Gastronomía
El Centro Cultural del Carmen rinde homenaje al "esmorzaret"
Un centenar de «almorzadores» se reúnen para charlar sobre el tradicional bocadillo valenciano
El almuerzo valenciano se ha ido consolidando con los años como una tradición que se extiende y arraiga entre cada vez más gente, como una forma peculiar de entender la gastronomía en clave mediterránea.
Este final de mes de febrero se celebra la IV edición de Festín, el festival de arte y gastronomía, que le dedica mucha atención al almuerzo con que nos premiamos los valencianos y que se manifestaba esta semana con una concentración en el antiguo convento del Carmen, actual Centro del Carmen de Cultura Contemporánea, que se convertía un año más en uno de los escenarios del festejo mixto.
Fue este domingo cuando un centenar de “esmorzadors” con entusiasmo y hambre, rendían homenaje al “entrepá” de media mañana a través de una charla distendida y amable entre representantes de la sociedad civil y del sector hostelero, en la que se repasaron los diversos elementos que componen el tradicional almuerzo valenciano, sus orígenes entre trabajadores del campo y obreros industriales, su expansión y futuro prometedor, sus peculiares ingredientes y la liturgia festiva que le envuelve como un acto social entre amigos y compañeros en torno a la mesa y a sus viandas específicas con el bocadillo o “entrepà” como estrella.
La conversación estuvo moderada por Antonio Flores, organizador del acto, divulgador y miembro del grupo de “esmorzador” 4MGFCS, que logró reunir a más de 1400 almorzadores en su última quedada con el almuerzo como reclamo.
El coloquio y contó con la participación del presentador de À Punt Oscar Tramoyeres; de Pablo Lozano, de València Club Cocina; de Vicent Marco, autor del libro Esmorzars valencians; del periodista gastronómico Miguel Ángel Pastor; del divulgador Arnau Clari de la “Ruta del esmorzars”; del influencer gastronómico Jorge García, de Jajajers y de los representantes de emblemáticos bares de almuerzos, como Vicente Bru, del bar L`Institut, de Ribarroja del Turia, Candy Vargas, de La Nueva Terraza de San Antonio de Benageber y Eva Yolanda del Amo, de la Cantina de Ruzafa.
Quedó claro que el almuerzo es parte de nuestra cultura, herencia de nuestros mayores y una costumbre que va en el adn de los valencianos, como una forma peculiar de entender la gastronomía de nuestra tierra, en el momento de hacer un parón en el trabajo diario. Se habló de la cazalla, del “cacau” del collaret”, del vino con gaseosa, de los embutidos y tortillas y hasta del “cremaet”, esa pócima mágica con la que se despide la sesión y se levanta la mesa.
Previamente los asistentes se acercaron en una visita guiada a la exposición del compositor, músico, constructor de instrumentos y artista valenciano, Llorenç Barber, quien interpretó para la ocasión, un creación sonora con paellas a modo de gongs que fue muy aplaudida.
Pero el final de la jornada estaba escrito que iba a girar en torno a la mesa, como así fue. En el centro del claustro gótico, los invitados tuvieron ocasión, a mesa y mantel, de degustar un almuerzo completo diseñado ex profeso para la ocasión en el que, tras el chupito de cazalla, el vino y la gaseosa y la cerveza, no faltó la pataqueta artesanal de blanc i negre con humus de habas, jamón al horno en briznas, vinagreta de mistela y la ensalada de tomate y cebolla y el cacau del collaret, obra de los bares La Nueva Terraza y L`Institut.
El cremaet. Como no, puso el broche a la gustosa y provechosa mañana gastroartística.
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