convertirse en un nuevo recurso turístico de esta localidad y del vecino Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla.
La Revilleja de Valparaíso se ha excavado durante dos campañas en los años 2021 y 2022, en las que se han recuperado cerca de trescientas herramientas de piedra, entre las que destaca una importante presencia de bifaces, hendedores, picos y lascas de gran formato, la mayor parte de ellas realizadas en cuarcita.
Los bifaces, denominados así porque están tallados por sus dos caras, son las piezas más características del modo tecnológico II o achelense, una tecnología que comenzaron a desarrollar en Europa los preneandertales hace medio millón de años y está bien documentada en los yacimientos de Galería y Gran Dolina en la sierra de Atapuerca.
Estos yacimientos se encuentran a tan solo 32 kilómetros en línea recta del yacimiento de Hortigüela, por este motivo el estudio de la colección de herramientas de La Revilleja de Valparaíso va a permitir conocer la relación tecnológica entre los grupos cazadores y recolectores que ocuparon la sierra de Atapuerca y los que se desplazaron por la cuenca media y alta del río Arlanza.
Estos trabajos de excavación fueron dirigidas por Eudald Carbonell i Roura (catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira Virgili, profesor colaborador honorífico en la UBU y vicepresidente de la Fundación Atapuerca), Marta Navazo Ruiz (profesora titular de Prehistoria de la UBU), Alfonso Benito Calvo (investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), Francisco Javier García Vadillo (beneficiario de una ayuda económica para investigación de la Fundación Atapuerca) y Rodrigo Alonso Alcalde (Museo de la Evolución Humana-Universidad de Burgos).
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