Opinión
Noticias de última hoja
Unas 40 especies de aves están en peligro o sufren una fuerte mengua poblacional en España, según el informe de SEO/Birdlife, que se elabora anualmente en primavera a partir de la campaña de observación y seguimiento de aves comunes llevada a cabo por más de mil voluntarios. Las causas de que se haya llegado a esta situación son bien conocidas: la contaminación, la dificultad para encontrar un sitio donde hacer el nido, la escasez de alimentos derivada de la desaparición de un gran número de insectos, el impacto del cambio climático…
Lo leí la semana pasada en el periódico, en una esquina de las páginas menos transitadas, porque es una noticia que por lo visto no interesa, o muy poco, una noticia del todo irrelevante al lado de las que acaparan, a la vista está, los titulares y entradillas más importantes: el ruido de la política, el martilleo de lo que dice uno y le contesta el otro, las trascendentales idas y venidas de este y el de más allá con que se entretiene al personal. Nada de lo que afecta a la naturaleza –que es la que nos cobija y sustenta, por eso los antiguos la llamaban Madre Naturaleza– parece que nos incumba, y solo cuando manda algún aviso en forma de catástrofe se habla de ella: una riada que anega viviendas en un terreno por el que siempre fluyó el cauce de un arroyo, el mar que borra una playa de la que previamente se le había despojado, y así casi siempre.
Las golondrinas –las oscuras golondrinas de Bécquer, quién lo iba a decir–, los vencejos, las alondras y la perdiz roja son algunas de las aves ahora amenazadas. Pero mañana serán otras, y ojalá no llegue nunca el día en que un informe como el de SEO/Birdlife salte de las noticias de última hoja y venga a ocupar un lugar destacado en la primera.
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