Cultura

Protesta

Activismo extremo: puré de Monet con patatas

Nueva víctima de los activistas climáticos que utilizan el arte como objetivo de protesta: una de las piezas de “Los Almiares” fue ayer atacada en Postdam

Una semana después de arrojar sopa de tomate sobre «Los girasoles», de Van Gogh, en la National Gallery de Londres, los activistas climáticos han vuelto a actuar. De nada ha servido la condena unánime que, desde todos los sectores –incluidos aquellos concienciados con la lucha contra el cambio climático–, recibió este acto de vandalismo; la repercusión mundial que tuvo les ha confirmado que esta suerte de iconoclastia es la estrategia correcta y que, a día de hoy, ningún museo del mundo está salvo de arrojos y pegamientos varios contra sus obras de arte. La víctima, en esta ocasión, ha sido una de las piezas que componen la serie «Los Almiares», de Claude Monet, expuesta en el Museo Barberini de la ciudad alemana de Postdam. Dos activistas climáticas accedieron a la sala en la que cuelga el cuadro del pintor impresionista y, con una liturgia similar a la ya ensayada en la National Gallery, lanzaron puré de patatas sobre este y, posteriormente, se pegaron a la pared. Pocos después de que estas dos mujeres realizaran esta acción, el grupo Lelzte Generation –hermano del italiano Ultima Generazione– distrinuyó un comunicado desde su cuenta de Twitter en el que afirmaba: «Hacemos de este Monet el escenario y del público la audiencia. Si se necesita una pintura con puré de patatas o sopa de tomate lanzada para que la sociedad recuerde que el empleo de combustibles fósiles nos está matando a todos, ¡entonces te daremos puré de patatas en una pintura!». Parece evidente, a tenor de estas desafiantes palabras, que los activistas climáticos no están amedrentados por la condena global, y que las próximas semanas volveremos a hablar de ellos.

Y, ciertamente, sorprende sobremanera que, hace pocos días, se haya conocido que Aileen Getty –nieta de J. Paul Getty y fundador del célebre Getty Museum de Los Angeles– ha apoyado con la nada despreciable cifra de un millón de dólares a grupos como Extinction Rebellion o Just Stop Oil que, como ya se ha denunciado, en los últimos días, han pasado de la protesta al vandalismo. La heredera de uno de los mecenas y coleccionistas más importantes del último siglo transfiere fondos para la vandalización de obras de arte desde su fundación Climate Emergency Fund. Quiere esto decir que acciones como arrojar sopa de tomate o puré de patatas a un Van Gogh o un Monet en instituciones que, además, no tienen relación ninguna con las empresas petrolíferas está siendo apoyada por alguna de las fortunas más importantes del mundo. De locos.