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Paquita de Mónaco: “La caridad me salva de morir de hambre”

La tía política de la princesa Estefanía de Mónaco, que durante años recorrió los platós, vive en la miseria

En el albergue de San Francisco, del barrio madrileño de La Peseta, todos los “sin techo” ven como una más a Francisca López Calderón, una mujer menuda y rubia de setenta y tres años, conocida popularmente como Paquita de Mónaco, tía política de la princesa Estefanía, y biológica del que fuera su marido, Adans Peres, cuando en el 2003 formaban un insólito matrimonio que apenas duró dos años.

Paquita, por su cercanía a la pareja, recorrió distintos platós de televisión, convirtiéndose en un gran reclamo para la audiencia. Pero, al igual que la vida te trae momentos de gloria, también puede convertirse en un verdadero drama. Hoy, la protagonista de esta historia vive en la miseria, en la calle, con apenas recursos y alimentándose en comedores sociales, albergues y la iglesia de San Antón, de la que el Padre Ángel es párroco. Sus pocas pertenencias las guarda en un trastero, en su pequeña maleta cabe su escaso vestuario, y las noches transcurren sin ilusiones en una fría cama de un albergue municipal. A su lado, Juanillo, el hombre con el que comparte desgracias y sufrimientos desde hace veinticinco años. Los dos sobreviven gracias a la caridad pública y ven transcurrir los días en el centro de Madrid, sin oficio ni beneficio.

Del todo a la nada

Es el duro pago a los “juguetes rotos”, a aquellos que, como Paquita, pasaron del todo a la nada casi de un día para otro. El personaje lleno de simpatía, la topo del Principado, la que llegó a recibir una carta desde el palacio principesco mandándole callar, un silencio “impuesto” al que ella hizo caso omiso, refuerza sus palabras con el llanto de quien lo tiene todo perdido. Los graves problemas económicos le condujeron a un desahucio, y una estafa la dejó sin ahorros y con amenazas de muerte... si no se hacía cargo de la deuda de treinta y cinco mil euros dejada tras la muerte de su hija, víctima del sida. Ahí se inició su declive y su dramática realidad. “Caí en una grave depresión tras el fallecimiento de mi hija, quería morirme y perdí el interés por las cosas. La estafa y las amenazas acabaron de hundirme. Me advirtieron de que, o pagaba o nos matarían a mi nieta y a mí. No era una broma de mal gusto, iban muy en serio. Aquellos sinvergüenzas me dejaron en la ruina, sin los doce mil euros que guardaba en el banco gracias a mis apariciones televisivas. Me llamaban dos veces al mes y me decían que dejara dinero en ciertas papeleras... Me cargué de deudas con los bancos. He vivido un infierno, estoy en la pobreza más absoluta, recorro la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, las calles aledañas sin un rumbo fijo, esperando a que lleguen las siete y media de la tarde para que los de SAMUR social me lleven al albergue con mi Juanillo a cenar y a dormir. Pobrecito mío, le quitan su pequeña pensión por dar la cara por mí y mis deudas, por avalarme en un préstamo. Si no fuera por su compañía, por el amor que nos une, no sé qué habría sido de mí. He llorado tanto que hasta me cuesta sacar más lágrimas...”. Pero su rostro se empaña, para de hablar unos minutos, los recuerdos se agolpan en quien es consciente de que “cualquier tiempo pasado fue mejor, no le deseo a nadie mi desgracia. Es muy duro acabar así. Es como una película de terror. La caridad me salva de morir de hambre”.

Sin ayuda de su familia

Su sobrino Adans está dispuesto a ayudarla, pero no quiere un cara a cara. “Ni quiero su ayuda ni deseo encontrarme con él. Se ha portado muy mal conmigo. Y hace años que no nos vemos”. Tampoco sus hijos se hacen cargo de ella. “Tengo tres y no les veo. Uno renegó de mí, otra no me quiere ver, y el tercero me recogió en su casa pero hace unos meses me echó porque nos llevábamos mal. Bueno, la pequeña, Susana, me ha ayudado de vez en cuando, pero a espaldas de mi yerno, para que no se enfade. Pobrecilla mía”.

Según personas de su entorno, parece que su hija está dispuesta a seguir echándole una mano, “y se lo agradezco mucho, me gustaría recobrar su cariño, estar bien con ella”, asegura. Otra vez se emociona, los malos recuerdos hacen mella en su frágil ánimo: “Soy una mujer que sufrió maltrato, la vida me ha golpeado con violencia, pude tenerlo todo y lo perdí totalmente. Nunca pude imaginar que iba a tener como residencia la calle, he dormido en los soportales de la Plaza Mayor, en sitios sucios y oscuros...”. En la calle todavía hay gente que le reconoce. “Hay gente que se acuerda de mí, y cuando conoce mi historia me trata con mucho cariño. En este aspecto me siento muy feliz. Pero volver a la triste realidad es un suplicio”, aclara. Juanillo, dicen, sufre una enfermedad mental, su salud es precaria, pero el amor que demuestra a su pareja es incuestionable: “Le cuido y le quiero, es un ser sensible y entrañable, doy gracias a Dios por haberle cruzado en mi camino. Me duele nuestra situación. ¿Sabe usted que canto muy bien fandangos y temas españoles, tonadillas y esas cosas? Hasta me presenté hace años a ‘Got talent’, superé varios castings, pero al final no pude concursar. Si hubiese entrado en ese programa, seguro que el destino habría sido distinto y más benévolo conmigo”. Esta noche la veremos en el ‘Deluxe’, y gracias a lo que le paguen podría alquilar, aunque sea los próximos meses, un pequeño apartamento. El último golpe de su vida viene por pàrte de su sobrino Adans, quien afirma que Paquita “exagera las cosas y está un poco desequilibrada”, y le pide que “no hable de mí ni de mi vida, ya lo hizo en el pasado y me buscó demasiados problemas. Si ella quiere, su hija Susana y yo la ayudaremos a salir de la calle y le pagaremos un alquiler. Pero si no deja de meterse conmigo en los medios de comunicación no me quedará más remedio que demandarla»”. Se ganó la vida en el circo, allí conoció a Estefanía, era un excelente equilibrista, y ahora produce espectáculos. Está casado desde el 2018 con la artista Helen Irvine y son padres de dos hijas.

Los juguetes rotos

El caso de Paquita de Mónaco no es un drama aislado. Otros personajes que alcanzaron el éxito en la televisión y el mundo artístico se hundieron en la ruina más absoluta.

Aramis Fuster

La vidente, tras una larga temporada desaparecida, se presentó una tarde en las instalaciones de Tele 5 pidiendo que alguien la ayudara porque vivía en la calle y sin recursos. Tenía la mirada perdida y parecía un tanto “descontrolada”. Sus únicas pertenencias, guardadas en dos maletas y unas bolsas. Explicó que no tenía ingresos ni dinero y que el impago de facturas y préstamos la había conducido al desahucio.

Ángel Cristo

Ángel Cristo
Ángel Cristolarazon

El domador más famoso de nuestro país, perdió la cabeza y la comodidad que le dieron los buenos ingresos que ganó en el circo por culpa de sus adicciones. La última vez que tuve la ocasión de verle estaba alojado en un hotel de cuarta sin poder pagar la estancia. Se encontraba tan mal que ni siquiera pudimos realizar la entrevista para la que nos habíamos citado. A los pocos meses falleció a causa de un infarto.

Pozí

A Manuel Reyes, conocido popularmente como “Pozí”, la pequeña pantalla, y en concreto ‘Crónicas marcianas’, le abrieron las puertas de la fama, pero al finalizar ese espacio regresó a su Barbate natal y dilapidó todo su dinero. Acabó viviendo en la indigencia, y, gracias al periodista Javier Cárdenas, que le pagaba la manutención y la estancia, pasó sus últimos años de vida en una residencia de ancianos.

El programa anterior lanzó al éxito a Coto Matamoros, quien llegó a ganar 9.000 euros por cada intervención, tal y como me confesó. durante una charla en Barcelona. En 2006 fue encarcelado por no pagar la pensión a su ex mujer y sus hijos. Al salir de prisión se ganó la vida con distintos oficios mal pagados, reapareció en Tailandia y ahora, según se rumorea, trabaja en la República Dominicana.

La Veneno

La Veneno
La Venenolarazon.

La vida de Cristina Ortiz,más conocida como “La Veneno”, también fallecida en extrañas circunstancias, va a ser llevada a una serie de televisión. Descubierta por Pepe Navarro, vivió momentos felices en los platós de programas de alta audiencia, como ‘La sonrisa del pelícano’ o ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’, pero acabó apartada de todo en su piso de la zona de Cuatro Caminos, abandonada y en la absoluta ruina. Hoy, una placa la recuerda en el Parque del Oeste, donde ejerció durante años la prostitución.

Amparo muñoz

Amparo Muñoz fue Miss Universo y protagonizó diversas películas. El éxito le sonreía pero cayó en el mundo de las drogas y su declive fue en picado. Presa de una larga enfermedad, se fue de este mundo en su Málaga natal, olvidada por todos aquellos que le ensalzaron en sus años de triunfos.

Joselito

Una escena de la película con la que Joselito debutó en el cine
Una escena de la película con la que Joselito debutó en el cinelarazon

A José Jiménez, Joselito, un niño prodigio que endulzó con sus canciones a toda una generación de españoles, le cambió la voz y empezó su declive. Tras dejar el mundo de la canción se marchó como mercenario a África, o eso dice, y fue dando tumbos de un lado para otro.

‘El pequeño ruiseñor’ cantó, o hizo dúos, para Fidel Castro, el Che Guevara, Charles Aznavour, Nat King Cole, Pier Paolo Passolini o el presidente norteamericano Lyndon Johnson.

Sus flirteos con la cocaína y una estafa de alguien muy cercano a su círculo le impidieron levantar cabeza.

J.A. Botella, “Chapis”

En el caso de José Antonio Botella, Chapis, vivió momentos de gloria como presentador con Belinda Washington del programa ‘Qué me dices’, pero los malos hábitos le condijeron a una vida marcada por los desaciertos. Sufrió un ictus, del que, afortunadamente se recuperó, y en los últimos años hace una vida muy tranquila en la acomodada casa familiar en una urbanización lujosa de Madrid.