Tradiciones

Vino y teatro, una amistad milenaria en la cuna de la Ribera del Duero

La tradicional bodega subterránea "La Olmilla" de Peñafiel te cuenta y enseña la ancestral cultura vitivinícola de la zona de una forma divertida con espectáculos de música, magia o títeres para disfrutar en familia

Teatrillo de la iniciativa "El Barrio del ayer" en la zona de bodegas subterráneas de Peñafiel
Teatrillo de la iniciativa "El Barrio del ayer" en la zona de bodegas subterráneas de PeñafielLa OlmillaLa Razón

El vino y el teatro es un binomio milenario que siempre ha funcionado, como hijos ambos que son de la cultura clásica grecolatina.

De hecho, las primeras representaciones teatrales o consideradas escénicas de las que se tienen evidencias en Atenas, allá por el siglo V antes de Cristo, solían ser dramas votivos ofrecidos a Dionisio.

Son Las Dionisíacas, donde se narra la vida de este dios griego, fundamentales para entender el origen del teatro y en las que el vino estaba muy presente.

También Aristóteles cuenta en su Poética que los antecedentes del teatro estaban en los ditirambos, himnos que se entonaban en honor del dios del vino.

Unos himnos que tenían un estribillo que era entonado por un coro y respondido por el exarconte o corifeo, con el que se establecía un diálogo entre el coro y el primer actor, que a la postre dará lugar al teatro, según ha documentado José María Maestre, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Cádiz.

En la antigua Roma, el vino y el teatro estaban estrechamente relacionados. Los teatros a menudo tenían áreas designadas para servir vino y otros alimentos durante los espectáculos.

Los banquetes y las fiestas que se celebraban en los teatros romanos incluían vino y otros alimentos, y se consideraban una parte importante de la experiencia teatral. Los actores y los dramaturgos romanos a menudo se inspiraban en la mitología y la cultura griega y romana, y el vino era un tema común en muchas obras de teatro.

Y es que a lo largo de los siglos, el vino y todo lo que le rodea ha estado muy presente en los escenarios.

En España, lo estuvo especialmente durante el Siglo de Oro, con autores como Francisco de Quevedo, Lope de Vega o el universal Miguel de Cervantes, que hicieron del vino un personaje con sus plumas, y ha llegado hasta nuestros días con un vínculo y una cohesión muy fuertes.

Corazón de la Ribera del Duero

Pues este maridaje, que funciona a la perfección desde hace miles de años, mantiene su esencia más pura en una villa milenaria situada en pleno corazón de la Ribera del Duero vallisoletana: Peñafiel, cuna de esta zona vitivinícola que fue considerada la mejor del mundo en 2012.

Un pueblo que presume de su medieval castillo -Monumento Nacional desde hace más de cien años-, y sede en su interior del Museo Provincial del Vino-, en el que coexisten varias bodegas en las que se elaboran algunos de los mejores vinos del mundo

Bajo las faldas de esta fortaleza hay zona repleta de bodegas subterráneas, la mayoría de ellas comunitarias, ya que pertenecen a varias familias que las usan y disfrutan hoy en día como lugar para juntarse con los amigos como merenderos para dar cuenta de unas chuletillas de lechazocon unos jarros de vino.

Unas bodegas tradicionales, antiguos vendederos de vino, que son menos conocidas por el turista que se acerca a esta villa milenaria, pero que son oro puro para los amantes de este mundo.

Gruo de visitantes brinda con el jarrillo típico de vino de la zona junto a Silvia Camacho a las puertas de La Olmilla
Gruo de visitantes brinda con el jarrillo típico de vino de la zona junto a Silvia Camacho a las puertas de La OlmillaLa OlmillaLa Razón

Pero en estas líneas de LA RAZÓN nos vamos a referir a una de estas bodegas subterráneas, "La Olmilla", donde el visitante puede conocer la ancestral cultura vitvinícola de la zona, desde los aperos y materiales que se usaban antiguamente para elaborar el vino hasta el vocubalario existente o cómo se vendía el vino y en qué recipientes y tamaño se comercializaba.

Y todo ello acompañado de un jarrito con caldo de uva de la zona para hacer la visita más agradable y un posterior espectáculo musical, de magia o incluso de teatro.

"La Olmilla" se sitúa junto a la Torre del Reloj, el edificio más antiguo de Peñafiel, y al frente de este proyecto se encuentra Silvia Camacho, una joven e inquieta emprendedora sevillana que ha dado a está iniciativa un toque diferente y único en esta zona.

Y es que en la Bodega La Olmilla ha habido y sigue habiendo desde teatro, espectáculos de magia, recitales de poesía, pasando por flamenco, conciertos de jazz y blues e incluso de música tradicional y hasta guateques.

Además, promueve la cultura local por cuanto varios de los artistas que actúan en sus espectáculos son del pueblo y alrededores.

Cartel anunciador de la actividad prevista para este domingo en Bodega La Olmilla de Peñafiel
Cartel anunciador de la actividad prevista para este domingo en Bodega La Olmilla de PeñafielLa OlmillaLa Razón

Silvia, en su afán por seguir divulgando el mundo del vino y atraer turistas a la peña más fiel de Castilla, sigue apostando por actividades culturales diferentes e innovadoras. Y en este caso ha organizado un evento singular para este domingo, con dos sesiones a las once de la mañana y a la una de la tarde, con el vino como protagonista pero dirigido a las familias y a los más pequeños de la casa.

Tal es así que la visita a la bodega incluye una aventura entre bodegas en forma de gincana en la que los niños tendrán que buscar un tesoro. Esta actividad se completa con un espectáculo guiñolizado o de títeres, "Las aventuras de Lara y Blanca, a cargo de la compañía vallisoletana "Pequeño Asteroide". Una iniciativa cultural de Juan Pizarro Nogués, cofundador de la compañía de teatro de títeres Popopopo que, entre otros premios, recibió el de la ciudadanía en Palencia en el año 2010 por su iniciativa teatral "Títeres en ruta" con la que llevó sus espectáculos a más de un centenar de pueblos de la geografía española.

Cuenta Silvia que esta actividad es un poco la segunda parte del "El barrio del ayer", que llevó a cabo el pasado año con una gran acogida, aunque en este caso la novedad es que se trata de un espectáculo guiñolizado, con títeres y marionetas, en el que el vino es el hilo conductor a través de un teatrillo "con un toque de humor", señala la joven emprendedora a este periódico, quien avanza que habrá alguna que otra sorpresa más que no quiere desvelar.

Música popular durante una de las visitas teatralizadas en Bodega La Olmilla
Música popular durante una de las visitas teatralizadas en Bodega La OlmillaLa OlmillaLa Razón

Accesibilidad

Por otro lado, Silvia sigue trabajando duro para sacar adelante este proyecto enoturístico, que sigue creciendo poco a poco no sin dificultades y con mucho esfuerzo, pero que se ha convertido en uno de los focos turísticos de relevancia de Peñafiel. De hecho, buena parte de los visitantes que se acercan son extranjeros, y especialmente norteamericanos, mexicamos o puertorriqueños, "que además dejan unas propinas que no veas", destaca, agradecida, la joven sevillana.

De cara al futuro, avanza a LA RAZÓN que está trabajando también en mejorar en la accesibilidad de la bodega para que también puedan disfrutar de ella y de sus espectáculos las personas con movilidad reducida así como las que tienen una audición o visibilidad reducidas.

De momento, su padre, "que es muy manitas", señala con orgullo Silvia, ha construido con cartón unas siluetas que representan elementos típicos del mundo del vino, como por ejemplo unas luceras, para que las personas ciegas puedan sentir y hacerse una idea de lo que son.

Asimismo, cuenta con cántaros, vasijas, jarros y otras piezas típicas vinculadas a la viticultura que persiguen el mismo fin. Y su idea es incorporar en cuanto pueda una audioguía dirigida a estas personas con audición y visibilidad reducida, para que puedan conocer a fondo los entresijos de esta cultura ancestral.

Catas de estrellas

Con la llegada del verano, Silvia ya tiene confirmadas otras actividades que son seña de identidad también de su proyecto enoturístico: las catas de estrellas.

O lo que es lo mismo, la degustación de vinos de la zona mientras se contempla el cielo y se disfruta de ese momento mágico que tiene la noche estival.

De momento, la primera de estas catas se celebrará el próximo 4 de julio en la localidad ribereña de Piñel de Abajo y, la segunda, en la también vecina de Curiel de Duero, el 1 de agosto.

cata de estrellas celebrada el pasado año
cata de estrellas celebrada el pasado añoLa OlmillaLa Razón

Ya en septiembre, el sábado 13, llevará a cabo la tercera de estas catas de estrellas en Peñafiel, y más en concreto en la emblemática y prestigiosa bodega Teófilo Reyes.

En julio, el día 23, tiene prevista otra actividad enoturística en Piñel de Abajo. Una visita por el pueblo musicalizada en la que se hablará de vino y se probarán vinos en alguna de las bodegas subterráneas quue tiene este municipio con encanto de la ribera del Duero vallisoletana.