
Industria ferroviaria
El Estado, al rescate de Talgo... y de Óscar Puente
La más que posible entrada de la SEPI en el capital de la compañía salvaría su compra por parte del consorcio de Sidenor, por el que el ministro apostó tras vetar la OPA húngara

Después de meses de tortuosas negociaciones, la compra por parte de un consorcio vasco encabezado por Sidenor del paquete de control que el fondo Trilantic tiene en Talgo (29,7%) parece que está próxima a su cierre. Esta misma semana, el consejero vasco de Hacienda y Finanzas, Noël d'Anjou, ha declarado que espera que la operación se cierre "próximamente", aunque sin ofrecer plazos concretos. Una resolución que va ser posible gracias a la implicación casi segura del Estado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), cuya incorporación al capital del fabricante de material rodante ferroviario admitió abiertamente como una posibilidad real d'Anjou.
La SEPI permitirá desatascar un proceso que llevaba meses estancado por la delicada situación financiera a la que ha conducido la penalización de 116 millones de euros impuesta por Renfe a Talgo por el retraso en la entrega de los trenes de alta velocidad Avril. Aunque la multa ya era conocida por el consorcio vasco cuando firmó el preacuerdo con Trilantic en febrero, no fue hasta que Sidenor y sus socios -el Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital- empezaron a analizar con detalle sus cuentas cuando concluyeron que el acuerdo no se podría cerrar hasta encontrar una fórmula para afrontar la multa de la operadora sin que ello arrastrase financieramente a la compañía.
Y es que la banca se ha negado a refinanciar los 400 millones de deuda de Talgo, una de las condiciones necesarias para cerrar el acuerdo, hasta no tener garantías respecto al pago de la multa a Renfe, que ofrece no ejecutar esta sanción hasta 2031 y fraccionarla hasta en siete años, en línea con lo propuesto por la Abogacía del Estado. La participación de la SEPI -y probablemente del ICO- ofrecería estas garantías de pago y desbloquearía la operación, salvando además la posición de Óscar Puente.
Apuesta por Sidenor
Tras vetar la OPA de la húngara Ganz Magav Europe por cuestiones de seguridad nacional nunca esclarecidas, el ministro de Transportes buscó alternativas para Talgo hasta que dio con Sidenor, que a su vez tuvo que recurrir a socios como el Gobierno vasco y las fundaciones bancarias vascas para recabar los fondos necesarios para afrontar la compra de Talgo y firmar el preacuerdo con el fondo Trilantic.
Una espantada de Sidenor y sus socios no sólo habría dejado a Talgo en una situación más que delicada sino que habría dejado muy señalado al propio Puente, al que los sindicatos han reclamado en las últimas semanas ayuda para desbloquear la operación tras rechazar la oferta húngara y defender la de Sidenor como adecuada por su aspecto industrial -aunque Sidenor y sus socios no han desvelado todavía plan alguno al respecto- y mantener el centro de toma de decisiones de Talgo en España ante su carácter estratégico.
A pesar de que el Gobierno vasco es optimista respecto al cierre de la compra de Talgo, también cree que las condiciones del preacuerdo que se firmó el 14 de febrero podrían sufrir modificaciones debido a la caída de la cotización de la acción de Talgo desde entonces, como ha admitido d'Anjou. Ese principio de acuerdo recoge la venta del 29,77% de Talgo a cinco euros por acción (4,15 fijos y otros 0,85 euros ligados a determinados hitos financieros en 2027 y 2028). Ahora, la acción cotiza en torno a 3,2 euros.
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