Impuestos

Los gimnasios se suben al ring del IVA

La subida de este impuesto en 2012 ha provocado el cierre de 800 gimnasios y la destrucción de más de 12.000 empleos

Varias mujeres y un monitor.
Varias mujeres y un monitor.Photogenic/Claudia AlbaEuropa Press

Cada vez son más personas las que llevan un estilo de vida sedentario, en el que la actividad física no tiene apenas cabida en su día día, generando problemas de salud tanto física como mental e incluso la muerte. Sin embargo, lejos de que este hecho que afecta directamente a la salud pública llegue a su fin, este puede incluso llegar a incrementarse dada la situación “insostenible e injusta” que llevan viviendo desde hace años los gimnasios y centros deportivos en España.

Hace ya diez años, en 2012, el país atravesaba un momento de crisis, por lo que el Ejecutivo comenzó a aumentar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de muchos servicios, entre ellos, el correspondiente a los gimnasios, subiendo el gravamen del 8% al 21% propio de los bienes de lujo. Sin embargo, pese a que la tributación de actividades de ocio tales como discotecas, teatros, cines o incluso balnearios comenzaron a reducirse desde 2014, los servicios deportivos prestados a personas físicas continúan con el mismo tipo impositivo máximo, siendo la únicaactividad de ocio que está gravada al 21%

“Nosotros llevamos mucho tiempo peleando por un tratamiento justo a nivel fiscal de estos servicios y no tiene sentido que algo que está beneficiando la salud y el sedentarismo tenga un IVA máximo”, explica a LA RAZÓN el gerente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid), Alberto García.

En este contexto, desde que se implantó la medida hace ya diez años, esto ha tenido un efecto determinante en este sector, cerrando 800 gimnasios, reduciendo los usuarios de estos centros entre un 10% y 30% e incluso destruyendo más de 12.000 empleos.

“El perjuicio que supone que los servicios deportivos estén gravados con un IVA propio de los bienes de lujo afecta directamente a la salud de la sociedad española. Somos un servicio de prevención de la salud y como tal deberíamos tributar”, asevera García.

Más de 1.500 millones de perdidas en la crisis sanitaria

No obstante, este no es el único obstáculo al que se han tenido que enfrentar dichos servicios, sino que durante la crisis sanitaria este sector registró unas pérdidas totales en torno a los 1.505 millones de euros debido al cierre inicial de los gimnasios y a las posteriores restricciones, lo que supuso una reducción de un 64% de su facturación, según un estudio de la consultoría deportiva Valgo.

Sumado a ello, el gerente de Fneid explica que en la actualidad el sector está haciendo frente al “gravísimo” problema de la crisis energética, el cual también está haciendo mella en los servicios deportivos. Tanto es así, que sus costes se han multiplicado como mínimo por tres e incluso por cinco -sobre todo en aquellos espacios que cuentan con piscinas-, haciendo que la cuenta de resultados de estos servicios pasen de 9% o 10% hasta un 35% o 40%.

Es por ello, que la suma de todos factores, está haciendo que estos servicios deportivos se encuentren ante un problema “insostenible” bajo un punto de vista económico, lastrando así el desarrollo del sector. Por tanto, con el objetivo de mantenerse a flote, estos servicios deberán adoptar medidas o incluso subir “obligatoriamente” los precios, provocando así una “desafección ciudadana” y sedentarismo, tal y como asevera García a este diario.

“Es incomprensible que se penalice fiscalmente a aquellas personas que desean mejorar su salud a través del ejercicio. De hecho, las autoridades deberían promover y fomentar estas prácticas en lugar de penalizarlas con un tipo impositivo que desincentiva la práctica de actividad física, con las consecuencias negativas que el sedentarismo tiene en la salud y que todos conocemos”, reivindica Alberto García.

Por tanto, desde este sector reclaman necesitar ayuda, como a través de un tratamiento fiscal “justo” o incluso con una deducción en la cuota del IRPF para “aquellas personas que invierten en mejorar su salud a través del ejercicio”.

“Aprovechando que estamos en uno de los periodos en los que la población se plantea retomar hábitos saludables como el deporte y los gimnasios reciben un mayor porcentaje de altas, creemos que es fundamental incentivar con políticas tributarias acordes este impulso a la vida activa”, concluye García.