Cisma

Ucrania eleva las discrepancias entre Yolanda Díaz y Podemos

La vicepresidenta cierra filas con Sánchez, garantiza el apoyo de los suyos y evita una crisis de Gobierno, mientras los morados critican el “error” de enviar armas.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares en el Congreso de los Diputados
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares en el Congreso de los DiputadosEduardo ParraEuropa Press

Ucrania ha sido el detonante que ha confirmado la división total que ya se palpaba en Unidas Podemos. La derivada de la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de enviar armas a Ucrania más que afectar a la estabilidad del Ejecutivo de coalición, ha generado un cisma entre Yolanda Díaz y el espacio confederal. Y también en varias direcciones. Las sensibilidades de Unidas Podemos son diversas y ya hay posicionamientos claros hasta entre Podemos -que pide apostar por la vía diplomática- y dentro de Izquierda Unida.

La cacofonía entre Unidas Podemos y Yolanda Díaz es latente y ya ni tratan de disimular la falta de coordinación entre ambas partes. No es la primera vez que entre ambas partes se escenifica la división en el seno del Gobierno, pero sí una de las situaciones que más ha evidenciado este distanciamiento. No hubo una interlocución directa entre vicepresidenta y ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos sobre el anuncio de Sánchez que, según el Ejecutivo sí conocían todos sus miembros en la noche del martes.

La secuencia fue la siguiente, tras recabar la versión de fuentes de vicepresidencia y del espacio confederal. El presidente del Gobierno trasladó directamente a la vicepresidenta su decisión de anunciar en el Congreso de los Diputados la medida y ésta le trasladó su apoyo según trasladan fuentes de vicepresidencia. Mientras que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares fue quien llamó a la ministra de Derechos Sociales para, según su entorno, tantear a los morados sobre la posibilidad. Entonces, Belarra les transmitió que no estaban a favor de ello y advirtió al titular de Exteriores que ello “tensionaría el Gobierno”. La líder de Podemos pidió que se repensaran la medida.Recalcan estas fuentes que no conocieron hasta ayer en el Pleno el anuncio -aunque sí podían intuírselo-, que sí conocía la vicepresidenta segunda y que, incluso, según la dirigente gallega, también las ministras de Podemos. “El presidente cuenta con todo nuestro apoyo. A nadie le gusta tomar decisiones difíciles. Todos estaban informados”, zanjó la vicepresidenta ante los periodistas en una jornada en la que Díaz evitó hacer mayores pronunciamientos, pero sí quiso evidenciar que su postura era la del Gobierno, a diferencia del espacio morado que lidera en Moncloa.

Unas declaraciones con las que Díaz evitaba que las discrepancias con el espacio que lidera en Moncloa llegaran a mayores y causaran una grave brecha en la coalición. Y es que, al trasladar la vicepresidenta su apoyo a Sánchez consigue frenar a los morados ante una posible crisis de Gobierno. Horas antes, Belarra había salido del pleno para trasladar el rechazo de los morados en el Ejecutivo al envío de armas al margen de la UE. «Contribuir a la escalada no va a resolver antes el conflicto y puede llevarnos a un escenario peligroso de conflicto mundial. No es una medida eficaz», criticó. Para Belarra España y la UE no está poniendo “todo el esfuerzo que deberían en reforzar las vías diplomáticas” y abogó por avanzar en el diálogo para conseguir un acuerdo de paz. De hecho, ni la líder de Podemos, ni la ministra de Igualdad, Irene Montero se levantaron a aplaudir al jefe del Ejecutivo como sí hizo Yolanda Díaz, el ministro de Consumo, Alberto Garzón y el titular de Universidades, Joan Subirats. Ambos en los últimos días han trasladado ese mensaje de unidad con la acción del Ejecutivo. Enrique Santiago, secretario de Estado y líder del PCE, tampoco aprobó el anuncio.

Desde Podemos, más que enfadados, señalaban su “preocupación” ante una posible escalada bélica y trasladaban que según se presenten los acontecimientos en los próximos días, actuarán. En cuanto a la disonancia entre Díaz y Podemos sobre el mismo asunto desde el partido no se disimuló en las críticas y se produjo un cierre de filas total con el tajante discurso de Belarra criticando la medida. Sin embargo, desde vicepresidencia se hizo hincapié en que era una “decisión muy difícil” y que no gustaba a nadie. Hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, señaló en su discurso, que “se equivocaban” porque los ucranianos han sido agredidos y tienen derecho a defenderse con toda la ayuda que se les proporcione. Desde los comunes también apoyaron a Díaz y por tanto al Gobierno. El presidente del Grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, difirió de la dirección de Podemos al opinar que “la comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados”.

A pesar de estas discrepancias, tanto en el entorno de la vicepresidenta como en el espacio confederal se pone énfasis en señalar que no existen contradicciones en Unidas Podemos por Ucrania, sino “matices diferentes” entre todas las sensibilidades que componen la confluencia. Quitan transcendencia a estas posturas e inciden en el papel de Díaz como vicepresidenta y en el de Belarra como líder de partido, donde –aseguran- sí puede permitirse hacer estas críticas, mientras que la dirigente gallega debe liderar un discurso de unidad.

No es la primera vez que en la cuota morada en Moncloa se evidencia la falta de coordinación o diferencia de opiniones que arrojan la foto de la falta de cohesión en el espacio de izquierdas. El mes pasado, los morados decidieron adelantarse al Gobierno al presentar sus propuestas para la reforma fiscal antes de que Hacienda concluyera sus trabajos al respecto. En esa situación, la vicepresidenta del Gobierno dejó claro que el Gobierno “tiene una sola voz” y que hablaría “por medio del ministerio de Hacienda. Esta nueva brecha en el espacio de Unidas Podemos se produce a solo un mes de que la vicepresidenta inicie su proceso de escucha para decidir si presenta su candidatura a las próximas elecciones. Unos pasos que generan tensión en Unidas Podemos ante la intención de la vicepresidenta de dejar en un segundo plano el protagonismo de los partidos políticos, esto es, Podemos.