Opinión

Entre usted en la web

El Ayuntamiento de Barcelona impulsa un servicio de atención ciudadana para hacer trámites por videoconferencia
El Ayuntamiento de Barcelona impulsa un servicio de atención ciudadana para hacer trámites por videoconferenciaEUROPA PRESSEUROPA PRESS

Que la Administración ya no es, ni mucho menos, aquella de la época de Larra, cuando el «Vuelva usted mañana» era la respuesta con que se despachaba a quienes acudían a resolver en ventanilla algún asunto, y que los funcionarios se han sacudido el sambenito de indolencia y malhumor con que aparecían retratados en el imaginario colectivo es algo que la ciudadanía ha venido constatando desde hace tiempo.

Pero aunque así no fuera, y volvieran otra vez las caras agrias, y las muestras de impaciencia por despacharnos cuanto antes para seguir con el crucigrama, y las excusas –un papel que falta, una firma, un dato– para quitársenos de encima y aligerar la cola que amenaza con alterarles la hora sagrada del desayuno, acaso sería eso preferible a lo que, al paso que vamos, nos espera: las citas previas que cuesta Dios y ayuda obtener, las gestiones telemáticas que requieren conocimientos informáticos que no están al alcance de todos, la tortuosa navegación plagada de sobresaltos por los laberintos de internet…

La pandemia lo ha acelerado, pero el proceso se veía venir y parece irreversible. La atención presencial tiene toda la pinta de que ha entrado en vías de extinción. Y las consultas telefónicas van camino de convertirse también en una reliquia del pasado: para empezar, tiene uno que vérselas con el robot de turno, y, cuando al fin se produce el milagro y suena una voz humana, es para persuadirnos de que utilicemos la página web.

Al personaje de Larra, un extranjero recién llegado a nuestro país con el loable propósito de invertir aquí sus dineros, el «Vuelva usted mañana» con que le recibían en todas partes le hizo desistir de su empeño, y el «Entre usted en la web» con que responde la Administración (¡y cómo añoramos en ese momento el trato directo del funcionario en la ventanilla!) tiene también, para muchos, el mismo efecto disuasorio.