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Premio Planeta
Las novelas Juan del Val o el riesgo de escribir desde uno mismo
El autor, ganador del Premio Planeta 2025, llegó a la novela de manera reciente y tras una larga carrera en medios de comunicación

La trayectoria de Juan del Val responde al signo de los tiempos; cuando muchos escritores se protegen tras el artificio o el exceso de forma, buscando un estilismo literario que hoy apenas encuentra lectores, u otros propenden a los géneros de tinte comercial, como el histórico o el detectivesco, él ha tomado su propio camino, y a la vez el más expuesto: escribir desde sí mismo, con una literatura que proyecta una mirada afilada sobre lo cotidiano, una manera directa -a veces incluso brutal- de narrar lo que somos.
La llegada de Del Val a la novela es bastante reciente, y lo hizo tras una larga carrera en medios de comunicación. Tal cosa le ha otorgado un oído privilegiado para el diálogo, una agudeza especial para detectar el gesto mínimo, la contradicción leve, ese detalle especial que define al personaje. Su prosa está atravesada por una suerte de honestidad incómoda que, sobre todo, busca retratar. Y ese retrato no excluye al propio autor, que se expone en parte como narrador, en parte como personaje, asumiendo una fragilidad que muchos confunden con provocación, acaso relacionando al escritor con el que acude a los platós de televisión.
«Parece mentira» (2017) fue su primera novela en solitario —antes había publicado, junto a Nuria Roca, «Para Ana, de tu muerto» y «Lo inevitable del amor»—, y la que sentó las bases de su enfoque narrativo y elección temática: una historia de un hombre que recuerda cómo descubrió la vida gracias a las mujeres. Ese foco puesto en el mundo femenino, más la agilidad argumental a través de capítulos breves y potentes, llenos de un humor franco y lúcido, son los ingredientes de un Del Val que, en esta última ocasión planetaria, también incide en las pasiones con un personaje mujer protagónico.
«Bocabesada» (2023), «Candela» (Premio Primavera de Novela 2019) y «Delparaíso» (2021), sus otras novelas, no hicieron más que consolidar su voz narrativa hasta hacerla reconocible: ágil, irónica, emocionalmente contenida, con personajes reales como la vida misma, dentro de un escenario que es casi siempre urbano, en torno a la clase media-alta. Y como trasfondo, el mundo del éxito aparente y todo aquello que, desde un estado de bienestar y hasta de ociosidad, acaba tocando asuntos emocionales como el deseo o la culpa.
En este sentido, «Delparaíso» representa tal vez su apuesta más ambiciosa: se trata de una novela coral que desmonta el tópico, aquí el espejismo, de una supuesta vida perfecta. Del Val desarrolla lo que parece un simple retrato de urbanización cerrada, pero se convierte, a medida que avanza la trama, en una indagación sobre el miedo, la máscara social y el precio de la seguridad emocional. Un poco al modo de Chéjov, el autor evita juzgar a sus personajes, o absolverlos, sino mostrarlos sin más, de formas en apariencia sencillas, amigas del mercado editorial, pero a la vez hondamente literarias, que indagan en temas universales, incomodando desde lo íntimo al presentar afilados dilemas morales.
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