Medio Ambiente

Año uno tras el fuego de La Culebra: regeneración natural en marcha y “cierta normalidad” en la actividad ganadera

Tras el verano, la Junta convocará una reunión con los responsables de los municipios afectados para terminar de desarrollar el Plan de Restauración a largo plazo, que ya está elaborado en su redacción inicial

Vegetación en la Sierra de la Culebra donde ha aparecido este insecto "perforador"
Brotes verdes en la zona quemada del incendio forestal en la Sierra de la CulebraMariam A. MontesinosAgencia EFE

Un año después del grave incendio que arrasó cerca de 25.000 hectáreas en la Sierra de la Culebra de Zamora, la Junta de Castilla y León da por “prácticamente concluidas” las labores “más urgentes” para evitar la pérdida de suelo fértil, y enfoca su mirada hacia los trabajos de apoyo a la regeneración del medio natural, que ya está en marcha, y que ha permitido que en los últimos meses se recuperara “cierta normalidad” en la actividad ganadera de la zona.

Así lo indican a Ical fuentes del Gobierno autonómico, que apuntan que la regeneración natural “ya empieza a verse en buena parte de las zonas incendiadas” y que, por tanto, ya se puede establecer un Plan de Restauración a largo plazo que está elaborado en su redacción inicial y para el que se ha contado con la experiencia de los equipos técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio tras las reuniones mantenidas con los afectados, entre ellos los alcaldes de la zona.

En dichos encuentros, se pidieron sugerencias desde el Ejecutivo autonómico para lograr definir un plan que se asiente sobre bases técnicas pero que dé respuesta a “las inquietudes de los propietarios y usuarios de los montes” afectados por el fuego que arrasó la Sierra de la Culebra, y que todavía podrán aportar sus ideas a un plan que “está aún abierto”.

No obstante, sí cuenta la Junta con una primera parte ya elaborada que consistirá en desarrollar toda una serie de actuaciones para acelerar y mejorar el proceso de recuperación natural de la Sierra de la Culebra, teniendo en cuenta previamente la necesidad de comprobar el éxito del proceso espontáneo de regeneración natural de las masas quemadas, dado que “constituye la mejor opción de cara a la recuperación de la cubierta arbórea”.

A esta opción, reconocen desde el Gobierno autonómico, contribuirán las lluvias de las pasadas semanas, si bien ya se ha podido comprobar la regeneración “por semilla” en el caso de las coníferas y por “rebrote”, de raíz o de copa, en el caso de las plantas frondosas. Y es que la vegetación herbácea “ya se ha recuperado en buena parte de las zonas incendiadas”, al igual que las formaciones de matorral, que están “rebrotando con normalidad y profusión”.

Todo ello ha permitido, según las fuentes de la Consejería consultadas por Ical, levantar el acotado al pastoreo y permitir “una cierta vuelta a la normalidad de la actividad ganadera”, que también se beneficia del matorral que “aporta protección al suelo y cobijo a la fauna”.

De hecho, una vez recuperado el pasto, base también de la alimentación de los herbívoros silvestres, se está comprobando la vuelta de la fauna, con animales como ciervos, corzos, jabalíes y lobos, que han regresado a la Sierra de la Culebra como “especies emblemáticas” de ella.

En todo caso, los trabajos que se acometerán en los próximos meses se guiarán “por una visión a medio y largo plazo” de la estructura del territorio forestal que pretende obtenerse, con trabajos a lo largo de una década, y que se tratará que sea “resiliente y multifuncional”. Para ello, se convocó una primera reunión con los municipios afectados en la Delegación Territorial de Zamora el pasado 9 de marzo y tendrá lugar otra “pasado el verano” para recoger detalladamente las demandas y definir con ellas, y con las especificaciones técnicas, las líneas de restauración de los terrenos bajo gestión de la Consejería.

Fin de las “actuaciones urgentes”

La nueva planificación surge tras las “actuaciones urgentes” realizadas durante el primer año después del incendio para conseguir que la superficie “recupere sus valores naturales” en el menor tiempo posible. Así, en primer lugar, y de forma inmediata tras el incendio, se procedió por parte de la Consejería de Medio Ambiente a materializar una inversión de tres millones de euros para realizar las actuaciones más necesarias y de “más urgente necesidad” para la conservación de los suelos, con el objetivo de poner la primera piedra hacia la recuperación de la cubierta vegetal en los próximos años.

Las actuaciones se dividieron en seis expedientes de emergencia para la construcción de fajinas y albarradas con las que evitar la pérdida de suelo fértil y la llegada de sedimentos a los cauces de agua; el desarrollo de los trabajos de control de plagas para prevenir posibles daños derivados de la abundancia de madera quemada; el triturado ‘in situ’ de la madera sin valor en el mercado para que aportara protección al suelo desnudo, incorporando materia orgánica al suelo “en el menor tiempo posible”; la construcción de puntos de agua e infraestructuras de apoyo para la extinción de incendios; y la construcción de charcas para abastecimiento de la fauna.

Asimismo, y con el apoyo de otros organismos públicos, se ejecutaron los trabajos necesarios para asegurar el abastecimiento de agua potable a las poblaciones, se efectuaron aportes de alimentación suplementaria para la fauna, y se sacaron a la venta, “con la máxima agilidad posible”, numerosos lotes de madera para su extracción, como forma de evitar plagas y favorecer la regeneración natural y la repoblación. En la actualidad, el porcentaje de madera extraída supera ya el 50 por ciento de los 1,6 millones de metros cúbicos de madera que se ha puesto a la venta en 40 lotes y cuatro subastas.