Entrevista
«Franco quiso la mano incorrupta de Santa Teresa en cuanto supo que se había salvado de los anarquistas»
Eladio Romero, doctor en Historia, analiza apariciones, milagros y ovnis en la Guerra Civil española
Doctor en Historia por la Universidad de Barcelona, Eladio Romero García es autor de «Lugares de memoria e itinerarios de la Guerra Civil española», un recorrido por cada comunidad autónoma de enclaves escogidos de la contienda, y «La columna Durruti», entre otros títulos que abarcan la crónica negra e incluso el cine, pero «Episodios sobrenaturales en la Guerra Civil» (Almuzara) es su primera incursión en el terreno de lo «paranormal» y una obra que descubre una veta sobre «hechos insólitos supuestamente acaecidos» entre 1936 y 1939.
¿Cómo se documentó?
He usado libros donde hay declaraciones, relatos... también prensa –alguna digital–, testimonios de época... y rastreé en el Archivo de Zaragoza para el caso de una mujer acusada en Tarazona de ser espiritista.
¿Había bibliografía al uso?
No la hay, el libro es pionero porque recoge una visión lo más completa posible de los episodios que consideramos sobrenaturales en la Guerra Civil. Me interesa mucho ese periodo histórico y también esos acontecimientos y cómo se prodigaron . Uno de los bandos, que se apoyaba en la religión católica, tenía que echar mano de los milagros, de ahí que se hiciera mucha propaganda de esos sucesos en favor de su causa. A partir de ahí, tirando del hilo, fui encontrando otros fenómenos de corte sobrenatural y me dije que daba para un libro iniciador del tema.
¿Por qué es tan especial Santa Teresa de Jesús?
Lo recogió el diario francés católico «Le Matin». En los alrededores de Ávila, una anciana [que sería la propia Santa] disuadió al teniente coronel Julio Mangada [cuya columna actuó al sureste de la provincia en los primeros meses de la lucha] de que no atacara la capital. El artículo se titulaba «El último milagro de Santa Teresa», y es que se convirtió en una de la figuras más estimadas desde el punto de vista religioso por el bando franquista y el propio Franco.
¿Y ese interés particular de Franco?
Santa Teresa fue patrona de España y de alguna manera Franco la consideraba una santa muy española, muy arraigada en nuestra idiosincrasia. Y el hecho de que su mano izquierda incorrupta se hubiera salvado de aquella parafernalia de destrucción de reliquias y demás, que se hubiera podido encontrar en marzo de 1937 en Málaga, cuando había estado en poder de los republicanos y sus facciones anarquistas. En cuanto se enteró quiso que fuera para él. Y ya no se separó de la mano hasta que murió.
¿Qué papel juega Belchite?
Donde ha habido muertos por razones violentas, como la estación de un pueblo de Zamora en la que fusilaron a unos soldados republicanos, se han visto imágenes, espectros, fantasmas, representaciones... el caso de Belchite es el más conocido. Todo el mundo que va allí, no sé qué pasa, pone el móvil y capta psicofonías. Hasta 1986, que fue la primera que se grabó por parte de un psicólogo argentino, nunca se había registrado nada, o no se había dado a conocer. Hasta la muerte de Franco, era considerado un lugar de memoria para los franquistas y cada año se hacía una recreación, una misa, un evento en recuerdo de los héroes de Belchite, pero a nadie se le ocurrió decir que había visto nada raro o recogido una psicofonía. A partir de 1986 todo el mundo empezó a registrar ruidos del más allá. El otro día escuché en un programa de radio que un padre y sus dos hijas habían ido y una de ellas había visto un supuesto fantasma de noche. Y en el antiguo seminario habían captado señales de disparos. Si miras en Youtube encuentras decenas de personas que cuelgan sus grabaciones. Hay una especie de fiebre que evidentemente desvirtúa lo que pueda haber de verdad en todo esto. Se impusieron las visitas guiadas, ya no se puede circular libremente y todo está más controlado, pero sigue habiendo testimonios en el mismo sentido. Yo he estado dos veces y no he visto nada.
¿Cómo explicar esa «aparición» de Josep Suñol, presidente del Barcelona?
Murió a principios de la guerra [fusilado al ser capturado cuando se dirigía a visitar a las tropas republicanas en la madrileña sierra de Guadarrama], pero hay dos artículos en prensa después, en La Vanguardia y El Noticiero Universal, que cuentan que asistió a una boda como testigo... en 1944. Hay que entender que fue un error.
¿Ovnis?
Eso hay que mirarlo con lupa. Es evidente que en una guerra, y más en las del siglo XX, hay muchos objetos que vuelan por ahí y pueden ser incluso experimentales. Los alemanes estuvieron aquí probando los Stukas [bombarderos en picado]. En el libro cuento testimonios recogidos por J. J.Benítez o Iker Jiménez de gente que vio objetos voladores circulares como el de Peña Mata (Granada), en febrero de 1938. Un soldado republicano declaró muchos años después en el ABC de Sevilla, en 1980, que vieron un objeto volador circular, de madrugada. No sé si habían bebido mucho coñac antes de la ofensiva, la cuestión es que en una situación de tensión habla de ese objeto circular que se detuvo sobre ellos... Hay varios casos para mirar con mucha prevención. No es como lo ocurrido, por ejemplo, con el supuesto ovni que se posó en un parque de Vorónezh (Rusia) en 1989 con varios niños como testigos, aquí hay casos en que lo ha visto una sola persona... no son demasiado concretos ni documentados, no está claro.
Escrivá de Balaguer no sale muy bien parado.
En parte por él, cuento lo que escribió él mismo sobre lo que ocurrió en noviembre de 1937, cuando intentaba llegar a Francia a través de Andorra con ocho acompañantes. En Pallerols pasaron por una iglesia destruida, con el retablo también destruido. Había dejado en Madrid a su familia y a los seguidores –sus «hijos»– de lo que en principio llamó Obra de Dios, lo que le creó una sensación de que no estaba haciéndolo bien. En un rezo nocturno cuenta que pide a Dios un indicio de que era lo correcto lo que hacía, una señal que sea una especie de rosa, una flor, y cuando encuentra, precisamente en la misma capilla en la que antes había estado, ese trocito de flor en forma de rosa en el retablo... «Bendije a Dios por haberme dado esta señal», narra. Se ha escrito mucho sobre la soberbia que tenía, su orgullo, la creencia de que era un elegido, una persona especial, y este hecho en sí es una muestra de ese carácter.
La última ofensiva republicana en Valsequillo-Peñarroya también tiene su misterio.
Es un caso de creencias populares. Ese San Antonio en Fuente la Lancha (Córdoba) que se aparece a una mujer... Lo considero como algún tipo de sobreexcitación personal con mucho fervor y devoción. Hay muchos casos así en la Guerra Civil, de gente que ve espectros, santos, que cree ver a la Virgen, que ve apariciones por todos lados. Pero hay que tener en cuenta que España era un país católico, a pesar de la Segunda República había creencias muy firmes y ya antes hay testimonios de apariciones de la Virgen, porque se creía que iba a salvar al país del caos republicano, del ateísmo...
¿Le han llamado ya de «Cuarto Milenio»?
Esto se presta no solo a ciertos programas de televisión, también a podcast: este verano he hecho más de 15. Me han llamado de Madrid Misterioso, La Nave del Misterio, Espacio en Blanco... Y una colaboradora de Iker Jiménez me escribió para ver la posibilidad de hacer algo con ellos. También es verdad que algunos de los asuntos que abordo ya los había tratado el propio Iker, pues me baso en otros libros, en periódicos, en páginas digitales, porque hay alguna parte original pero rastreo sobre todo relatos anteriores y uno de ellos es de Iker Jiménez–«Tumbas sin nombre»– acerca de las caras de Bélmez, donde las relacionaba con la Guerra Civil.
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