Defensa

España no tendrá su propio sistema lanzacohetes hasta 2028 mientras Marruecos compra HIMARS y pone a tiro ciudades españoles

El nuevo lanzacohetes del Ejército de Tierra español en el que se trabaja no estará plenamente operativo hasta dentro de, como mínimo, cinco años.

Lanzacohetes PULS
Lanzacohetes PULSElbit

El nuevo lanzacohetes del Ejército de Tierra español, conocido por las siglas Silam (Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad), no estará plenamente operativo hasta dentro de cinco años.

Este es el calendario que maneja en la actualidad el Ministerio de Defensa. “La previsión actual es alcanzar la plena operatividad del sistema en el año 2028”, explica el departamento que dirige Margarita Robles en una respuesta parlamentaria a Vox a la que ha tenido acceso Infodefensa.com.

El programa forma parte desde la retirada del Teruel en 2011 de las prioridades del Ejército de Tierra. El proyecto Fuerza 35 establece que este tipo de sistema será una pieza fundamental en las futuras brigadas.

El grupo de artillería orgánico de cada brigada, desgrana un documento oficial sobre la Fuerza 35, contará con “una batería de lanzacohetes múltiple de largo alcance y alta movilidad, que proporcionarán alcances en torno a los 120-130 km”. Además de tres baterías de cañones de 155 mm, remolcados o autopropulsados, con alcances superiores a los 50 km.

El Ejército destaca el papel clave que tendrán los lanzacohetes en los escenarios futuros. “Gracias a los medios lanzacohetes, se mantendrá una gran capacidad de respuesta con elevada profundidad y precisión para apoyar a cualquiera de sus unidades subordinadas”, subraya en el mismo texto.

Tierra dio de baja en 2011 sus lanzacohetes Teruel tras más de tres décadas en servicio. Desde entonces, el Ejército ha insistido en la necesidad de adquirir un sustituto.

Aunque no hay lanzacohetes en servicio, hay que recordar que el Mando de Artillería de Campaña (MACA) cuenta con el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña nº 63, ubicado en Astorga (León). La unidad carece de capacidad operativa, no obstante, mantiene un grupo de artilleros que continúa al día en las tácticas y procedimientos de empleo de los sistemas lanzacohetes y de los desarrollos en servicio en otros ejércitos.

Programa en marcha

Como informaba Infodefensa.com, el programa para la adquisición de un sistema lanzacohetes para el Ejército de Tierra ya tiene presupuesto asignado para este año y está en marcha el proceso de definición del sistema por parte de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM).

Este tipo de sistemas, relegados a un segundo plano en los últimos años, han demostrado ser muy eficaces en el frente, lo que ha hecho que la demanda se dispare. Algunos países ya se han apresurado a cerrar la compra de lanzacohetes. En Europa, Dinamarca, y más recientemente Países Bajos, han apostado por el PULS, mientras que, al otro lado del estrecho de Gibraltar, Marruecos, que está inmerso en una carrera armamentística como la vecina Argelia, ha elegido el famoso Himars.

Se da la circunstancia de que estos dos modelos, el primero de la israelí Elbit y el segundo de la estadounidense Lockheed Martin, son precisamente los dos grandes candidatos al programa Silam del Ejército de Tierra. El proyecto todavía no tiene fecha para el lanzamiento y el Ministerio de Defensa apenas ha dado pistas sobre sus planes, aunque la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) trabaja en él desde hace meses. De momento, solo hay pequeña partida de 22 millones de euros para lanzar el programa en el presupuesto de Defensa de este año dentro del apartado Programas Especiales de Modernización, si bien la previsión del ministerio es destinar 290 millones de euros entre el periodo 2023-2028.

Lo que sí está claro es que Defensa apuesta por un programa con un alto componente de fabricación nacional. Es decir, con un papel protagonista de la industria española. Esta es una de las líneas que la nueva Estrategia Industrial de Defensa quiere reforzar. El objetivo es diseñar y producir siempre que sea posible en España y, si esto no es posible, adquirir una solución interina y a la vez promover el desarrollo de una alternativa nacional.

Propuesta de Expal y Escribano

El Ministerio de Defensa tiene desde finales del año pasado encima de la mesa una propuesta de las empresas españolas Expal, en proceso de venta a la alemana Rheinmetall, y Escribano para el desarrollo en España de un sistema lanzacohetes basado en el PULS (Precise and Universal Launching System) de la israelí Elbit Systems.

El proyecto contempla la transferencia de tecnología para el desarrollo por parte de empresas españolas del lanzador y la munición (cohetes y misiles). Las compañías plantean un lanzacohetes con un alcance desde los 40 km y 150 km con cohetes Accular y Extra, respectivamente, hasta los 300 km con el Predator Hawk. La batería se instalaría sobre un vehículo Iveco Astra 6x6 y estaría integrada en el sistema de mando y control Talos. El programa además incluiría la formación del personal responsable de su operación en el Ejército de Tierra y también el mantenimiento a lo largo del ciclo de vida.

Escribano fabricaría los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica, así como la integración de sistemas blindados, de acuerdo con el plan industrial presentado en el último foro con empresas del Ejército en Toledo. Expal, por su parte, producirá componentes, los pod de lanzamiento y la munición. Por debajo habría diferentes subcontratistas como Iveco, responsable de la integración del lanzador en el vehículo Astra, o el consorcio de misiles SMS, encargado de conectar la batería con el puesto de mando. El prototipo del sistema podría ser una realidad en un plazo de 18 meses desde la puesta en marcha del programa, según los plazos que se manejan.

El Gobierno di luez verde la semana pasada a la reprogramación y a la modificación de los límites de gasto de siete programas de armamento por unos 4.000 millones con cargo a ejercicios futuros. Así se desprende de la referencia posterior del Consejo de Ministros, en la que, además, se autoriza la inversión de otros 742,9 millones para la adquisición de nuevo armamento y otros 91,9 para nuevo material para la Unidad Militar de Emergencias (UME). Sin embargo, no había dinero extra para el sistema de lanzamisiles.