Al límite

El calor extremo paraliza la industria china y amenaza la cadena global de suministro

Con los embalses medio vacíos, la producción de energía hidráulica se ha desplomado, lo que ha obligado a las autoridades a pedir a muchas fábricas que paren un tiempo para garantizar la luz a los ciudadanos

Vista aérea tomada con un dron que muestra el cauce seco del río Jialing, un importante afluente del río Yangtze, en Chongqing
Vista aérea tomada con un dron que muestra el cauce seco del río Jialing, un importante afluente del río Yangtze, en ChongqingSTRINGERAgencia EFE

Las temperaturas abrasadoras han convertido a China en un horno este verano, con un profundo impacto en la potencia industrial que podría ser un anticipo de cómo otros cambios impulsados por la crisis climática afectarán a las fábricas de todo el mundo. El gigante asiático se enfrenta ahora a una nueva amenaza que podría resultar devastadora para una economía ya azotada por la pandemia y ejercer aún más presión sobre las cadenas de abastecimiento: la peor ola de calor de los últimos 60 años.

Los ríos se han secado y, con ellos, el suministro de energía hidroeléctrica. En un esfuerzo por mantener las luces encendidas, los gobiernos provinciales han pedido a las fábricas que paren.

Imágenes desoladoras muestran los transbordadores fluviales de Chongqing, antes repletos de turistas, ahora vacíos y amarrados a los muelles. En la ciudad, el nivel de las aguas bajó hasta dejar al descubierto estatuas budistas de unos 600 años de antigüedad sumergidas.

Así, la feroz sequía y las altas temperaturas han batido récords en Sichuan, un importantísimo enclave industrial con una población de unos 84 millones de habitantes. Según las autoridades provinciales, el caudal de las presas hidroeléctricas ha descendido un 50% respecto a las medias históricas. Al igual que en la vecina provincia de Hubei, donde el caudal del río Azul a la salida de la colosal represa de las Tres Gargantas, la mayor del mundo, ha descendido drásticamente.

El Yangtzé es el tercer río más largo del mundo con 6.300 kilómetros, proporciona agua potable a más de 400 millones de chinos y es la vía fluvial más importante para la economía china. Su cuenca hidrográfica drena 1.800.000 km 2 de territorio, siete veces la extensión de Reino Unido. Es crucial para la cadena de suministro mundial. Pero este verano su caudal ha alcanzado niveles récord de escasez de agua, con secciones enteras y decenas de afluentes secándose.

Ante el triple impacto que suponen unas temperaturas altísimas, una mayor demanda de aire acondicionado y una menor pluviosidad desde que se iniciaron los registros en la década de 1960, el Gobierno de Sichuan, que genera el 80% de su electricidad mediante energía hidroeléctrica, lanzó el 21 de agosto la respuesta de emergencia de más alto nivel para garantizar el suministro de energía. La semana pasada, ordenó que las empresas que operan en 19 de las 21 ciudades de la provincia paralizaran temporalmente sus actividades en favor del suministro de electricidad «al pueblo» por encima de los usuarios industriales. La provincia es una gran exportadora de energía que abastece alrededor de un tercio de su generación hidroeléctrica a otras regiones durante la temporada de lluvias. Se trata además de un centro clave de producción de semiconductores y paneles solares, y este racionamiento de energía ha afectado a las fábricas de algunas de las mayores empresas electrónicas del mundo, como Foxconn, proveedor de Apple, e Intel.

Efecto en las empresas

En respuesta a las exigencias provinciales de ahorro energético, Toyota ha comunicado que ha cerrado temporalmente su fábrica de Chengdu, la histórica capital de la provincia de Sichuan, y que aplaza sus operaciones a finales de agosto. Tesla y la empresa estatal SAIC Motor han comunicado al gobierno de Shanghai que podrían tener problemas para mantener la producción si la crisis eléctrica de sus proveedores sigue afectando a la ciudad. Otros sectores afectados de la automoción son Geely Auto y Great Wall Motors, así como la industria química y de fertilizantes.

El racionamiento eléctrico ha provocado a su vez la interrupción de la producción en una veintena de acerías, mientras que las fundiciones de aluminio y zinc han reducido a su vez la producción, según el proveedor de datos Shanghai Metals Market.

Tongwei, el mayor proveedor de polisilicio del mundo, cerró sus principales fábricas por problemas de suministro, de modo que se prevé un aumento sobre los ya elevados precios del mismo. Se cree que la región es responsable de una sexta parte de la producción total industrial en el gigante asiático. Este material también es fundamental para la construcción de paneles solares. Los productores de estos módulos se instalaron en la zona para estar cerca del abastecimiento, y ahora están cerrando temporalmente, como Jinko Solar, GCL Tech y Qingdao Gaoce Technology.

El corazón industrial chino es también el centro de extracción de litio del país, un componente clave de las baterías de los coches eléctricos, de modo que la paralización podría elevar el coste de la materia prima, según los analistas. Las fábricas del gigante chino de las baterías de litio CATL se han visto afectadas. La empresa suministra a muchos sectores de la electrónica, como Tesla y Schneider Electric.

Ayudas

Al rojo vivo, la segunda economía del mundo ha visto como el mercurio ha alcanzado a veces los 45 grados en decenas de ciudades. En el suroeste del país, violentos incendios están devorando la vegetación de las montañas de Chongquin. Para enfriar la atmósfera y regar las cosechas marchitas, Pekín intenta incluso controlar el cielo y el clima enviando un catalizador a las nubes.

Para paliar las pérdidas en la agricultura, el Ministerio de Finanzas chino asignó a mediados de agosto 300 millones de yuanes (unos 43 millones de euros) en fondos de ayuda a 13 provincias. Los fondos se utilizarán para la compra de semillas, pesticidas y otros materiales, mientras que las autoridades de Sichuan también están impulsando la contratación de seguros agrícolas para ayudar a los agricultores a reclamar las pérdidas de las cosechas.

La intensa sequedad ha afectado además a al menos 2,2 millones de hectáreas de tierras agrícolas en Hebei, Hunan, Jiangxi, Anhui y Chongqing. Más de 780.000 personas han necesitado esta ayuda directa del Gobierno para hacer frente a la situación, según el Ministerio de Gestión de Emergencias de China. Se ha enviado agua potable en camiones a las áreas donde los suministros residenciales se han agotado por completo.

Sólo las altas temperaturas de julio causaron pérdidas económicas directas de 2.730 millones de yuanes, afectando a 5,5 millones de personas, según informó la semana pasada el Ministerio de Emergencias.