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Ali Smith culmina su tetralogía con las heridas abiertas del siglo XXI

La novelista Ali Smith concluye con «Verano» su exitoso cuarteto estacional, que la ha confirmado como una autora de renombre en la literatura internacional. Remata este ciclo con una obra poderosa, acertada en reflexiones y afín con nuestro tiempo
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«Es la llegada y la marcha de los vencejos lo que señala el principio y el final del verano», afirma la madre de Sacha y Robert, la familia que protagoniza, al menos durante la primera parte de la novela, la entrega final de la tetralogía de Ali Smith. Y si viene a cuento recordar a los vencejos es porque la llegada de estos pájaros es una señal del verano en buena parte del continente europeo y suelen ser las madres las primeras en descubrir el alocado vuelo de los pájaros negros, en Brighton o en otras ciudades, porque la cuestión es que estamos ante el libro más europeo de las cuatro entregas de Smith y en el que más se bucea en la historia que unas veces ha unido y otras ha enfrentado a los países de Europa. De entrada, el Brexit, continúa palpitando como el origen de un enfrentamiento sin acuerdos a gusto de todos, el calentamiento global es la gran preocupación de Sacha, adolescente de dieciséis años, la inmigración es un problema fuera de control, pero, ante todo, la urgencia testimonial, es la percepción de que una pandemia ha obligado a todos a cerrar las fronteras para confinarnos, al tiempo que nos ha unido en los padecimientos comunes del Covid cuyos estragos en cada país hemos podido seguir gracias a los medios de comunicación.
Al borde del vacío
Comienza Smith, como en las anteriores entregas, con una introducción sugerente en la que evoca a un Chaplin tambaleante, andando por las cornisas de los tejados cargado con una enorme maleta, «¿y?», repite, una y otra vez, por qué lo hace, dónde va, por qué baila al borde del vacío, la respuesta es el libro que comienza a continuación: la descripción del desvarío que comenzó en Europa en el siglo XX y continúa en el presente. La construcción del libro como si fuera un complejo «collage», cuyas piezas encajan milagrosamente, vuelve a experimentarse ahora, en realidad cada una de sus tres partes constituye un collage que a su vez forma parte del conjunto: un prodigio de estructura en el que se desarrollan múltiples historias personales enmarcadas en diferentes épocas históricas y en el que incluso Albert Einstein cobra un protagonismo muy especial.
Inicialmente el lector cae rendido ante los dos hermanos protagonistas, la adolescente Sacha de 16 años, sensible, inteligente y generosa, que despliega todo su encanto en una deliciosa carta a un chico desconocido, detenido en un centro de internamiento, y para poder enviarle lo que más podría gustarle: «Un horizonte abierto», le habla de esas «flechas negras» que son los vencejos, capaces de volar miles de kilómetros en un día, mientras buena parte de la humanidad está confinada. A su lado Robert, su superdotado hermano de 13 años, tan brillante en su mente como incómodo con su entorno.
En la casa de al lado vive el padre con su novia, una joven que está escribiendo un libro sobre el poder de las palabras y ha dejado totalmente de hablar: una de esas paradojas que tan bien maneja la autora. Estamos a principios del 2020, y un virus arrasa el globo mientras Australia arde por los incendios forestales. Como en las entregas anteriores, Smith acude a periodos históricos diferentes que aporten luz sobre el presente. En esta ocasión se dirige a la década de 1940, cuando Gran Bretaña, durante la Segunda Guerra Mundial detuvo a supuestos «extranjeros enemigos» y los recluyó en campos de internamiento. Aquí aparece un viejo conocido para el lector, es Daniel Gluck que aparece en «Otoño», el primer libro que forman parte de esta teatralogía, y aquí es encarcelado de joven son su padre y una gran cantidad de alemanes en la Isla de Man. Con ellos hay artistas, escritores y algunos personajes anteriores.
Cada uno de los libros está inspirado en una obra de William Shakespeare, en esta ocasión se trata de «El cuento de invierno». Una obra sobre el tiempo y el perdón, sobre cómo es posible que los años curen las viejas heridas y se reparen las injusticias de los gobernantes despóticos. O dicho de otra manera, cómo es posible después de un terrible invierno disfrutar del verano. Así, Ali Smith, recorriendo caminos de desaliento, pérdidas y soledades, hablando de guerras, enfermedades y migraciones, consigue transmitir de forma poderosa, y a la vez con una sensibilidad que roza el aliento poético, un mensaje de compasión, de dignidad y de fe en los seres humanos. Y así el verano se convierte en estos tiempos, todavía duros y difíciles para tantos, en la época de la cosecha y de la esperanza.
Sobre la autora
Ali Smith, nació en Inverness en 1964. Es hija de madre irlandesa y padre inglés y recibió una educación escocesa. Es autora de varios libros, pero ha conseguido fama mundial gracias a su Cuarteto Estacional, que la ha convertido en un auténtico fenómeno a lo largo de toda Europa.
Ideal para...
Cerrar el ciclo de su ambiciosa tetralogía con un broche de oro. Una novela que atiende tanto a lo familiar como a lo global, al tratar temas como las migraciones y la dificultad de crecer en el mundo actual.
Una virtud
La abundancia de personajes, siempre bien dibujados sea mayor o menor su protagonismo, así como la alusión a escritores, artistas y personas relevantes a lo largo y ancho de la historia del mundo.
Un defecto
Absolutamente ninguno en esta novela que cierra un ejemplar ciclo literario que merece la pena leer. Es un libro de gran interés histórico y sociológico en el que no faltan notas de humor.
Puntuación: 9