Juegos de azar

José Pastor, dueño de una administración de lotería, desvela el secreto de estos juegos de azar: "De 20 euros, nosotros solo ganamos 20 céntimos, el resto se lo queda el Estado"

Detrás de la ilusión de repartir millones en premios se esconde la cruda realidad de los loteros: un negocio asfixiado por comisiones congeladas durante casi dos décadas y una competencia cada vez más feroz

¿Por qué nos atraen tanto los juegos de azar?
¿Por qué nos atraen tanto los juegos de azar?larazon

Detrás de la ilusión que cada año despierta la Lotería de Navidad se esconde una realidad empresarial mucho menos brillante para los loteros. Por cada décimo de 20 euros vendido, el beneficio que queda en la administración es de apenas 90 céntimos. El resto, 19,10 euros, va directamente a las arcas del Estado, convirtiéndolo en el principal beneficiario del sorteo más popular de España. Este estrecho margen de ganancia es el pilar sobre el que se sustenta un negocio cargado de costes fijos y una rentabilidad cada vez más ajustada.

De hecho, la comisión del 4,5 % por la venta de Lotería de Navidad, y del 5,5 % en otros juegos como Euromillones, ha permanecido congelada durante más de diecisiete años, con solo una leve actualización reciente. Esta situación provoca que una administración de loterías media facture anualmente entre 90.000 y 150.000 euros brutos en comisiones, una cifra a partir de la cual deben hacer frente a todos los gastos operativos del negocio.

Además, y en contra de la creencia popular, los loteros no reciben ninguna bonificación extra por vender un premio grande, ya sea el Gordo u otro de menor cuantía. La única recompensa que obtienen es la publicidad indirecta que genera el haber repartido la suerte, con la esperanza de que esto se traduzca en un previsible aumento de ventas para los sorteos futuros, consolidando la reputación del establecimiento.

Un negocio con elevadas barreras de entrada

En este sentido, poner en marcha una administración desde cero requiere una inversión inicial de 50.000 euros como mínimo, a lo que hay que sumar el cumplimiento de exigentes medidas de seguridad, ya que los locales deben estar equipados con el nivel máximo. Para quienes optan por adquirir una licencia ya existente, la cifra se dispara de forma considerable, con traspasos que oscilan entre los 380.000 y los 450.000 euros, tal y como señalan desde Huffpost. Esta fuerte inversión hace que el negocio sea casi inviable si no se es propietario del local.

A esta presión económica se suma la competencia de nuevos actores. La proliferación de puntos de venta mixtos, como estancos o quioscos que también despachan lotería, junto con el auge de la venta por internet, están reduciendo la cuota de mercado de las administraciones tradicionales. Mientras los loteros luchan por mantener la rentabilidad, el Estado asegura sus ingresos no solo a través de la venta, sino también de los premios repartidos, ya que toda ganancia superior a los 40.000 euros tributa a un tipo del 20 %.