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Advertencia de la Unesco al British: devuelvan los mármoles del Partenón

El comité insta al patronato del museo a reconsiderar su posición sobre este preciado emblema del clasicismo griego
FACUNDO ARRIZABALAGAEFE

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Entre 1801 y 1805, llegó a Gran Bretaña una extensa colección de mármoles del Partenón. El encargado de esta “sustracción” fue el conde de Elgin, un oficial británico residente en Atenas bajo dominación otomana, quien ordenó que se retiraran tales piezas del gran emblema del clasicismo griego. La colección representa más de la mitad de las esculturas decorativas del Partenón: 75 metros del friso, 15 metopas y 17 figuras de los frontones. Desde 1939, los mármoles se exponen en una sala del British Museum, constituyendo uno de los principales atractivos de esta institución. De hecho, una de las razones que cualquier amante del arte tiene para ir a Londres es visitar los relieves y esculturas del gran escultor Fidias. Pero he aquí que el recientemente reunido comité de la Unesco ha instado al patronato del British Museum a reconsiderar su posición sobre los mármoles del Partenón, y entablar así negociaciones con las autoridades griegas con el fin de que este valioso material pudiera ser devuelto a su lugar de origen.
La recomendación de la Unesco se produce en un contexto tan reciente como revolucionario, en el que museos de todo el mundo están devolviendo patrimonio expoliado durante periodos de ocupación a sus países de origen. Este movimiento de retorno de los objetos artísticos usurpados resulta ya imparable y amenaza con redefinir drásticamente muchas de las colecciones museísticas más importantes del mundo. Hasta ahora, la devolución del patrimonio expoliado ha implicado fundamentalmente a países africanos, pero, una vez abierta la veda, otros territorios afectados por el expolio realizado por las grandes potencias europeas a lo largo de los siglos reclaman también ser beneficiarios de esta justicia histórica.
El llamamiento efectuado por la Unesco a los regentes del British Museum a iniciar negociaciones con el gobierno griego se encuadra, precisamente, en esta nueva política de restituir a su lugar de origen todos aquellos objetos artísticos que fueran sacados de un país ilícitamente. Contra este argumento, el British Museum contraataca afirmando que el traslado de los mármoles del Partenón, desde Grecia hasta Gran Bretaña, fue realizado por el conde Elgin en común acuerdo con las autoridades de ambos países.
La Unesco, además, añade como un segundo argumento de autoridad un hecho que resulta incontestable: si el Partenón existe, se mantiene en pie, y una parte importante de él es el programa decorativo ideado por Fidias, ¿por qué no reunir todo lo que la geopolítica dispersó hace más de dos siglos? En verdad, tiene poco sentido contemplar parte del friso y de las metopas del templo ateniense en una fría sala del British Museum, completamente descontextualizado, cuando en Atenas se encuentra el templo para el que estas piezas fueron concebidas y en donde mejor pueden lucir. La polémica ya está abierta y el British Museum tiembla ante la posibilidad de perder uno de sus grandes tesoros.