Inmigración

«Los menores no quieren volver a Marruecos»

Algunos están perseguidos por su orientación sexual y hay niñas que huyen porque han sido vendidas

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha interceptado una lancha en la que viajaban 13 personas de origen marroquí
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha interceptado una lancha en la que viajaban 13 personas de origen marroquíAntonio SempereEuropa Press

Es difícil hacer una radiografía de los menores que permanecen en Ceuta y que entraron en España de manera irregular en el mes de mayo, es más, todavía no hay una cifra exacta del número de inmigrantes que entraron, ya que los informes quincenales del Ministerio de Interior continúan sin ofrecer una cifra exacta del número de personas que llegaron de manera masiva a través de El Tarajal. En cuestión de horas, la Ciudad Autónoma de Ceuta se vio superada y todos sus recursos de acogida colapsados.

La situación es especialmente complicada para los menores no acompañados dada su vulnerabilidad. «Los perfiles son diversos», cuenta a LA RAZÓN, el presidente de la Asociación Coordinadora de Barrios para el Seguimiento de Menores y Jóvenes, Javier Baeza, presidente de la ONG. «Llegaron niños de entre 8 a 17 años. Algunos están perseguidos por su orientación sexual y algunas de las niñas aseguran que abandonaron Marruecos porque sus familias ya las habían comprometido o lo que es lo mismo, las habían vendido. Otros llegaron engañados... de ahí, la necesidad de que se estudie caso por caso», explica Baeza.

Más de tres meses después de su entrada de manera irregular en España su situación, lejos de aclararse, no ha hecho sino empantanarse todavía más, a raíz de las expulsiones por sorpresa que puso en marcha el Ministerio de Interior y que se encuentran paralizadas hasta el próximo martes, fecha en la que está prevista que el juzgado resuelva si se mantienen o no las expulsiones. Estos retornos son un punto de inflexión en la crisis. «El día a día ha cambiado bastante. Viven en una situación de falsa calma porque los chicos tienen miedo de que empiecen a retomarse esas paralizaciones. Ha habido muchas fugas en el polideportivo de Santa Amelia y [de los albergues] de Piniers. Se nota porque hay muchos niños en situación de calle que no quieren regresar a los recursos de acogida por miedo a ser devueltos a Marruecos», describe a este medio Joana, trabajadora social de la Asociación Maakum.

Aunque ya han pasado 96 días desde la avalancha de inmigrantes, que se produjo entre el 17 y 19 de mayo, los menores de mayor edad continuaban alojados en un recurso temporal como es una cancha de deporte. «Allí permanecen a día de hoy una media de 150 menores», explica. Según cuenta se trata de un recurso que se habilitó durante la pandemia el año pasado y que ha estado en desuso hasta que se produjo la avalancha. Duermen en literas militares y durante dos primeros meses –junio y julio– apenas pudieron salir de allí, asegura. Los 45 menores que fueron devueltos a Marruecos partieron de este recurso y, pese a la insistencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, nunca mostraron su deseo de regresar a Marruecos. «Eso es mentira y en un tomadura de pelo», aseguran.

Carmela del Moral, directora de políticas de infancia de Save the Children, en declaraciones a este periódico, también muestra su preocupación por el futuro de estos chicos y chicas. «Son chavales que buscan futuro mejor», señala. Durante las entrevistas realizadas a un grupo de los menores detectaron ciertos casos «con problemas de salud mental y física –uno de cada cuatro es víctima de violencia–, además de que hay casos de explotación sexual y laboral», describe. «Son historias complejas que necesitan analizarse caso a caso», subraya. Save The Children está trabajando conjuntamente con el Gobierno de Ceuta y a través de un acuerdo con la Dirección General de Infancia y Adolescencia (DGIA) está realizando entrevistas individualizadas a los niños, niñas y adolescentes. «No nos consta que los menores desearan volver y aun así hay que seguir procedimientos legales que no se han seguidos», subraya, en referencia al caos judicial del caso.

Vuelta al colegio

Al margen del debate judicial suscitado estos últimos días, hay otra problemática a la que hay que poner solución en los próximos días: la vuelta al colegio. En poco más de tres semanas, los menores que permanecen en Ceuta tendrán que ser escolarizados. A este respecto, se pronunció a principio de verano la directora provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional en Ceuta, Yolanda Rodríguez, quien indicó que se ha diseñado un plan estratégico para la escolarización de estos «menas» y que se encuentra en manos del ministerio, «que es el que nos debe autorizar». Sin embargo, por el momento, hay silencio en torno a este asunto de importancia vital dado que de la escolarización dependerá también la integración futura de estos jóvenes. Precisamente, respecto al arraigo, el presidente de la Asociación Coordinadora de Barrios, Javier Baeza, asegura que, en líneas generales, «son chavales que tienen muchas inquietudes por formarse y por aprender. Son verdaderas esponjas en asumir responsabilidades».