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Vox se alinea con la armonización fiscal en España para “bajar impuestos”

Abascal y Garriga reclaman unas elecciones “libres” en Cataluña y piden, de inmediato, una convocatoria electoral en España

El líder de Vox, Santiago Abascal, seguido por el diputado y candidato a la Generalitat Ignacio Garriga
El líder de Vox, Santiago Abascal, seguido por el diputado y candidato a la Generalitat Ignacio GarrigaMariscalAgencia EFE

Vox ha asegurado hoy que defiende la armonización fiscal, aunque siempre que sea para rebajar los impuestos y suprimir aquellos que se pueda. Tras el revuelo que ha generado el acuerdo entre el Gobierno y Esquerra sobre este ámbito para tratar de subir la presión tributaria en Madrid, Santiago Abascal ha sostenido que su programa es el más “nítido” en este sentido porque apuesta por que “todos los españoles paguen los mismos impuestos” sin las diferencias que hay en distintas partes del territorio español por las autonomías.

Abascal, que ha desembarcado en Barcelona para preparar las elecciones catalanas del 14 de febrero y ha comparecido junto al candidato a la Generalitat Ignacio Garriga, ha reprochado la incoherencia que representa que los mismos que defienden un “concierto” para Cataluña, en alusión a Esquerra, “ataquen” la autonomía de la Comunidad de Madrid.

Tanto Abascal como Garriga se han mostrado muy duros contra Pedro Sánchez por su acuerdo con Bildu, pero también contra PP y Ciudadanos, dos de sus objetivos durante esta campaña para tratar de arrebatarles votos en las elecciones del 14 de febrero. Así, Abascal, que ha asegurado que “Bildu no existe, es ETA”, ha reiterado que España se encuentra ante el peor Gobierno en los últimos 80 años. “Otegi dijo en TV3 dijo que no se veía un Gobierno así desde la segunda república porque para Otegi es el mejor gobierno en 80 años. Si para Otegi es el mejor Gobierno, para millones de españoles este solo puede ser el peor Gobierno en 80 años”, ha afirmado.

Rumbo al 14 de febrero, Abascal ha exigido unas elecciones “libres” en Cataluña, que estén libres de ataques como en el País Vasco –durante la campaña electoral la diputada Rocío de Meer fue agredida-, y, de inmediato, una convocatoria electoral a nivel nacional. Y es que algunos partidos, como la CUP, ya han apelado a hacer un cordón sanitario a Vox, una circunstancia que para Abascal es una “incitación a la violencia”. “Queremos saber cuáles son las reglas de juego”, ha reclamado el líder de Vox, que ha asegurado que en las elecciones del País Vasco no han podido “competir “en igualdad de condiciones”.

Lo cierto, también, es que la visita de Abascal a Barcelona ha transcurrido en calma. El acto se ha celebrado en el Hotel Barceló Sants y, aunque a las afueras del recinto se han concentrado algunos activistas, apenas han causado ruido. A diferencia, también, de otros episodios que han vivido algunos dirigentes de Vox ya en Cataluña: por ejemplo, Garriga, en verano, fue atacado y escracheado en una visita por el centro de Barcelona.

Tras pedir unas elecciones libres, tanto Abascal como Garriga han cargado contra PP y Ciudadanos. Abascal ha criticado que ambas formaciones hayan facilitado con su abstención un estado de alarma de seis meses que da a Sánchez un “inmenso poder” pese a liderar el gobierno con el “apoyo más exiguo” de la democracia. También ha criticado la “complicidad” del TC en este sentido al rechazar dos recursos de Vox. Además, cree que ambas formaciones tiendan la mano en materia presupuestaria es “catastrófico” para España. “No puede haber equidistancia”, ha asegurado Abascal, quien se ha hecho eco de las palabras de Felipe González criticando el acuerdo del PSOE con Bildu y ha apelado a los millones de votantes socialistas que hoy no se sienten representados por su partido: “A ellos sí que les tendemos la mano”.

Garriga, por su parte, ha recordado el “Pacto del Majestic” del PP con el nacionalismo catalán en 1996, que permitió la investidura de José María Aznar, que ha situado como el “origen de la crisis política” en Cataluña y el “Pacto del Tinell” de 2003 que permitió el tripartito entre PSC, ERC e Iniciativa per Catalunya -ahora Catalunya En Comú Podem-.