Miguel Bosé: “La izquierda de ahora son unos caciques, unos totalitarios. No son progres, son unos retrógrados”
El artista charla con LA RAZÓN desde México, donde reside, a propósito de su nuevo libro, “Historia secreta de mis mejores canciones” (Espasa), y no evita pronunciarse sobre la actualidad política, de la que se siente del todo al margen
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Lo primero que hace el artista es explicar el sentido de este segundo volumen de su autoría: «Este libro y el anterior, “El hijo del Capitán Trueno”, son obras terapéuticas. La primera es historia y vida. La vida más desconocida, infancia, adolescencia y primera juventud, y esta es la biografía musical. Ponerte a indagar, a cavar en los lugares más recónditos de cada una de las canciones, lo único que hace es purgarte, liberarte, y te das cuenta de que puedes hacerlo. Porque estoy en paz. Hace años no habría podido. Necesitaba apaciguarme con el entorno, con el dentro, con el fuera, con el pasado. Para soltarlo y dejarlo ir, que es lo que estoy haciendo ahora. Para crear más espacio en este disco duro. Un nuevo vacío que poder rellenar. Y para que no haya revanchismo ni rencor he tenido que perdonar y perdonarme».
El libro cuenta con una parte más personal y otra en la que su autor saca a un novelista en potencia y se permite ciertas licencias: «En la primera parte de mi carrera había más candor y menos picardía. Tal y como sentía las cosas, las entregaba. A partir de “Bandido” la escritura cambia. Envuelvo las cosas dentro de la novela, de la ficción, las canciones son mucho más crípticas, poseen más misterio... Los fans querían saber. Y ahora ahí está, ahí lo tienen».
Pese a lo que cuenta en el libro, Bosé continúa reivindicando, ante todo, el derecho a su independencia: «Siempre he ejercido el no tener que rendirle cuentas a nadie. Jamás he podido entender que si mi vida es una, es corta, es mía, ¿por qué no voy a vivirla como quiera? Y a pesar del qué dirán, de los intentos de querer culparte por cosas ajenas, de las especulaciones, de los dimes y diretes, jamás he atendido a eso. Sólo he sentido que tenía que rendirles cuentas a dos personas, mis padres, que me dieron la vida y jamás me pidieron cuentas de nada». Unos padres celebérrimos en su tiempo a los cuales extraña mucho: «Eran dos personas con mucho peso, muy fuertes, muy importantes. Los echo mucho de menos. Mi padre era más cariñoso y mi madre, más fría. Era milanesa, y los milaneses son austriacos, como suizos. Mi padre era más castellano».
En los dos últimos años, Bosé ha escrito dos libros de un alto grado confesional y ha accedido a que se rueden una serie y un documental sobre su vida, pendientes de estreno. ¿Ha agotado el pozo? Lo niega, rotundo: «Nooooo. Todo eso son como las piezas de un rompecabezas que van configurando esta cara. Y aun así, queda muchísimo».
Fuera ya de su libro, no duda en entrar al trapo sobre las recientes declaraciones de uno de sus referentes y amigos, Sabina, quien dijo sentirse menos de izquierdas porque tiene «ojos y oídos», lo que lo convirtió en noticia durante días: «No puedo estar más de acuerdo. Fíjate que te habla uno que ha hecho campañas para el PSOE, hasta Zapatero, todas. Desde Felipe González. En la primera estábamos sólo Concha Velasco y yo. Y Dios sabe lo que entonces era aquella izquierda socialdemócrata, modelo nórdico, en la que se empezaron a establecer unos principios con unos valores insólitos tanto a nivel político, económico y, sobre todo, social. ¿Qué hay ahora? ¿Dónde está todo aquello?». En este punto, Bosé se muestra feroz: «En general, en el panorama político llevan un tiempo, y estos de ahora le han dado la puntilla, en el que se han cargado la democracia completamente. Ahora vemos menos derechos y menos libertades que las que teníamos cuando arrancó la Transición. Y lo dice uno con conocimiento de causa, que ha vivido, paso a paso, la evolución de la izquierda española. No me extraña que Sabina no se identifique con la izquierda de ahora, porque son unos caciques, unos totalitarios. Se levantan cada mañana y a ver qué barbaridad, qué atrocidad pueden inventar para justificar su progresía. Y no son progres, para nada. Son unos retrógrados. Espero que esto se recupere, porque si no, la gente de izquierdas de verdad, la que tiene valores y principios… se va a vaciar el patio. ¡Echar a Leguina! Pero ¿dónde estamos? Si ha habido un hombre honesto, cabal y de izquierdas de verdad, es él. Hemos trabajado juntos y le he conocido bien. Es alguien ejemplar. Pero ¿quiénes son estos pipiolos? No son estadistas ni tienen ni idea de lo que es gobernar, y están llenos de asesores porque no tienen criterio ni conocimiento. ¿Cuántos asesores tenían los del pasado? Una secretaria, y ya está».
Bosé concluye la entrevista definiendo su estado actual respecto a la política: «Yo fui más allá que Sabina. Al final de Zapatero, me fui de la política porque ya empezaba a apestar. Me he salido completamente del sistema. Estoy contra el sistema. Creo que este sistema tiene que acabar».