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Los sábados de Lomana: Los brazos de la Reina Letizia

“Ese culto que tiene por su cuerpo, su obsesión por la alimentación, sin permitirse ni un desliz, puede llegar a la neurosis, siendo lo menos indicado para disfrutar de la vida”

En la imagen, la Reina Letizia.
En la imagen, la Reina Letizia.GCHGTRES

España se está convirtiendo en un país muy cursi y retorcido. Cualquier comentario que se haga, cualquier adjetivo, hay que andarse de puntillas porque siempre habrá alguien que de la frase más simple monte un tinglado para desprestigiar, decir que eres machista, xenófobo o que estas faltando el respeto al colectivo gay y todas sus variantes. Ahora, tenemos que hacer un cursillo intensivo para saber cómo denominar a una persona que aparentemente es muy inofensiva, pero que se puede poner como una pantera si no le damos elcalificativo exacto dentro de su género, que a la vez tiene muchos subgéneros. Personalmente, no estoy dispuesta a estudiar tanta diversidad, incluido el tercer género. Cada uno que sea lo que le dé la gana, pero que no nos impongan adivinarlo.

Vivimos en una sociedad con poco criterio, se dejan llevar por las tendencias y modas que marcan unos cuantos sin pensar si realmente nos gustan.

Estoy un poco harta de la locura por el fitness y el machaque al cuerpo. Conozco bastantes personas muy jóvenes que se levantan al amanecer para entrenar, llevando diecisiete horas de ayuno, dándose auténticas palizas de ejercicio, bici o pesas, que sólo de verlo se me ponen los pelos de punta. No creo que sea bueno y cuando tengan sesenta años se darán cuenta de cómo están sus articulaciones, destrozadas; y la piel, en el momento que dejen esos fuertes entrenamientos, flácida y arrugada.

Esto que les comento viene a mi cabeza después de haber visto unas fotos de nuestra Reina Letizia en su primer acto en Mallorca, que parece una campeona de halterofilia. Sus brazos, que tanto halagan algunos, personalmente me parecen excesivos, nada femeninos y francamente no lo más adecuado para una persona que ocupa un cargo como ella. Ese culto que tiene por su cuerpo, su obsesión por la alimentación, sin permitirse ni un desliz, puede llegar a la neurosis, siendo lo menos indicado para disfrutar de la vida . La alimentación es lo más importante, somos lo que comemos y bebemos. Siempre me he preocupado por tomar alimentos saludables y nutrientes, frutas y verduras de temporada, productos frescos no elaborados, y quedarnos siempre con la sensación de que podríamos comer más. También es importante darnos algún capricho como chocolate o helados, pero con moderación.

La Reina Letizia
La Reina Letizialarazon

Así he conseguido llegar a mis años sin haber pisado un gimnasio en mi vida, excepto dos años que practiqué aerobic, y me encantaba, porque tiene mucho de baile. Pero mi cuerpo es fuerte, delgado y conservo el mismo peso desde los 15 años, que no quiere decir que sea el mismo cuerpo, entonces tenía 58 centímetros de cintura... El cuerpo se expande, más bien nuestra estructura ósea, y no hay ejercicio que lo solucione. El ejercicio te produce masa muscular, que hay que mantener, y firmeza. En la playa me dedico a observar, y si quieren que les sea sincera, tampoco veo muchos cuerpos 10 ni resultados espectaculares para tanto entrenamiento. Mi consejo es menos alcohol, caminar, nadar y llevar una vida disciplinada de horarios y sueño. A veces no es fácil pero debemos intentarlo. Las bebidas alcohólicas, tan aceptadas socialmente, son lo peor para la belleza, especialmente en las mujeres. Los resultados al exceso de gin-tonics y vinitos son francamente letales.

El verano en Marbella comienza fuerte, está todo a rebosar de gente. Encontrar mesa en un restaurante no es fácil, pero es un gusto después de tanta desolación en la hostelería. Hay cosas del verano que no soporto, una de ellas son esos barcos que tiene mucha gente no para navegar, sino para atracarlos delante de una playa de moda y dedicarse a contaminar sin ningún tipo de conciencia ecológica, arrojando papeles, envases y otros muchos objetos al mar. Deberían multarles y tener vigilancia en las costas.