Economía
Investigadores de Burgos estudian el reciclaje de palas de aerogeneradores en hormigón
El reto al que se enfrenta España es que, antes de 2023, va a tener que renovar el 50 por ciento de la capacidad eólica instalada
La reutilización para la fabricación de hormigón de los residuos derivados del desmantelamiento de aerogeneradores, como consecuencia del proceso de renovación de las instalaciones en los parques eólicos más antiguos, es el objetivo de un proyecto de investigación que desarrolla la Universidad de Burgos (UBU) y que está consiguiendo los primeros resultados en forma de hormigón de iguales características y propiedades que el fabricado con materias naturales.
El proyecto está liderado por el grupo de investigación SUCONS (Sustainable Construction Research Group) y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Castilla y León, y busca dar una salida medioambientalmente sostenible a las placas de los aerogeneradores y evitar que acaben almacenadas en los vertederos, ha informado la UBU en nota de prensa.
“Hay un volumen enorme de palas que tendrán que ser renovadas” en los próximos años, ha explicado Vanesa Ortega López, investigadora del grupo SUCONS, quien ha indicado que los molinos instalados a finales del siglo XX ya están empezando a sustituirse por otros de mayor potencia y mayores dimensiones.
El reto al que se enfrenta España es que, antes de 2023, va a tener que renovar el 50 por ciento de la capacidad eólica instalada, que actualmente alcanza los 30 gigavatios, lo que podría suponer alrededor de 60.000 palas de aerogeneradores que, si no se pone remedio, acabarán en vertederos.
A través de un vídeo explicativo sobre el proyecto, Ortega ha insistido en la necesidad de encontrar una salida sostenible a todos estos residuos, pues a partir de 2025 tampoco van a poder almacenarse en vertederos, y su reutilización es una forma tanto de obtener un beneficio medioambiental como de reducir el uso de materias primas naturales.
El proyecto de investigación, en el que llevan trabajando año y medio, se nutre tanto de las palas de los aerogeneradores como del hormigón utilizado para su cimentación, pues ante una renovación de la estructura, que será más grande y potente, se tendrá que renovar también la cimentación.
Las palas de los molinos eólicos se trituran mecánicamente y el residuo resultante se incorpora a la fabricación de hormigón, lo mismo que el obtenido en el triturado de la cimentación, como árido de hormigón en este caso, junto con el resto de materiales habituales utilizados en el proceso.
La investigadora Vanesa Ortega ha recordado que la gran variedad de materiales diferentes que componen una pala de aerogenerador (madera, poliuretano, PVC, fibras de vidrio…) dificulta su reutilización, por eso se realiza una primera acción que consiste en un corte selectivo para determinar qué materiales se pueden reutilizar y cómo hacerlo.
En las pruebas que están haciendo actualmente incorporan el residuo de pala de aerogenerador en una proporción del 6 % y están obteniendo un hormigón con las mismas propiedades que el hormigón natural, de la misma calidad y que, en algunos casos, presenta mejoras gracias a la existencia de fibras en su composición.
Con la mezcla elaborada, ha indicado Ortega, se rellenan los moldes y se deja fraguar el hormigón para, a continuación, someterlo a una serie de pruebas de comportamiento mecánico o de durabilidad y, de este modo, valorar sus propiedades y su adecuación a usos futuros, con resultados satisfactorios.
“La presente investigación se plantea como una necesidad real, por ello se trabajará junto a las empresas del sector eólico y de la construcción, para proporcionar soluciones innovadoras y competitivas de I+D+i que permitan la expansión de la industria eólica, ajustándose a sus necesidades, medios y posibilidades, sin comprometer el medio ambiente”, ha insistido la investigadora.
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