Cómic
El Perich
Solemos dejar que la historia nos la cuenten los académicos, aquellos que se pasan días y horas en polvorientos archivos detrás del dato exacto, aquel que nos fija cuándo tuvo lugar una batalla o quién fue proclamado rey en el siglo no sé tantos. Pero la verdadera historia, aquella que vivimos día a día y que luego, en muchas ocasiones, no pasa de ser una nota a pie de página, la escriben mejor los humoristas gráficas, aquellos opinadores de tinta china y envidiable trazo de la prensa.
Siempre he tenido entre mis ídolos a Gallego y Rey, Martinmorales, Forges, Mingote, José Luis Martín y los he admirado hasta el punto de querer dibujar como ellos, imitándolos en apuntes que acaban ocultos en libretas. Pero siempre mi favorito fue Jaume Perich. Barcelona le dedica ahora una exposición en el Born. ¡Qué gran noticia! ¡Qué maravilla es que nuevos y viejos lectores se encuentren para poder encender esa televisión inteligente en la que se emitían las Noticias del Quinto Canal.
A Perich, el Perich, lo seguía en las páginas de «El Jueves» y «El Periódico», pero también en sus intervenciones brillantes en aquel programa único e irrepetible llamado «Filiprim», ese invento televisivo que nos demostró que otro humor, entre el absurdo y la mordacidad, era posible. Sus apariciones como entrevistador hoy serían políticamente incorrectas para muchos.
En este rescate de emergencia de Perich tiene mucho que ver otro Jaume, en este caso de apellido Capdevila y con Kap como seudónimo. Además de ser uno de esos humoristas gráficos con los que uno disfruta, Kap hace años que está llevando a cabo y en silencio un trabajo de hormiguita rescatando lo mejor del humor gráfico de estos parajes. Ha sido gracias a él que desde hace una semanas tenemos el rescate de un libro inédito de Perich, «Un abric verd penicil·lina». Y además ese libro es divertido.
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