Dos meses de maniobras con el portaaviones más moderno del mundo

El portaaviones estadounidense «USS Gerald R. Ford» fue entregado a la Marina de Estados Unidos hace apenas cinco años y es, en palabras de la Armada española, «el más moderno actualmente en servicio en el mundo». Este gigantesco buque, de 337 metros de eslora, va a llevar a cabo su despliegue inaugural en la base de Norfolk (Virginia), el cual incluirá una serie de maniobras y ejercicios conjuntos con buques de países aliados, entre los que estará la fragata española «Álvaro de Bazán».

Serán dos meses los que durará este despliegue, en los que los marinos españoles se integrarán en el Grupo de Combate 12 (CSG-12, por sus siglas en inglés) de este portaviones de propulsión nuclear estadounidense. Y lo harán, además, con efectivos y buques de las marinas de Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Francia y Canadá.

No es la primera vez que una fragata española se suma a una de estas agrupaciones, pero cobra importancia, además de por la tensión por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, por tratarse de una oportunidad para la Armada de adiestrarse con un portaaviones de este tipo para potenciar su interoperabilidad. Todo, en un año en el que las Fuerzas Armadas han aumentado su presencia tanto en las misiones de la OTAN como en sus agrupaciones permanentes de disuasión, incluidas las navales.

223 efectivos

Fue el miércoles cuando la «Álvaro de Bazán» (la primera de la serie F-100 y entregada hace justo 20 años) zarpó de su puerto base en el Arsenal Militar de Ferrol para realizar el tránsito en demanda de la base naval norteamericana. A bordo de este buque, perteneciente a la 31ª Escuadrilla de Escoltas, viajan un total de 223 efectivos, entre ellos los responsables del hospital «ROLE 1» embarcado, un equipo operativo de seguridad de la Unidad de Seguridad de Canarias y una Unidad Aérea Embarcada con un helicóptero SH-60B.

Una vez en Norfolk, se integrará en el citado Grupo de Combate hasta el próximo 13 de noviembre. Durante todo este tiempo, la Armada explica que su misión estará enfocada a «potenciar la interoperabilidad de la fragata» y a «mejorar el nivel de adiestramiento de su dotación, junto al resto de unidades participantes».

Y para conseguirlo, participará en una serie de ejercicios conjuntos de todo tipo con el objetivo de «demostrar sus capacidades en relación a las de otras unidades de características similares».

Eso sí, este despliegue no deja de ser uno más de los que lleva a cabo la Armada cada año con países aliados, aunque desde marzo se han multiplicado, tanto en frecuencia como en el número de unidades participantes. Todo, para enviar un mensaje de fuerza y unidad al presidente ruso, Vladimir Putin.

De hecho, desde hace pocos días, tres buques españoles (el «Juan Carlos I», el «Castilla» y la «Navarra») y unos 1.400 efectivos están en Turquía en el ejercicio «Dynamic Mariner», en el que participan las marinas de una docena de naciones aliadas y cerca de 50 buques. A ellos se han sumado la «Cristóbal Colón» y el «Duero», integrados en la actualidad en dos de las cuatro agrupaciones navales permanentes de la OTAN en el Mediterráneo oriental. Y a finales de este mes hará lo mismo en el «Dynamic Messenger», en aguas portuguesas, para realizar pruebas con vehículos aéreos, navales y submarinos no tripulados.