Memoria Histórica
¿Cuáles son los principales monumentos franquistas de Cataluña?
Varias poblaciones tienen todavía en pie algunos vestigios vinculados con el anterior régimen
Tras la expulsión del general Gonzalo Queipo de Llano de la basílica de la Macarena, en Sevilla, es evidente que se está aplicando la nueva Ley de Memoria Histórica. Sin embargo, no hace falta ir muy lejos para encontrar vestigios de todo tipo vinculados con el franquismo. En Cataluña hay mucho todavía que está vinculado con el régimen anterior. Estos son algunos de los principales restos en forma de monumentos y conmemoraciones de todo tipo.
1. Monumento a la Batalla del Ebro. Tortosa.
Probablemente estemos ante uno de lo más polémicos monumentos de Cataluña. Situado en Tortosa, se construyó para conmemorar la victoria de las tropas franquistas en el río Ebro, una de las batallas más sangrientas de la Guerra Civil. Con sus imponentes 45 metros de altura, que no pasan desapercibidos para nadie, esta construcción de 1966 tuvo un coste de 4,5 millones de pesetas y fue financiado a base de subvenciones y donativos de la diputación provincial, ayuntamientos, entidades y particulares. El 28 de mayo de 2016 se realizó una consulta ciudadana para decidir el destino final de la obra, una iniciativa del Consistorio de Tortosa. Sorprendentemente, el 68 por ciento de los votantes se mostraron favorables a mantenerlo, aunque reinterpretado. Sin embargo, el 13 de enero de 2020, el pleno del Ayuntamiento aprobó la exclusión del monumento del Plan de Ordenación Urbanística Municipal de Tortosa.
2. Monumento a las víctimas. Terrassa.
Situado en el cementerio municipal de Terrassa, este conjunto escultórico en piedra permanece erigido en este espacio desde 1944. En él se representa a un soldado franquista y un guerrero cristiano de las cruzadas. Mediante impuestos especiales, el monumento acabó costando un millón de pesetas a los habitantes de esta ciudad. A partir de 1999, las autoridades municipales quisieron darle una nueva lectura más acorde con nuestros tiempos a la obra, despojándola de algunas de las inscripciones franquistas.
3. Monumento a los combatientes del Tercio de Requetés. Montserrat.
En 1961, se erigió en la montaña de Montserrat un conjunto formado por una cripta funeraria de acceso privado, que alberga los restos de 319 combatientes. Allí estaba una escultura, hoy retirada, con una inscripción situada en el exterior de la cripta. Inaugurado oficialmente en 1963, tres años más tarde recibió la visita del mismísimo Franco que aplaudió el monumento y proclamó, respecto a los allí enterrados, “que su sacrificio por Dios y por España esté siempre presente en esta montaña, que es el mejor modo de honrarlas. ¡Dichosa la nación que cuenta con tales hombres!”. En enero de este año se retiraron tanto el monumento como la placa que acompañaba la cripta.
4. Cruz de los caídos. L’Arboç.
Tras el final de la Guerra Civil, numerosos municipios tuvieron monumentos dedicados a las víctimas que el bando vencedor había tenido durante la contienda. Se trataba de cruces, como es el caso de esta de tres metros que hoy se erige en L’Arboç. En 1943 se creó una comisión dedicada a recoger fondos para un monumento que quería ser muy ambicioso, aunque finalmente todo quedó limitado a esta cruz. Con la llegada de la democracia, los vecinos de esta población debatieron sobre si debía dejarse el conjunto o era mejor retirarlo. El hecho de que el monumento estuviera dedicado a todas las víctimas de la contienda y que no incluyera ninguna simbología franquista hizo que, por el momento, se dejara todo como está.
5. Monolito a José María Manich Elias. Palafrugell.
José María Manich Elias, un ingeniero industrial de Barcelona, fue asesinado, a los 63 años, el 12 de noviembre de 1936 en Palafrugell donde trabajó como fiscal municipal. Un monolito recuerda aún su muerte bajo la inscripción “Caído por Dios y por la Patria / 12 de noviembre de 1936 / Caballeros de España / José Maria Manich Elias / ¡Presente!”. Es probable que este monumento se ubicara en este lugar en los primeros días del franquismo. Con la llegada de la democracia no se ha hecho ninguna intervención para su retirada o relectura.
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