Misiones

Disuasión: el 69% de los militares en el exterior está en fuerzas de la OTAN

De los 5.243 efectivos desplegados en 21 operaciones, más de 3.600 contribuyen a la seguridad aliada

Despliegues Fuerzas Armadas
Despliegues Fuerzas ArmadasT. NietoLa Razón

Mientras España se afana en aumentar el gasto militar para alcanzar ese 2% del PIB comprometido con la OTAN, también ha ido incrementando progresivamente su participación en misiones internacionales, sobre todo en aquellas de la Alianza cuya función principal es la disuasión como respuesta a la amenaza rusa. Esa aportación cualitativa que nuestro país ha puesto siempre sobre la mesa cada vez que ha recibido un tirón de orejas por su baja inversión en defensa. De ahí que, a día de hoy, haya 5.243 militares españoles desplegados en el exterior en un total de 21 misiones. En realidad serían 20 operaciones como tal, pero la Armada también tiene desplegado el Grupo de Combate «Dédalo», el cual navegará por el Mediterráneo, Atlántico y Mar del Norte como parte de una misión nacional que, sin embargo, se va integrando en numerosos ejercicios con marinas aliadas bajo bandera de la OTAN. Unas maniobras habituales que ahora, como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, se han redefinido como «actividades de vigilancia reforzada en tiempo de paz», lo que se traduce en una fuerza naval más de disuasión y exhibición de músculo que se suma a muchas otras con las que cuenta la Alianza en el mar. De hecho, el «Dédalo» el mayor contingente desplegado por España: 1725 efectivos, cuatro buques, aviones, helicópteros...

Porque España se tomó muy en serio desde el minuto uno la solicitud de la OTAN de reforzar sus contingentes permanentes, esas fuerzas que, por tierra, mar y aire, vigilan el territorio aliado y que, a su vez, envían un mensaje a Rusia de unidad y potencia. De los 21 despliegues de España en el exterior, 9 son en misiones de la OTAN y, de ellos, 8 en sus fuerzas de disuasión (incluyendo el «Dédalo»), en las que hay 3.605 militares españoles (68,7% del total) con buques, cazas, carros de combate, baterías de misiles, radares... Y en menos de dos meses se sumarán otras: Rumanía, en la que participarán 250 efectivos, y Estonia, con otro sistema de defensa antiaérea.

Contribuyente destacado de la OTAN

Pero las Fuerzas Armadas no son un contribuyente más y, además de aportar capacidades y medios claves para la seguridad colectiva, también mandan –y mandarán– alguno de estos contingentes.

Es lo que ocurre, por ejemplo, en Lituania, donde 190 militares del Ejército del Aire y ocho cazas F18, apoyados por un A400M de reabastecimiento, lideran la Policía Aérea del Báltico, la cual protege y vigila el espacio aéreo de esta zona cercana a la frontera de Rusia. Allí, muy cerca, en el área del Mar del Norte y del Báltico, la fragata «Almirante Juan de Borbón», con sus 227 efectivos a bordo, está al frente de la Agrupación Naval Permanente nº1 de la OTAN (SNMG-1).

Y en breve, a partir del próximo 1 de julio, el Ejército de Tierra mandará el batallón terrestre aliado en Eslovaquia, donde ya hay 622 de los 700 efectivos que aporta España ultimando los detalles del mandato de la misión mientras se adiestran con el resto de países que se integran en este grupo, llamado a aumentar su tamaño y convertirse en brigada. Allí ya hay también 250 vehículos y se desplegarán helicópteros de ataque.

No muy lejos, en Cincu (Rumanía), otros 250 efectivos reforzarán a partir de julio otro de los batallones terrestres. Al no liderarlo, aún no hay militares allí (llegarán en junio), pero sí en la ciudad de Schitu, donde 41 militares controlan desde 2022 un radar de alerta temprana que contribuye a la vigilancia del espacio aéreo del área del Mar Negro.

Donde también está España desde 2017 es en Letonia. Allí, nuestro país aporta al batallón liderado por Canadá 617 efectivos, 80 blindados (entre ellos carros de combate «Leopardo»), artillería pesada, una batería de misiles o una unidad de drones.

Disuasión desde el Mediterráneo o Turquía

Mientras, en otro mar, en este caso el Mediterráneo, el cazaminas «Segura» y sus 45 efectivos están integrados en la Agrupación Naval Permanente de Medidas Contraminas nº2 (SNMCMG-2), exhibiendo fuerza naval con buques de Italia, Grecia o Turquía.

Misiones de disuasión de la Alianza que, en definitiva, mandan un mensaje a Vladimir Putin, y a otros posibles enemigos, de unidad, potencia y capacidad defensiva. De hecho, España incluye en esas operaciones de disuasión y defensa la batería de misiles «Patriot» (con 138 efectivos) que desde 2015 se encuentra en el sur de Turquía y que nació para proteger al país de posibles lanzamientos de misiles desde Siria.

A todos ellos se suman los ya citados 1.725 efectivos que componen el Grupo de Combate «Dédalo» con el portaaeronaves «Juan Carlos I», el Buque de Asalto Anfibio «Galicia», las fragatas «Blas de Lezo» y «Reina Sofía», aviones «Harrier», helicópteros AB-212, un batallón de desembarco... Un despliegue que no deja de ser una misión nacional de adiestramiento pero que, en este marco de inestabilidad, refuerza su participación en ejercicios de la OTAN para, bajo su bandera, ejercer otra vez de fuerza de disuasión aliada.

Menos adiestramiento

Estas misiones de seguridad colectiva han ido desplazando a otras en las que las Fuerzas Armadas han demostrado su experiencia, como las de adiestramiento a ejércitos de países amigos para que sean capaces de garantizar su seguridad, sobre todo en África, territorio clave para España que, sin embargo, ha ido reduciendo sus contingentes por la inestabilidad y la presencia de Rusia en la zona, cuando años atrás era uno de los máximos contribuyentes, con más de mil efectivos.

Efectivos y misiones Fuerzas Armadas
Efectivos y misiones Fuerzas ArmadasT. NietoLa Razón

Por el momento, la misión de entrenamiento con más españoles es la de Irak, aunque en realidad son dos: la de la Coalición Internacional contra el Daesh, con 188 militares y centrada en el Ejército del país, y la de la OTAN (NMI), con 180 y de asesoramiento a las autoridades e instituciones de Seguridad. La primera, a la que España también aporta una unidad de helicópteros y otra de drones, podría desaparecer a final de año, por lo que todo apunta a que cambiarán el parche de su hombro y la mayoría se integrará en NMI.

El siguiente mayor contingente de «profesores» está en Mali, aunque los 102 efectivos que aún quedan (que desde hace casi dos años no entrenan a nadie al haberse suspendido estas actividades) están de despedida y de repliegue, pues esta misión de la UE terminará definitivamente el día 18. Y concluirá mandándola España, con el general Santiago Fernández.

Menos numerosos son los otros tres despliegues en operaciones de adiestramiento en África y también bajo bandera de la UE: Somalia (20), República Centroafricana (7) y Mozambique (2 que ejercen de observadores). La última de las misiones de asesoramiento es una «clásica» de las Fuerzas Armadas españolas: Bosnia, donde España llegó a tener 1.500 militares en los años 90 y ahora hay solo dos.

Vigilancia y apoyo en África

Fuera de las operaciones de formación, pero sin salir de África, España aporta vigilancia, seguridad y apoyo en diferentes zonas. El despliegue más numeroso está en el Índico, donde las Fuerzas Armadas luchan con la UE desde 2009 contra la piratería, la cual ha vuelto a reaparecer por los conflictos regionales. Actualmente, la Armada aporta la fragata «Canarias» y el Ejército del Aire un avión de vigilancia en Yibuti, sumando 279 efectivos en total.

Algo parecido, por cuenta propia y en ocasiones con marinas de la UE, hace España en el Golfo de Guinea y países ribereños, donde en diferentes períodos despliega buques y personal para adiestrarse con ellos y patrullar un área en la que la delincuencia es constante. Actualmente está desplegado el buque «Furor» con 76 militares, mientras que otros 37 están en Mauritania y Senegal. En este último país hay otros 65 uniformados y dos aviones de transporte que apoyan a las misiones que quedan en el Sahel y cuyo futuro pende de un hilo.

Pero España también participa en misiones de la ONU. Como la de Líbano, las más tensa y peligrosa de todas y que está liderada por nuestro país, que aporta 664 cascos azules. Su labor ya va más allá de patrullar y evitar el cese de hostilidades entre la milicia libanesa de Hizbulá e Israel. La guerra en Gaza ha aumentado los ataques y la tensión, por lo que el general Aroldo Lázaro trabaja con todos los actores para evitar que el conflicto se contagie al sur libanés.

Con Naciones Unidas hay otros ocho observadores españoles en Colombia, vigilando el cumplimiento de los acuerdos de paz.

Por último, hay otros ocho militares españoles en Polonia cumpliendo una misión poco conocida: gestionan desde el «hub» logístico de la UE la ayuda militar y humanitaria que España y los aliados envían a Ucrania.